para el desarrollo e implementación de las políticas
públicas. “…recursos (de diferente tipo: de poder, de
conocimiento, institucionales y organizacionales, de
legitimidad social, simbólicos) para el logro de objetivos
políticos.” (Jaime, Dufour, Alessandro, & Amaya, 2013,
p.61).
En sintonía con su esquema normativo, la burocracia
emplea recursos (humanos, materiales, financieros,
tecnológicos) y los combina de diversas formas para
producir una variedad de resultados o productos –
expresados en forma de bienes, regulaciones, servicios
o incluso símbolos- de alguna forma relacionados con
sus metas y objetivos. La naturaleza del esquema
normativo, la forma en que los recursos se estructuran,
y su volumen y calidad, generarán ciertos patrones de
comportamiento que a su vez pueden afectar la cantidad
y calidad de los productos obtenidos. (Oszlak, 2006, p.8)
Los recursos se clasifican en tangibles e intangibles, en los
tangibles se encuentran las personas (burócratas), la
infraestructura, los bienes materiales y los ingresos
monetarios que alimentan al presupuesto general; como
recursos intangibles se pueden clasificar el conocimiento y
su gestión, la información del entorno y la habilidad en la
toma de decisiones.
Los recursos, que poseen dos particularidades importantes
de cantidad y eficiencia, se combinan por medio de una
función de producción cuyo resultado, principalmente
expresado en el presupuesto general, permite delimitar el
alcance de la actuación del Estado validada por la calidad
políticas públicas (Oszlak, 2006). El equilibrio o
desequilibrio presupuestario es consecuencia de la forma
en que se han usado o piensan usar los recursos,
generando insumos para la estructuración de la política
económica en general y la fiscal en específico. “…el papel
del sector público ha crecido enormemente a lo largo del
tiempo. El hecho de que aproximadamente un tercio del PIB
pase por las manos del sector público lo convierte en una
enorme potencia económica” (Rosen, 2008, p.12).
Visto en términos presupuestarios, esto significa que la
posibilidad de conseguir ciertos niveles de productividad
dependerá, en parte, de la asignación de adecuadas
combinaciones de personal, bienes materiales
(infraestructura) y servicios, alineadas con los fines
perseguidos que, en definitiva, son expresados en
ciertos objetivos específicos. (Oszlak, 2006, p.9)
El modelo burocrático desarrolla y establece esquemas de
actividad, algunos con características formales y otros no
formales, entre los primeros se encuentran los procesos y
procedimientos, en lo segundos las redes. Estos patrones
funcionan no solamente como mecanismos para hacer algo,
sino también como medios de almacenamiento de
información y conocimiento, esto es la capacidad del Estado
para aprovechar su conocimiento y habilidad de aprendizaje
(Stiglitz & Greenwald, 2015).
Estamos hablando de burocracias que opinan y actúan.
La mayoría de estos cuerpos tienen una incumbencia
específica: áreas temáticas de la política pública que
requieren un grado de formación o conocimiento
diferencial, lo que les atribuye opinión y capacidad de
influencia sobre el área en la cual actúan, lo que les
convierte en actor importante para sostener la
estabilidad y orientación al interés público de las
políticas. (Echebarría, 2005, p.10)
La administración del personal es un ejemplo de la
interacción modelo burocrático-recurso, éste puede
establecer un mecanismo de selección amparado en un
determinado perfil (conocimientos, habilidades,
competencias), una vez incorporada la persona su
desenvolvimiento influye en el modelo, su actuación puede
ocasionar que un modelo pensado como proactivo se
vuelva reactivo, logrando que las políticas públicas se
generen como una consecuencia de (reactivo) y no como
un mecanismo para (proactivo).
La posesión de capacidades gerenciales: el solo tener
conocimientos teóricos no es suficiente para poder llevar
a cabo una gestión lo suficientemente óptima, también
hay que poseer o tener desarrollados ciertas
capacidades para llevar o más bien dirigir un
departamento y saber dirigirlo eficientemente, lo que
pasa en las burocracias es que no todos los funcionarios
tienen esas capacidades gerenciales. (Martínez, 2014,
p.95)
El análisis de los vínculos entre modelo y recursos debe
permitir identificar las áreas de mejora en el uso de éstos,
en el caso citado de la administración de personal se
pueden diseñar programas de formación permanentes
durante todo el período en el cual la persona se
desenvuelva en el sector público. Esta estrategia es
importante si se considera que la mayoría de las personas
que trabajan en el Estado terminarán su vida productiva en
éste y con un importante número de años de experiencia. El
modelo debe reflejar estas condiciones en la política laboral
aplicable al sector público.
Si esto último no ocurre, porque el aparato burocrático
no tiene capacidad profesional para atender la mayoría
de demandas de todo el territorio que administra, habrá
una inclinación al orden arbitrario en la atención de los
problemas, bajo criterios que no responden a las
verdaderas urgencias ni, en ocasiones, a la legalidad.
(Trelles, 2009, p.28)
Si se considera como punto de referencia el modelo
burocrático de Weber (Trelles, 2009), es posible establecer
tres momentos importantes en el desarrollo de la
burocracia: pre burocrático, burocrático y post burocrático
(Villoría, 2009). “El pensamiento sobre el gobierno y la
burocracia comienza en China en la dinastía Zhou (771 a.c.-
256 a.c). Durante este periodo una burocracia rudimentaria
empezó a surgir…comenzaron a emitir reflexiones sobre la
Administración” (Villoría, 2009, p.2).
Considerando los modelos pre burocrático, burocrático y
post burocrático, la Tabla 1 contiene la comparación de sus
principales características, para analizar el desarrollo de