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Fuentes de financiamiento sustentables para proyectos latinoamericanos
Sustainable financing for Latin American projects
URL: https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/bcoyu/article/view/1412
Grecia Alvarez-Serrano
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Fecha de recepción: 17 de junio de 2021 Fecha de aceptación: 27 de septiembre de 2021
Resumen
En la actualidad, uno de los principales desafíos a los que debe hacer frente el sistema financiero internacional es el
financiamiento de proyectos y emprendimientos alineados hacia la sustentabilidad, con capacidad de trascendencia temporal
y firme impacto. La tendencia actual pone en evidencia la necesidad de ampliar la cartera de productos para las instituciones
financieras, acomo organismos de apoyo, con la finalidad de dar cabida a mayor número de proyectos alternos. El presente
artículo pretende exponer las distintas alternativas de financiamiento en esta materia, desde tres perspectivas centrales:
bonos verdes; fondos sustentables; y financiamiento social. Los resultados de la revisión realizada muestran una clara suma
de esfuerzos hacia el impulso y promoción de proyectos en los rubros de energías alternas y reducción en el impacto
ambiental para el caso de bonos verdes; investigación, innovación y desarrollo de proyectos verdes para el apartado de
fondos sustentables; y fomento del cambio social y mejora en la calidad de vida para los proyectos de financiamiento social.
Palabras claves: Finanzas sustentables, banca sustentable, sistema financiero, financiamiento.
Abstract
Nowadays, one of the main challenges in the international financial system is the financing of projects and ventures aligned
with sustainability and with transcendence capacity and firm impact. The current trend highlights the need to expand the
portfolio for financial institutions and support agencies, in order to accommodate a greater number of alternative projects. This
article tries to expose the different financing alternatives in this matter from three central outlooks: green bonds; sustainable
funds; and social finance. The results of this review show measures focused on impulsing and promoting projects in the areas
of alternative energy and reduction of the environmental impact in the case of green bonds; research, innovation and
development of green projects for the sustainable funds section; and promoting social change and improving life quality
through social financing projects.
Keywords: Sustainable finance, sustainable banking, finance system, financing.
1
Instituto Politécnico Nacional. Escuela Superior de Comercio y Administración. Unidad Santo Tomás. Estado de México México. E-mail:
galvarezs1000@alumno.ipn.mx. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4797-979X
Fuentes de financiamiento sustentables para proyectos latinoamericanos
Sustainable financing for Latin American projects
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Introducción
El desarrollo sustentable, más allá de ser un sinónimo de
verde o ambiental, implica hablar de tres grandes ejes que
deben trabajar de manera integral: medio ambiente,
economía y sociedad. Como lo explican Andrade y
Escobedo (2017), cuando el eje económico logra
homologarse con los principios sociales, se habla de un
desarrollo equitativo; por otro lado, cuando se integra el eje
económico con el ecológico se obtiene un desarrollo viable;
a la conexión entre el eje social y el ecológico se le conoce
como desarrollo admisible. Por lo tanto, la ausencia de
alguno de estos ejes o su limitada incorporación mermará
considerablemente su aportación al progreso global, por lo
que la integración de estos es un aspecto considerado como
vital en todo proyecto que busca materializarse en esta
materia.
El eje económico del desarrollo sustentable puede dividirse,
a su vez, en dos principales fases: a) la búsqueda de
crecimiento de los indicadores macroeconómicos; b) la
promoción de financiamientos para proyectos y empresas
alineados con la sustentabilidad. La primera de estas es
quizá la función más destacada de este importante eje, ya
que al tener previamente establecidas las metodologías que
permiten medir la contribución económica, su evaluación e
impacto son más fácilmente identificables. Sin embargo,
para el caso de la segunda, los esfuerzos que se han
emprendido para lograr más apertura del sistema financiero
hacia temas alternos como la sustentabilidad, son aún
limitados y muchos de los proyectos que han sido
favorecidos con este tipo de financiamiento aún se
encuentran construyéndose, las miras no son a corto plazo,
por lo que se puede inferir que el financiamiento sustentable
se encuentra en su etapa experimental, y la rentabilidad de
estos sigue siendo factor de incertidumbre.
Los mercados financieros son cada vez más competitivos
y la velocidad de este cambio está generando a las
compañías una gran presión, no sólo por ser exitosas,
sino que además deben planear y realizar las estrategias
necesarias para mantener su éxito en el futuro, por lo
que, la sustentabilidad corporativa ha sido la gran
protagonista durante los últimos años (Gavira, Martínez y
Espitia, 2020, p.227).
El auge del financiamiento sustentable se da tras la
publicación y ratificación internacional de la Agenda 2030
(2020), los países de todo el globo asumieron el
compromiso de generar mecanismos que coadyuven con la
consecución del desarrollo sustentable dentro de su
territorio, así como a nivel internacional. Los países de
América Latina no fueron la excepción, pese a que gran
parte de estos se encuentra en vías de desarrollo, el
crecimiento que ha experimentado esta región tiene parte
de sus orígenes en el desarrollo sustentable, aprovechando
el potencial en materia medioambiental y social del que
disponen. Incluso, países como Argentina, Brasil o
Colombia dejaron de ser considerados en desarrollo por el
gobierno estadounidense, gracias al crecimiento comercial
e industrial observado (Hernández, 2020); no obstante,
estas mismas naciones son consideradas como referente
latinoamericano en cuanto al impulso y financiamiento
público y privado de proyectos sustentables.
El International Finance Corporation (2016), considera que
los acuerdos internacionales han creado oportunidades de
inversión sustentables operables entre 2016 y 2030 en
sectores clave: energías renovables, transmisión y
distribución de energía, eficiencia energética industrial,
infraestructura, residuos y transporte. Además, señala a
América Latina y el Caribe como la región con mayor
potencial después de China. Se hace importante para
dichas naciones definir la cantidad de recursos para lograr
las metas y resultados internos, representando es un
desafío innegable para la consecución de recursos
económicos provenientes tanto de recursos nacionales,
como externos o apoyos internacionales.
En la Figura 1 se muestra el contraste en los
financiamientos hacia temas de sustentabilidad, con énfasis
en el eje medio ambiental, que se han efectuado tanto en el
año 2013 como en el 2016, tomando como base el último
reporte público sobre financiamiento en la materia,
realizado por la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL).
Fuente: Elaboración propia a partir de Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (2019).
Figura 1. Financiamiento para proyectos sustentables en
Latinoamérica según el tipo de recursos
Como se muestra en la Figura anterior, para alcanzar
pronósticos favorables en América Latina en cuanto a
financiamiento sustentable, es necesario conocer la
estructura orgánica de aquellas vías de financiamiento que
operan o han operado, destacando sus principales alcances
y las áreas de oportunidad que, al atenderlas, pueden crear
un efecto generalizado para esta región. Se observa que en
cuatro años transcurridos el financiamiento con origen
nacional ha disminuido considerablemente, abriendo paso
a financiamientos mixtos, los cuales, a su vez, representan
otra vía de consecución para el último de los Objetivos del
Desarrollo Sustentable: Alianza para Revitalizar la Alianza
Mundial para el Desarrollo Sustentable.
Metodología
Para la investigación fueron empleadas dos tipos de
investigación: documental y descriptiva. La primera permitió
la profundización en el objeto de estudio a través de la
revisión de las principales fuentes de referencia para
financiamientos sustentables, así como los autores que
previamente han trabajado el tema. La segunda permit
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Año 2013 Año 2016
Internacionales Nacionales Mixtos
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puntualizar en los puntos relevantes que permiten
evidenciar cómo ha evolucionado este importante sector
financiero en América Latina, considerando las
características intrínsecas de las naciones que comprende
esta región.
Desarrollo y discusión
La revisión de las fuentes de financiamiento sustentable
tiene como base tres principales pilares: bonos verdes;
fondos sustentables; y financiamiento social. Estos temas
han cobrado auge en los años recientes debido a la
creciente demanda de alternativas de financiamiento para
proyectos que tengan homologados, total o parcialmente,
criterios de sustentabilidad en sus quehaceres.
A continuación, se detallan cada uno de los pilares
mencionados, partiendo desde sus orígenes y naturaleza, y
mostrando algunos ejemplos de su operatividad y alcance
en distintas naciones latinoamericanas.
Bonos verdes
En las últimas décadas se ha expandido el papel del sector
financiero a nivel internacional, donde además de las
funciones cotidianas que este realiza, se espera que realice
esfuerzos adicionales que vayan más allá de coadyuvar con
el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Se
busca que el sistema financiero sea un respaldo sólido para
todo tipo de proyectos, con especial énfasis en aquellos que
promueven acciones en pro de la sociedad y del medio
ambiente.
En el año 2005, contando con la participación de 20
inversionistas de diferentes regiones del mundo, se
desarrolla en la Secretaría General de las Naciones Unidas
(ONU) los Principios de Inversión Responsable.
La aplicación de los principios genera un aumento de los
rendimientos financieros a largo plazo y una mayor
compatibilidad entre los objetivos de los inversionistas
institucionales y de la sociedad en general.
Originalmente, los principios se centraron en los valores
fundamentales de grandes inversionistas, con horizontes
de inversión largos y carteras muy diversificadas. Sin
embargo, los principios se aplican a todo tipo de
inversionistas institucionales, gerentes de inversión y
socios proveedores de servicios profesionales (FIRST for
Sustainability, 2010).
Los Principios fueron formulados con el apoyo de
inversiones, organismos gubernamentales, sociedad civil y
la academia, tras los primeros cinco años de funcionamiento
se logró contar con 750 signatarios que ratificaron la
alineación hacia los mismos. A continuación, se enlistan los
Principios de Inversión Responsable:
1. Incorporar las cuestiones ambientales, sociales y de
gobierno empresarial a los procesos de análisis y
adopción de decisiones en materia de inversiones;
2. Incorporar las cuestiones ambientales, sociales y de
gobierno empresarial a las políticas y las prácticas;
3. Pedir a los destinatarios de inversiones que hagan
pública la información apropiada sobre las cuestiones
ambientales, sociales y de gobierno empresarial;
4. Promover la aceptación y aplicación de los principios
en la comunidad global de la inversión;
5. Mejorar la eficacia en la aplicación de los principios;
6. Informar sobre las actividades y el progreso en la
aplicación de los principios.
Como se mencionó antes, con la ratificación de la Agenda
2030 por los países miembros de Naciones Unidas, entre
ellos los relativos a América Latina, se asume una serie de
compromisos en tres grandes ejes: sociedad, medio
ambiente y economía; la mezcla integral de estos da como
resultado lo que se conoce mundialmente como desarrollo
sustentable.
Dentro del eje económico, una de las guías centrales de
actuación es la promoción de esfuerzos que permitan
conseguir un balance, en términos de ganancias, para tres
principales grupos de interés: a) la economía general - a
través del fortalecimiento y transparencia del sistema
financiero y bancario, así como de todas las instituciones de
apoyo y derivada; b) los inversores logrando rendimientos
esperados por la colocación de sus capitales en proyectos
con el mínimo impacto ambiental; y c) la sociedad civil
detonando elementos tangibles que contribuyan en el
bienestar común y mejora en la calidad de vida.
Una de las primeras respuestas que se generaron para
hacer frente a los desafíos en materia de sustentabilidad y
finanzas fue la colocación de bonos verdes, los cuales son
cualquier tipo de bono en el que la aplicación de los fondos
se realiza exclusivamente para financiar o refinanciar,
parcial o totalmente, proyectos verdes existentes o nuevos
(International Capital Market Association, 2018, p.3).
En la Tabla 1 se presentan tres casos de emisión de bonos
verdes en países Latinoamericanos, los cuales son
referentes en la región de estudio al ser pioneros en su
colocación y seguimiento.
Tabla 1. Bonos verdes emitidos en Latinoamérica
País
Año
Origen del bono
Valor
Aplicación
México
2016
Local: Gobierno de la Ciudad de
México. Subasta pública.
$1.000 millones MXN.
Desarrollo de proyectos sobre ahorro y uso eficiente de energía;
mejora en el abastecimiento y calidad del agua potable, y
transporte público sustentable.
Colombia
2017
Nacional: Banco de Desarrollo
Empresarial de Colombia
(Bancóldex).
Subasta pública.
$200.000 millones COL.
Financiamiento de proyectos que ayuden a reducir las
consecuencias negativas del cambio climático.
Chile
2019
Nacional: Ministerio de Hacienda.
Inversionistas especializados.
$1.431 millones USD.
Contribuir con proyectos que involucren transporte limpio,
eficiencia energética, recursos naturales vivos y edificios
ecológicos.
Honduras
2019
Nacional: Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE).
Subasta Pública.
$375 millones USD.
Apoyo a sectores estratégicos con contribución a la transición de
Centroamérica hacia economías bajas en carbono.
Ecuador
2020
Nacional: Banco Pichincha.
Inversores directos.
$150 millones USD.
Impulsar el desarrollo de los negocios verdes y coadyuvar en la
reducción del impacto ambiental.
Fuente: Elaboración propia a partir de Secretaría Del Medio Ambiente (2017); Comité colombiano de la CIER (2017); Banco
Centroamericano de Integración Económica (2019); El Comercio (2020); y Ministerio de Hacienda (2020)
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Esta vía representa una herramienta coadyuvante para las
inversiones con carácter medio ambiental o verde,
especialmente para el sector público, aunque, con base en
la Tabla 1, se infiere la apertura que están teniendo los
bonos verdes en territorio Latinoamericano.
Los bonos verdes representan una alternativa de
financiamiento para proyectos, sin embargo, retomando los
ejes que prioriza en desarrollo sustentable, son únicamente
contextualizados en materia de economía y medio
ambiente; hace falta profundizar en tópicos sociales, tanto
de origen en sus vías de estructuración y objetivos, a
como consecuencia indirecta del emprendimiento de estos.
Si se toma en consideración que la mayor parte del territorio
Latinoamericano se encuentra catalogada como naciones
en vías de desarrollo
o subdesarrolladas, la inclusión de
financiamientos sustentables con impacto en el eje social
cobra mayor prioridad.
Fondos sustentables
Como se revisó en el apartado anterior, el sistema
financiero global ha migrado parcial o totalmente, en
algunos casos, sus modelos de negocio buscando
promover, desde lo interno, acciones que coadyuven con la
sustentabilidad, considerando temas aledaños al cuidado y
bienestar ambiental.
Dicho lo anterior, a nivel global se presenta una tendencia
al alza que favorece el financiamiento de proyectos
sustentables y que, en palabras de Alejandra Scafati (2018),
tiene como elementos centrales dos elementos:
1. La demanda de los fondos para ser administrados por
el sistema financiero, mientras que se exige que los
inversionistas sean más responsables.
2. La necesidad de las organizaciones financieras de
incorporar en la gestión de sus negocios la
responsabilidad social (Scafati, en COFIDE, 2018).
El primero de los elementos mencionados responde a la
valoración externa del sistema financiero, en la que
demandan que uno de sus principales grupos de interés,
sus clientes, añadan condiciones a sus proyectos y
organizaciones donde se promueva la sustentabilidad. En
el caso del segundo elemento se trata de una perspectiva
interna en el sistema financiero, donde, al ser también una
organización, debe cumplir con la alineación sustentable
que demanda a sus usuarios.
Estas perspectivas, al añadirse a los orígenes y objetivos de
los bonos verdes, generaron un incremento en los Fondos
de Financiamiento disponibles en el mercado de
Latinoamérica. Los recursos de este modelo de
financiamiento se destinan a proyectos e iniciativas
alineadas con el desarrollo sostenible, así como productos
amigables con el medio ambiente y políticas que fomentan
una economía más inclusiva.
Un fondo de inversión sostenible es aquel que tiene como
estrategia de inversión el configurar una cartera con
compañías que cumplan con los aspectos sociales y
medioambientales necesarios para garantizar el
bienestar de las personas (Fondos, 2020).
Aunque no existe un consenso mundial sobre lo que debe o
no incluir un fondo de financiamiento sustentable, existen
características compartidas y con sencilla localización
cuando se analizan los diferentes mecanismos en esta
materia. Para ello, es necesario puntualizar la diferencia
operativa existente en este tipo de financiamiento de
acuerdo con la naturaleza actual de las diferentes naciones,
el Laboratorio Binacional para la Gestión Inteligente de la
Sustentabilidad Energética y la Formación Tecnológica
(2015), señala que este financiamiento tiene un alcance
mayor y con alta capacidad de trascendencia en los países
desarrollados.
En el caso de los países desarrollados el financiamiento
proviene de ellos mismos, pues cuentan con los ingresos
económicos suficientes para destinar parte de ellos a la
implementación de proyectos. Incluso es común que
cuenten con recursos que destinan a fondos de
financiamiento climático para países en vías de
desarrollo, dando lugar a los llamados fondos climáticos
multilaterales (Laboratorio Binacional para la Gestión
Inteligente de la Sustentabilidad Energética y la
Formación Tecnológica, en Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey, 2015, p.2).
Se entiende entonces que los países en vías de desarrollo
nuevamente se encuentran en desventaja a la hora de
emprender fondos de financiamiento sustentable ya que,
aunque estos sean colocados y existan inversores
importantes, no se goza de un respaldo interno que
promueva de manera habitual y con tendencia de
crecimiento este apartado del mercado de capitales.
Lo anterior debe ser tomado en consideración a la hora de
revisar los avances conseguidos con relación a la Agenda
2030. Tomando como base la demanda creciente, tanto de
proyectos alineados hacia la sustentabilidad como de
posibles inversores, la situación debiera ser homologa,
incluso inversa, para tomar el financiamiento sustentable,
en modalidad bonos, como una vía paralela para lograr el
escalonamiento de los países menos favorecidos y con más
limitaciones en el alcance de cada uno de los Objetivos del
Desarrollo Sustentable (ODS).
En la Tabla 2 se analizan algunos de los fondos de
financiamiento sustentable de los que países
latinoamericanos pueden disponer cuando se trate de
proyectos que persigan metas en concordancia con los tres
ejes del desarrollo sustentable.
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Tabla 2. Fondos de Financiamiento Sustentable Operables en Latinoamérica
Fondo
Emisor
Zona de acción
Monto promedio del
financiamiento
Líneas aplicables
Fondo Regional de
Tecnología
Agropecuaria
(FONTAGRO)
Estados Unidos
América Latina y el
Caribe.
$400.000 USD.
Investigación e innovación científica y
tecnológica en el sector agropecuario.
Alianza de energía y
medio ambiente
(EEP)
Finlandia
Región andina,
Centroamérica y
República Dominicana.
€200.000 EUR.
Acceso a servicios modernos de energía
y promoción de energías renovables y
eficiencia energética.
Fondo de inversión
noruego para países
en desarrollo
(Norfund)
Noruega
Costa Rica,
El Salvador,
Guatemala, Honduras,
Nicaragua y Panamá.
$2 millones USD.
Desarrollo de nuevos negocios y
contribución al crecimiento económico y
reducción de la pobreza.
Fondo de
desembolso rápido
para soluciones
innovadoras en
transporte del BID
(InfraFund)
Estados Unidos
América Latina y el
Caribe
$1,5 millones USD.
Identificación, desarrollo y preparación
de proyectos de infraestructura
financiables, sustentables y con alta
probabilidad de alcanzar el respectivo
cierre financiero.
Red de conocimiento
sobre clima y
desarrollo (CDKN)
Reino Unido y
Países Bajos
América Latina y el
Caribe
£500.000
Investigación, servicios de
asesoramiento e intercambio de
conocimientos en apoyo a las políticas
de gestión local en los sectores público,
privado e independiente.
Fuente: Elaboración propia a partir del Banco Interamericano de Desarrollo (2014); y Revista Summa (2011)
Tomando la información de la Tabla anterior, se aprecia que
la mayoría de los proyectos que pueden ser financiados por
las diferentes alternativas descritas, son aquellos que
favorecen tanto al eje medio ambiental del desarrollo
sustentable, con especial énfasis en la tecnología y eficacia
energética; como al eje económico a través del desarrollo
de proyectos con eficacia financiera o con contribución
directa al crecimiento económico.
Los fondos analizados tienen el sustento del Banco
Interamericano de Desarrollo, por lo que se infieren los
motivos por los que son aplicables en territorio
latinoamericano, así como lo general de las líneas de acción
desprendidas. No obstante, la inclusión de temas sociales,
además de la reducción de la pobreza, no es fácilmente
localizable en este modelo de financiamiento sustentable.
Financiamiento social
En los apartados anteriores se han abordado los esfuerzos
en materia de financiamiento y promoción de dos de los ejes
del desarrollo sustentable: economía y medio ambiente. No
obstante, la manera en que se está incorporando al eje
social en la banca, tanto comercial como alterna, aún resulta
difícil de contextualizar por la baja tendencia en la cartera
de servicios financieros para este tema.
Lo anterior tiene como uno de sus orígenes el
desconocimiento que aún existe sobre lo que implica hablar
de economía o emprendimiento social; esta situación
representa una limitación importante ya que, al no ser una
vía generalizada para su incorporación dentro del sistema
económico, se puede llegar a generar una reducción
constante de los proyectos que pueden catalogarse dentro
de esta nomenclatura.
La economía social y solidaria se estableció a mediados
del siglo XX como un movimiento social que reúne al
conjunto de organizaciones y actividades, constituidas en
ideas y acciones económicas alternativas y solidarias en
sus diferentes dimensiones: producción, financiamiento,
intercambio y consumo (Pérez, 2017: 179).
Otra de las limitaciones más destacables que enfrenta el
financiamiento social es el alto riesgo de recuperación con
el que este tipo de empresas se dirige financieramente. Este
hecho tiene relación directa con el supuesto anterior, donde
el desconocimiento, tanto de origen como de alcances, que
existe para proyectos sociales se convierte en una
constante que merma la amplia contribución y necesidad de
abrir los nichos financieros hacia estos.
La característica más destacable de todo aquel que es
emprendedor social o quien promueve proyectos de esta
magnitud, es la ganancia de doble cuenta, donde, por un
lado, se busca un beneficio económico para el proyecto o
empresa social; y por el otro, y probablemente el que más
trabajo cuesta visualizar desde el plano ordinario del
financiamiento, la ganancia y beneficios que se generan
para la sociedad, tanto local como general (Nicolás y Rubio:
2012: 40).
El financiamiento social debe ser tema prioritario en el
sector financiero para seguir la tendencia de homologación
hacia los Objetivos del Desarrollo Sustentable, donde, al
analizar las metas que cada uno de ellos contempla, se
infiere la importancia de asumir compromisos que
promuevan, además de crecimiento económico, el
desarrollo y progreso en materia social.
En la Tabla 3 se exponen algunos de los financiamientos de
índole social a los que los emprendedores de las distintas
naciones que conforman Latinoamérica pueden recurrir,
acorde con la naturaleza y etapa del proyecto social.
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Tabla 3. Financiamiento a emprendimientos sociales en Latinoamérica
País
Origen
Beneficiarios
Monto
máximo
Descripción
Argentina
Gubernamental:
Ministerio de
Desarrollo
Productivo.
Personas con una solución para
una problemática social;
emprendimientos sociales de
hasta 4 años de actividad.
$250.000
ARG.
Fondos para el equipamiento, insumos, servicios
profesionales, mejoras en el espacio laboral y en
gastos relacionados a la constitución de una
marca.
Colombia
Privado:
The Pollination
Project.
Individuos; comunidades;
organizaciones con proyectos
sociales definidos.
$1.000
USD.
Subvenciones para proyectos con potencial de
generar un cambio social y que se encuentren
en las fases de desarrollo.
Ecuador
Privado:
Fundación
CRISFE.
Organizaciones sin fines de lucro
locales; asociaciones civiles;
organizaciones no
gubernamentales.
$210.000
USD.
Financiamiento no rembolsable de proyectos
para mejorar la calidad de vida de las personas
en condición de vulnerabilidad replicables o
escalables a bajos costos.
México
Gubernamental:
Instituto Nacional
de Economía
Social.
Jóvenes emprendedores de 16 a
29 años; empresas sociales en
marcha.
$300.000
MXN.
Apoyo de proyectos fundamentados en valores
como la ayuda mutua, asociativismo y equidad
para la inclusión laboral y financiera.
Uruguay
Gubernamental:
Instituto Nacional
del
Cooperativismo.
Emprendedores de 18 a 50
años.
$4000.000
UYU.
Impulso a la formación de cooperativistas para la
gestión socio empresarial y fomento a la
enseñanza del cooperativismo.
Fuente: Elaboración propia a partir de Ministerio de Desarrollo Productivo (2018); Agencia Presidencial de Cooperación Internacional
(2018); Fundación CRISPE (2021); Gutiérrez (2014); e Instituto Nacional del Cooperativismo (2018)
Como se puede observar en la Tabla anterior, los
financiamientos a proyectos sociales que se han
emprendido en los últimos años en la región de estudio
comparten rasgos muy claros en cuanto al destino del
capital, destacando la contribución a la calidad de vida y la
promoción de la ayuda mutua y cooperativa. Esto sin dejar
atrás el impulso central para que sean más proyectos los
que se coloquen y consoliden en el rubro.
Resalta, además, la amplitud en el rango de los montos
máximos por otorgar a cada emprendedor o proyecto,
siendo el apoyo económico más bajo para aquellos
proyectos que se encuentran en fase de desarrollo y que
necesitan adquirir distintos insumos, tangibles e intangibles.
Por el otro lado, los mayores montos de financiamiento
corresponden a las líneas que promueven el cooperativismo
y los que asumen como parte de su filosofía la mejora en la
calidad de vida para grupos en situación de vulnerabilidad.
El financiamiento social en América Latina es una realidad
que ha ido construyéndose lentamente, teniendo un impulso
evidente la absorción de las naciones de dicha región sobre
la Agenda 2030. Este nuevo régimen para las instituciones
financieras y crediticias, así como algunos organismos
alternos, debe representar una doble ganancia: la
económica, con el retorno de inversión aplicable; y la
agregada, con el crecimiento del prestigio y la
responsabilidad social empresarial propia.
Conclusiones
La transición del sistema financiero internacional enfrenta
un nuevo desafío en la última década, la incorporación de
criterios sustentables, tanto para su propia operación, como
para el destino de sus recursos crediticios. En pro de
superar este desafío, se hace latente la necesidad de
entender, de la manera más precisa y objetiva posible, lo
que implica homologar operaciones hacia el desarrollo
sustentable. Las naciones latinoamericanas tienen doble
reto por asumir, ya que, en adición al anterior, deben
auxiliarse de este tipo de financiamientos para superar sus
limitaciones internas.
Como se abordó en el apartado de bonos verdes, se han
atendido distintos tipos de proyectos en la región de estudio,
los cuales apuntan, como su nombre lo indica, hacia la
preservación medio ambiental en el territorio. Los montos
que se han puesto a disposición son elevados y con
evidencia de efectividad en varios países dentro de la zona
de estudio, este hecho recalca la importancia que debe
tomar el financiamiento de iniciativas en este tenor. La
mayoría de los bonos verdes ofertados en Latinoamérica
tienen un origen y alcance nacional, sin embargo, el
emprender este tipo de instrumentos financieros a nivel
local, como en el caso de la Ciudad de México, puede
generar beneficios alternos y con mayor grado de visibilidad
y alcance para la población en general. En adición, llevando
a cabo una educación financiera y ambiental para las
empresas latinoamericanas, el potencial de los bonos
verdes continuará marcando una tendencia al alza.
Hablando de fondos sustentable, resulta evidente que los
países emisores de esta clase de financiamiento poseen,
estructuralmente hablando, un nivel superior en cuanto al
grado de consciencia y número de esfuerzos que se han
hecho en sus planos locales, por lo que el siguiente paso es
la contribución con países que se encuentran transitando en
la alineación sustentable, como lo es el territorio
latinoamericano. No es de extrañar que sean varios los
apoyos financieros de los que dispone la región de estudio,
ya que, naturalmente, posee una riqueza medio ambiental y
cultural innegable, la cual es valorada a nivel internacional,
y le brinda valor añadido cuando se retoma que uno de los
aspectos más deseados es la capacidad de innovación y
replicabilidad de los proyectos emprendidos. A mediano
plazo sería óptimo lograr fondos sustentables que se
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Fuentes de financiamiento sustentables para proyectos latinoamericanos
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originen dentro de Latinoamérica y que promuevan
emprendimientos más locales y que rebasen el plano medio
ambiental del desarrollo sustentable.
Finalmente, el financiamiento social es el apartado que más
dificultades enfrenta actualmente, ya que, como se abordó
anteriormente, tiene diversas barreras, empezando con la
dificultad generalizada para la comprensión de lo que
implica hablar al respecto. La transición financiera para este
tipo de proyectos ha requerido de mayor tiempo ya que, al
no perseguir únicamente el fin económico, es también
mayor el riesgo que ocasiona el financiarlos. Si se toma
como ejemplo los proyectos que son referentes en materia
de economía social en países desarrollados y que son
considerados como referente internacional, la garantía en la
apuesta hacia proyectos sociales crece. Latinoamérica
cuenta con un patrimonio cultural invaluable, el cual, al
trabajarse con especialistas en la materia, puede generar
un gran número de emprendimientos que abonan a la
economía social, ya que la cultura se manifiesta en
cualquier región dentro de las naciones; y si se añade a esto
los beneficios propios del emprendimiento social
previamente mencionados, se puede contextualizar de
manera más precisa este giro financiero, haciéndolo más
amigable y atractivo para el sistema financiero y bancario
actual.
Los objetivos del desarrollo sustentable y las metas que
cada uno de estos persigue, dan cabida a un elevado
número de oportunidades para el emprendimiento de
acciones y proyectos que coadyuven con su superación y
logro. El sistema financiero internacional debe contar con la
información, capacidad y recursos suficientes para
subvencionarlos; la apuesta por el desarrollo sustentable no
solo debe ser valorada desde la perspectiva del egreso
económico, sino también como una fuente racional de
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