con mayor nivel de desigualdad y pobreza (Silva, 2011). El
neoliberalismo fue el modelo económico y político que el
mundo tomó y el cual hoy en día se lo ve como un fracaso
para la región (Carvajal, 2009).
Como lo denomina Carvajal (2009), el desarrollo no puede
tener un solo significado ya que es resultado de un proceso
social e histórico, “el desarrollo es un producto de la
imaginación de unos y otros, una imaginación que siempre
es resultado de una historia social, cultural y material.
Considerar el desarrollo como una construcción social e
histórica es reconocer que es un producto contingente y, por
lo tanto, puede ser modificado” (Monreal y Gimeno, 1999,
p.97).
Por lo tanto, no corresponde a este estudio definir el
desarrollo, sino entenderlo como menciona García Delgado
(2006) en su libro “El Desarrollo en un Contexto
Posneoliberal Hacia una Sociedad para Todos”, el
desarrollo debe enfocarse en las relaciones de poder y a la
forma cómo se construyen consensos y proyectos
colectivos en un marco democrático, es decir, ver el
desarrollo como algo integral e inclusivo, que permita la
acción social dentro de un mundo democrático.
Asimismo, Amartya Sen (2000) mira el desarrollo como la
posibilidad de libertad de la sociedad, el desarrollo requiere
que se suprima la privación de libertad, la pobreza, la
tiranía, la escasez de oportunidades económicas y las
privaciones sociales sistemáticas, como los servicios
públicos o el exceso de intervención de los Estados
restrictivos.
En fin, conceptualizar el desarrollo está directamente ligado
a cómo se percibe el mundo, “más aún, es posible recuperar
el desarrollo como un espacio importante para reelaborar y
trabajar la modernidad, para convertirla en algo distinto”
(Escobar, 2005ª, p.21). El desarrollo, hoy en día, debe estar
más allá del crecimiento económico y dar lugar a las
prácticas culturales, a la cosmovisión, a la relación con la
naturaleza y al incremento de las capacidades locales,
prácticas desvalorizadas con la modernidad.
Dentro del enfoque de descentralización es importante
destacar al desarrollo local, el cual es visto como una
alternativa de desarrollo que revaloriza lo local, lo
específico. Como lo denomina Carvajal (2009) “es un
proceso de desarrollo integral, que conjuga la dimensión
territorial, las identidades o dimensión cultural, la dimensión
política y la dimensión económica. Es una apuesta a la
democratización de las localidades, al desarrollo
sustentable y equitativo repensando las potencialidades del
territorio y la sociedad local” (p.7).
Al hablar del territorio se ve la necesidad de conceptualizar
el desarrollo endógeno, ya que este se centra en la
territorialidad. El desarrollo endógeno se define como
desarrollo desde adentro (Carvajal, 2009), es decir, hace
referencia no solo al territorio como un espacio geográfico,
sino como potencial humano, de recursos naturales y
culturales.
La planificación endógena busca la ejecución de decisiones
desde lo autóctono, es decir, el impulso de la economía
solidaria orientada a las necesidades comunes, por lo tanto,
coloca la valorización de capital humano y natural, así como
el cultural y patrimonial, “además, promueva el
fortalecimiento de las instituciones públicas, el fomento de
la participación ciudadana en el espacio de gestión pública,
comunal, parroquial, cantonal, provincial, regional y
nacional” (Carvajal, 2009).
Es por ello que se debe ver a la planificación del desarrollo,
en términos generales, como un proceso de humanización
y participativo, además, es importante la identidad y la
diversidad cultural, es decir, el desarrollo se “construye con:
sujetos comunitarios, en diálogo colectivo, con reciprocidad
y la complementariedad; se valoran los bienes
comunitarios; los saberes locales para visibilizar los modos
de vida y valores locales” (Carvajal, 2009).
Metodología
El paradigma investigativo en el que se inscribe este estudio
es el del pragmatismo, caracterizado por Creswell (2014)
como una forma de hacer ciencia en la que se acepta la
realidad en un contexto histórico, social y político, y en la
que se ponen de relieve aspectos relacionados con la
justicia social y la forma de hacer política.
La reflexión acerca del carácter participativo de la
planificación, justamente busca eso en este estudio que se
tipifica como descriptivo en el sentido planteado por Trochim
y Donnelly (2008) ya que busca describir una situación
particular, y de carácter transversal en cuanto a que dicha
descripción se realizará en consideración de lo que sucede
en un único punto temporal de análisis. La unidad de
análisis de este estudio es de carácter geográfico, y se
refiere al territorio de la parroquia Malchinguí, cantón Pedro
Moncayo, provincia de Pichincha, en Ecuador.
El método utilizado en esta investigación es inductivo, en
tanto a partir de la observación de una situación particular –
el proceso participativo de planificación en Malchinguí-
busca identificar patrones que en estudios posteriores de
carácter relacional podrían dar lugar al planteamiento de
hipótesis y su comprobación.
A partir de la revisión bibliográfica, tanto del Plan de
Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la parroquia, como
de sus informes de evaluación, se realiza una breve
caracterización geográfica de la zona, se realiza una
revisión de los hitos históricos de participación en
Malchinguí como alternativa de desarrollo y se describen los
proyectos priorizados de manera participativa y su nivel de
ejecución.
Resultados
Caracterización de la zona
La parroquia Santiago de Malchinguí es una de las cinco
parroquias rurales del cantón Pedro Moncayo, de la
Provincia de Pichincha. Malchinguí, así llamada desde