Introducción
Las organizaciones funcionan como sistemas
interdependientes, donde cada parte contribuye a objetivos
comunes. Esta interrelación entre componentes desde un
pensamiento sistémico permite comprender las complejas
interacciones en las organizaciones, que actúan como
sistemas abiertos en relación con su entorno. Por lo tanto,
la interdependencia, interrelación y adaptación son
elementos clave en el funcionamiento organizacional
(Camarena Martínez, 2016).
En este contexto, las organizaciones agroecológicas se
enfrentan a desafíos significativos respecto a su
sostenibilidad, ya que esta implica, según Real Ferrer
(2012) “una nueva forma de relación, más armónica, con
nuestro entorno natural, por una parte, y con nuestros
semejantes, por otra” (p. 320). Además, la sostenibilidad
organizacional requiere de adaptarse rápidamente a las
situaciones variables de un mundo en permanente
transformación, donde gestionar el conocimiento de forma
apropiada es imprescindible (Vásquez Rizo y Gabalán
Coello, 2015).
La sostenibilidad organizacional tiene dos visiones:
económica, que busca la rentabilidad y la eficiencia, y la
social, que se basa en la Economía Social y Solidaria, que
reconoce las contribuciones no monetarias de los actores
sociales. (Coraggio, 2011). Específicamente, desde la
perspectiva social, la sostenibilidad organizacional
agroecológica, implica el uso de los materiales y energías
que realmente son necesarios para una vida digna, los
mismos que deberán ser suficientes en la satisfacción de
las necesidades, sin caer en el desperdicio de energía que
implica el consumismo.
Sin embargo, para este estudio, resulta pertinente profundar
en la sostenibilidad organizacional, a partir del análisis de
los componentes organizacionales como uno de los
factores determinantes para el desarrollo y sostenibilidad de
las organizaciones. Su estudio es importante porque
permite comprender cómo funciona una organización, cómo
se adapta a los cambios del entorno, cómo genera
beneficios en diferentes ámbitos y cómo mantiene su
cohesión interna con base en valores como solidaridad, la
reciprocidad, principios de la economía social y solidaria,
situación que redunda en la sostenibilidad de una
organización, tanto a corto como a largo plazo (Vásquez
Ponce et al., 2021). Por lo tanto, los componentes
organizacionales son considerados herramientas claves
para la sostenibilidad organizacional, considerando tanto su
enfoque social como económico.
Con base en estas consideraciones, surge la pregunta de
investigación, ¿cuáles son los elementos organizacionales
que aportan a la sostenibilidad de las asociaciones
agroecológicas consideradas exitosas? Para dar respuesta
a esta interrogante, la presente investigación plantea como
objetivo “analizar los elementos organizacionales que
aportan a la sostenibilidad de las asociaciones
agroecológicas, en casos de estudio exitosos”. Para llevar
a cabo el estudio se recurre a una metodología basada en
la Investigación Acción Participativa (IAP), pues no resulta
coherente utilizar otras metodologías que impidan ser
participativas para analizar la sostenibilidad de las
organizaciones agroecológicas. Finalmente, se presentan
los resultados de la investigación considerando el marco
teórico y los cuatro elementos mencionados anteriormente
sobre la sostenibilidad organizacional. Los resultados se
presentan considerando cada elemento de sostenibilidad
organizacional y narrando los hallazgos en cada una de las
organizaciones.
Sostenibilidad organizacional agroecológica
Para hablar de la sostenibilidad organizacional
agroecológica, es pertinente abordarlo desde dos enfoques:
Lo económico que se caracteriza por la eficiencia, busca
obtener excedentes económicos, y se basa en un ideal
normativo, mientras que, desde el enfoque social, según
Coraggio (2011), surge en el contexto de la economía social
y solidaria, que acepta:
subsidios económicos amplios (educación,
formación, exención de impuestos, sistemas de
salud, etc.) desde el principio de redistribución
progresiva por parte de la economía pública, así
como contribuciones de trabajo u otros recursos
(trabajo voluntario, redes de apoyo mutuo, uso de
la vivienda para la producción, etc.) que muchas
veces se fundamentan en relaciones de
reciprocidad y no se contabilizan como costos. (p.
51)
La sostenibilidad organizacional es definida por varios
autores, entre ellos, Keller (2012), para quien la
sostenibilidad organizacional es “un concepto económico
que parte de la premisa de que el éxito económico futuro de
una organización dependerá del logro de rendimientos
positivos, tanto en lo económico, como en lo social,
ambiental y organizacional” (p. 2). Para Chiavenato (2004),
la sostenibilidad organizacional es entendida como una
habilidad de la organización de funcionar como un sistema
abierto, formado por individuos que tienen valores
compartidos, y que usan su potencial humano y sus medios
materiales para realizar acciones dirigidas a lograr metas
colectivas y mantenerse a lo largo del tiempo. A partir de
estos conceptos, sostenibilidad organizacional involucra
múltiples factores, tales como las medidas
gubernamentales, el apoyo financiero, la colaboración entre
actores, factores organizacionales, el nivel de
infraestructura, el compromiso de los participantes, el
cuidado del medio ambiente, la valoración social, etc., y los
beneficios económicos (Álava Atiencie et al., 2023).
A partir de los conceptos de Keller (2012), Chiavenato
(2004) y Álava Atiencie et al. (2023), se puede expresar que
la sostenibilidad organizacional es la capacidad de una
organización de adaptarse a los cambios del entorno a fin
de generar beneficios económicos, sociales, ambientales y
organizacionales, con el respaldo de varios factores como
el gubernamental, los recursos financieros, la cooperación