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Boletín de Coyuntura, N º 17; junio 2018; ISSN 2528-7931; UTA – Ecuador; Pág. 9-12
El empleo: factor determinante del desarrollo humano
Fecha de recepción: 28 de Mayo 2018 Fecha de aceptación: 29 de Junio 2018
Mery Ruiz-Guajala
1
, Kléber Sinchigalo- Guamán
2
1
Economista. Docente de la Carrera de Economía de la Universidad Técnica de Ambato. UTA. Ambato-Ecuador. E-Mail: meryeruiz@uta.edu.ec
2
Economista. Graduado en la Universidad Técnica de Ambato. UTA. Ambato-Ecuador. E-Mail: sgkleber21@gmail.com
Resumen
Este artículo surge por la necesidad de analizar la relación del empleo
con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) en el Ecuador en base a la
disponibilidad de datos de fuentes ociales desde el año 2005 a 2017.
Se describe el comportamiento de las variables a lo largo del tiempo
y se realiza el análisis econométrico donde se estructuran los modelos
Mínimos Cuadrados Ordinarios y ARIMA. Los resultados de este es-
tudio demuestran que el empleo es un factor fundamental para el
desarrollo humano y el bienestar social.
Palabras claves: Índice de desarrollo humano, empleo, bienestar social.
Abstract
This article arises from the need to analyse the employment relationship
with the Human Development Index (HDI) in Ecuador in availability of
data from ocial sources since 2005-2017. The behavior of the variables
over time is described and the economic analysis is carried out where
the Ordinary Least Squares and ARIMA models are structured. The
results of this study show that employment is a fundamental factor for
human development and social welfare.
Keywords: Human development index, employment, social welfare
Introducción
Desde los inicios de la década de los 90, han surgido diferentes para-
digmas del desarrollo humano y el bienestar social, cuestionando a la
teoría económica moderna de la acumulación de capitales, tanto en el
sector empresarial como en el ámbito del individuo, donde por su natu-
raleza el hombre siempre querrá lucrarse. Considerando que la teoría
del desarrollo ha dejado rezagado a los indicadores macroeconómi-
cos como el Producto Interno Bruto (PIB) un indicador del desarrollo
económico. El aumento de los debates y críticas sobre la debilidad del
PIB se fundamenta por numerosos motivos, entre ellos se destacan: no
considerar aspectos como la producción, auto subsistencia, así como,
los mecanismos de las externalidades por degradación del medioam-
biente, índice de criminalidad, acceso a servicios de educación y salud,
esperanza de vida al nacer, renta y consumo sustentable entre otros
(Ibañez, Mujica, & Castillo, 2017). En ese sentido algunos economistas
del desarrollo empezaron a cuanticar estos componentes.
Aquellos componentes son variables que se agrupan en subindica-
dores, y éstos a su vez, se centran en indicadores que calculan ciertas
dimensiones, y con la unicación de los índices de las dimensiones se
cuanticaría el desarrollo. De la misma forma, se han incorporado los
términos de sustentabilidad y sostenibilidad como sinónimos dentro del
desarrollo humano. Esta autonomía de los diferentes componentes de
la sustentabilidad desarrolló algunos índices compendiados para me-
dir las dimensiones del desarrollo sustentable ONU (2000). Para este
enfoque algunos economistas no han diferenciado los conceptos de
desarrollo económico y crecimiento económico, la primera mide el bie-
nestar y nivel de vida de las personas, mientras que la segunda mide el
crecimiento porcentual de una economía. En este estudio se enfoca al
análisis del primer concepto.
Algunos cientícos como Haq (1976), Sen (1999) y Pedrajas (2005), del
“desarrollo” han estudiado los diferentes contextos que debe enfrentar
el ser humano, desde el momento de su concepción. Ellos estudian la manera
en que las personas cambian durante su ciclo de vida. Es desde allí,
que surge la necesidad de crear, por decirlo de algún modo, el estu-
dio y análisis formal del desarrollo humano (Diane E, Olds, & Feldman,
2004). El debate sobre desarrollo humano por parte del economista
Sen fue signicativo e innovador al indicar, que el proceso de desarrollo es
una ampliación de las capacidades humanas como las posibilidades y
derechos para acceder a ciertos bienes y servicios que son fundamen-
tales en el desarrollo personal y colectivo, y no como una ampliación
del bienestar y de satisfacción económica (Torres & Allepuz, 2009).
Las desigualdades sociales, son problemas que han causado muchos
debates a nivel internacional en diferentes foros, conferencias organiza-
das por las Naciones Unidas, estas discusiones surgen desde el mismo
instante que Amartya Sen dice que las condiciones sociales a través de
los tiempos, son desear las igualdades para los sectores periféricos en
donde abunda la pobreza en la mayoría de los países, incluyendo los
países llamados del primer mundo. La pluralidad social al momento de
buscar la igualdad y la libertad es por la realización propia de identicar
el valor de las cosas, tangibles o intangibles (Mollina & Pascual, 2014).
De ahí, surge el paradigma de las libertades reales y el desarrollo del
ser humano.
El paradigma del desarrollo debe ser visto como un ataque selectivo a
las peores formas de pobreza, denirse en términos de reducción con-
tinua y eliminación de la desnutrición, la enfermedad, el analfabetismo,
el infortunio, el desempleo y las desigualdades (Haq, 1976), que en su
esencia losóca del bienestar social está encaminado a la dignidad
humana. El capital humano está basado en modelos de investigación,
establecidos en el proceso de aprendizaje a través de diferentes fac-
tores que no son cuanticables, así como los hábitos de las personas
dentro de una sociedad, lo que trasciende de manera signicativa, tam-
bién se puede hacer una valoración a través de la variable proxy; es
decir, que se puede medir el empleo y su incidencia en IDH.
El desarrollo humano es la ampliación de las opciones de las personas,
acrecentando las funciones y capacidades humanas. Las funciones del
ser humano se reeren a las formas valiosas que la persona puede
desarrollar o ser, mientras que las capacidades humanas representan
varias combinaciones de funcionamientos que pueden llegar alcanzar
(Veres, 2006), entonces el concepto de desarrollo humano es mucho
más profundo y rico, que algunos índices compuestos o, incluso, en un
conjunto de indicadores estadísticos.
En el informe de desarrollo humano de 1990 del programa de la Na-
ciones Unidas para el desarrollo (PNUD) se prepararon diferentes índi-
ces compuestos que miden este aspecto, básicamente crear un índice
de desarrollo humano como tal. El programa dene al IDH como la
medición de la calidad de vida del ser humano en el ambiente en que
se desenvuelve, y como una forma de calicar el desempeño de un
país o región en cuanto a la calidad de vida se reere o al grado de
satisfacción de las necesidades humanas.
El PNUD cada año calcula el IDH, basándose en tres indicadores: es-
peranza de vida al nacer, nivel de educación y el nivel de ingreso per
cápita ajustado. Su valor se ubica entre cero y uno, los países que
están cerca a cero menos desarrollo humano tienen, mientras que las
naciones con valor del IDH cerca a uno, tienen un desarrollo humano
alto como es el caso de Noruega, Austria, Suiza entre otros. El valor del
IDH de un país o región muestra una noción, a escala, de su grado de
desarrollo y de su clasicación a nivel internacional (Torres & Allepuz,
2009). Dicha clasicación internacional ha evidenciado desigualdades
sociales y económicas.
En los países con bajo valor en el IDH, existe un bajo nivel de empleo,
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El empleo: factor determinante del desarrollo humano
que, para algunos analistas económicos, un alto nivel de desempleo es
observado como un signo de la debilidad de una economía. La falta de
empleo o su mala calidad es tal vez la relación más clara entre vulnera-
bilidad y pobreza ya que los ingresos económicos derivados del trabajo
simboliza la fuente más importante para la sobrevivencia de los hogares
(CEPAL, 2000), para muchas familias contar con un empleo estable
garantiza la estabilidad económica.
Para el premio nobel de Economía en 2001, Stiglitz (2002), el empleo
es una actividad económica que desarrolla el bienestar de los individuos
y las estructuras económicas de empresas y de las naciones. Del mis-
mo modo, el premio nobel de economía de 1969, Tinbergen, describe
al empleo como una relación gradual de la subutilización de la mano
laboral, en los países en vías de desarrollo no se conoce con claridad
los niveles de empleo y la subutilización de la mano laboral (Tinbergen,
2013). La escasez del personal con mano de obra calicado y los bajos
niveles de los conocimientos tecnológicos contribuirían al aumento del
desempleo.
El trabajo y la calidad del empleo son importes en el mundo laboral de
hoy, la competitividad laboral y los niveles salariales dependen de las
capacitaciones y el nivel académico de los trabajadores, se necesita
tener conocimientos básicos, de seguridad industrial, relaciones hu-
manas entre otras. La calidad del empleo se deniría como el conjunto
de factores anes del trabajo que intervienen en el bienestar económi-
co, social, psíquico y de salud de la clase obrera (Pérez & Mora, 2014).
Estos factores dependerían básicamente de las condiciones laborales
establecidas por las legislaciones de cada uno de los países, y que no
se no vulneren los derechos adquiridos por los trabajadores.
A partir de esta teoría surge la necesidad de investigar el empleo y su
incidencia en el IDH en el Ecuador desde el año 2005 a 2017, para el
empleo se consideraron tres variables: la población económicamente
activa (PEA) personas con aptitud y capacidad de trabajar a partir de
los 15 años hasta los 65 años de edad de acuerdo a la Constitución
Ecuatoriana, tasa de empleo de personas que trabajan en diferentes
sectores ya sea público o privado y/o autónomos y dependientes; es
decir, el total de la PEA que tienen empleo, y los asalariados totales que
son empleos en los que los trabajadores tienen contratos implícitos o
explícitos, por los que reciben una remuneración básica que no de-
pende directamente de los ingresos de la unidad para la que trabajan
(OIT, 2013).
El empleo y el Índice de Desarrollo Humano en el Ecuador
En el Ecuador, el IDH según el informe del PNUD (2017) aumentó de
0.739 a 0.743 para el año 2016 ubicándose en el puesto 89 de 188
países y territorios. Desde el 2005 al 2017 el IDH del Ecuador reeja in-
crementos que se observan en la gura1, por lo que se podría suponer
una mejora en la calidad de vida y bienestar social de los ecuatorianos.
El reajuste de datos realizado en el 2010 sobre educación, salud e
ingreso per cápita por habitante ha promovido el auge económico y
social del país.
Fuente: Elaboración propia con los datos del PNUD (2018)
Figura 1. Índice de Desarrollo Humano del Ecuador y su variación
Fuente: Elaboración propia con los datos del CEPAL (2018)
Figura 2. Tasa de Empleo de Ecuador
Ecuador cuenta con buen desempeño en el indicador referente a salud
puesto que la esperanza de vida es de 75,87 años y ha aumentado
1,73 años desde el 2005. En el caso de los indicadores de escolaridad,
ha variado progresivamente, por ejemplo, ese aumento se puede ob-
servar en el porcentaje de alfabetización. De acuerdo con los datos de
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) la meta planteada al 2012 fue del 98% y se alcan-
zó 99% superando la meta. Además, se ha mejorado en la calidad de la
educación, con el indicador de la cantidad de estudiantes por docente.
La meta propuesta por la UNESCO fue máximo 40 estudiantes por
maestro, a nivel mundial se logró establecer 24 alumnos por docente
en el mundo y en el Ecuador el cociente de estudiantes llegó al 18% en
promedio. Con respecto al ingreso per cápita, Ecuador ha experimen-
tado avances signicativos, en el 2015 el ingreso se registró en USD
5.851, mientras que en el ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita para
este año fue de USD 11.270, en este caso es importante recordar, que
a partir del año 2010 el PNUD utiliza como un nuevo indicador INB en
remplazo de Producto Interno Bruto (PIB) per cápita. El INB per cápita
en la paridad del poder adquisitivo (PPA) es expresado en dólares in-
ternacionales que tiene el mismo PPA con los dólares de los Estados
Unidos de América. Ecuador es la economía número 61 en el ranking
de 196 países del mundo, además es la octava más importante de
Latinoamérica (BCE, 2016).
En cuanto al empleo según el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC) 2018 existen 11,5 millones de personas que están en edad de
trabajar; esa cifra corresponde al 69,6% de la población total. También
se indica que 7,9 millones de ecuatorianos pertenecen a la Población
Económicamente Activa (PEA); es decir, que el 95,4 % de la PEA está
trabajando y el desempleo es 4,60 %. Para algunos analistas económi-
cos, la tasa de desempleo es un indicador para conocer la debilidad o
la fortaleza de la economía de un país o región.
Desde el 2005 al 2017 la PEA del Ecuador presenta una disminución
promedio del 1,07% (Figura 2), lo que signica que ha disminuido la
población en capacidad de trabajar. Además, el año con menor tasa
de empleo fue 2005, y en el año 2014 se observó 96,2% de empleo.
Más allá de las cifras económicas, el país está en pleno desarrollo económico y
social, lo que constituye que el país tiene el desafío de brindar una vida
digna para su población. Por tanto, se pretende conocer el comportamiento
de las variables de estudio y de acuerdo al problema planteado en la
presente investigación, se consideran las siguientes hipótesis.
H0: “El empleo no incide en el índice de desarrollo humano en el Ecua-
dor”; H1: “El empleo incide en el índice de desarrollo humano en el
Ecuador”.
Metodología
La búsqueda de la información se realizó de fuentes ociales del PNUD
de donde se obtuvieron datos del IDH, el dato referente a la tasa del
empleo se obtuvo del portal de información “Ecuador en Cifras” publi-
cado por el INEC y CEPAL, nalmente la fuente más importante de este
trabajo investigativo fue el Banco Central del Ecuador (BCE).
Para la estructuración de los modelos econométricos se utilizó el software
Gretl de libre distribución y utilizado por los académicos de las ciencias
de la Matemática, Estadística y Econometría. El modelo de Mínimos
Cuadrados Ordinarios (MCO) es un modelo lineal común y matemática-
mente fácil de describir. En este modelo se encontró que las variables
explicativas no son estacionarias por lo que se tuvo que aplicar pruebas
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estadísticas de serie temporal como la prueba de Dickey-Fuller (Gujarati
& Porter, 2009, págs. 754-755) y los test estadísticos de Dickey-Fuller
Aumentado para conocer las debilidades que se podrían presentar en el
proceso de predicciones (Maddala, 1992, pág. 532).
Además, se hizo la prueba de cointegración de Engle-Granger, Johansen
que se reere a la relación entre variables no estacionarias con raíz uni-
taria; es decir, cuando dos series están cointegradas a pesar de que
una de las variables pueda ser estacionaria, existe un equilibrio a largo
plazo (Granados, 2013). Luego de las pruebas de serie temporal, se pro-
cedió a la estructuración de los modelos. El modelo MCO es integrado,
y econométricamente se formuló de la siguiente forma:
En este modelo también se estructuró las pruebas estadísticas de Test
de RESET Ramsey para determinar si el modelo está correctamente es-
pecicado; es decir, que se pretende comprobar sí, en el modelo se omi-
tieron variables de relevancia o si se identicaron variables irrelevantes.
Además, se realizó el contraste de Autocorrelación de Breusch-Godfrey
para conocer si el comportamiento de una variable puede explicarse por
misma. Otra de las pruebas aplicadas fue la de colinealidad, donde
se puede conocer si las variables regresoras se encuentran correlacio-
nadas.
Se realizó la prueba de heterocedasticidad de White para que la varianza
no se mantenga constante en todas las observaciones de la muestra.
Por la presencia en los datos de no estacionalidad se estructuró el mode-
lo Autorregresico Integrado de promedios Móviles (ARIMA) y econométri-
camente se formuló de la siguiente forma:
A igual que el modelo anterior, se realizaron las pruebas estadísticas. Los
dos modelos son signicativos, entonces se aplicó el criterio de elección
de modelos. Cuando por diversos motivos en un análisis econométrico se
tiene que elaborar algunos modelos, el investigador enfrenta la disyuntiva
de la elección de un modelo más preciso y adecuado. Para la elección correc-
ta se debe tener en cuenta los objetivos de análisis, la teoría económica
utilizada y los resultados estadísticos, además depende de los modelos
uniecuacionales y multiecuacionales (Solera, 2000) y los criterios de elección
de modelo de Akaike, Schwarzy Hannan Caballero, (2011). El criterio más
adecuado es cuando su valor estadístico sea más bajo.
Resultados
Los resultados de esta investigación se muestran en dos formas: la pri-
mera el análisis descriptivo de las variables de estudio y la segunda el
análisis econométrico.
El empleo es una variable que constituye un medio de subsistencia que
permiten a las personas salir de la pobreza e incrementar su nivel de
vida. Las variaciones del empleo a lo largo del tiempo han sido un factor
determinante para alcanzar el desarrollo social y económico del país.
Fuente: Elaboración propia con los datos de PNUD, CEPAL, Banco Mundial, INEC
Fuente: Elaboración Propia desde el software Gretl
Figura 3. Análisis de correlograma del modelo integrado
Tabla 1. Media, desviación típica y tasa de variación de las variables estudiadas
Tabla 2. MCO, variable IDH del orden uno en el periodo 2005-2017
En esa perspectiva se conocerá el comportamiento de las variables que
componen el empleo. En cuanto al IDH en el Ecuador durante el periodo 2005-
2017, ha experimentado una variación promedio de 0,57%, aunque esto
no es signicativo con respecto a otros países de la región. El país se
ubicó dentro del IDH alto, esto probablemente por las políticas sociales
implementadas por el gobierno, que han permitido reducir las brechas de
desigualdad. Desde 2005 hasta 2017 en IDH la media es de 0,749 pun-
tos, lo que indica que el país está en el proceso de desarrollo social medio
con respecto a Noruega que es uno de los países más desarrollados y equita-
tivos del mundo. Además la dispersión con los datos del promedio es 0,036.
Con respecto a la PEA, el promedio durante este periodo fue del 68,7%;
es decir, que la población en capacidad de trabajo es representativa,
lo que indica un aumento en la tasa del empleo (tabla 1). En cuanto a
los asalariados totales en este periodo de estudio han disminuido en un
promedio de 1,70%, es decir, que existe mayor población que percibe
sueldos superiores al salario básico unicado.
En el modelo de MCO se observa que las variables regresoras son es-
tadísticamente signicativas, excepto la variable salariados totales (X3)
por lo que se procedió a la omisión de esta , y el modelo subajustado
de MCO integrado es el correcto; así como lo demuestra el estadístico
Fisher-Snedecor con un valor de probabilidad de 0,00104, con lo que
se entiende que el modelo en su conjunto es estadísticamente signica-
tivo, además, el coeciente de determinación ajustado indica un valor de
0,840857, comprobando que las variables explicativas del PEA (X1) y la
tasa de empleo de orden uno (d_X2) explican en un 84,09% a la variable
explicada de IDH orden uno (d_Y1).
La variable estimada y observada contra la variable exógena del PEA
y tasa de empleo del primer orden es estadísticamente signicativa; es
decir, el IDH estimado con respecto a las variables explicadas muestra
que la hipótesis es nula, por tanto hay una incidencia con las variables
explicativas del empleo.
En cuanto al modelo ARIMA es necesario conocer el correlograma
para analizar los valores de la Función de Autocorrelación (FAC) y de la
Función de Autocorrelación Parcial (FACP) con el objetivo de identicar
el orden del componente Autorregresivo (AR) y de Medias Móviles (MA)
como se puede apreciar en el gráco siguiente:
No se visualiza ningún valor de FAC signicativo puesto que ninguno
de estos sobresale a los límites de conanza (gura 3), por lo tanto, se
puede argumentar que la FAC sigue una tendencia sinusoidal. Así mis-
mo, ningún valor de FACP sobresale de los límites de conanza; es decir,
que la FACP también sigue una tendencia sinusoidal.
Se determina que el orden del Modelo Autorregresivo Integrado de Pro-
medios Móviles (ARIMA) es (1, 1, 1), es decir, que el componente autorre-
gresivo se estima en función de su primer rezago, al igual que el compo-
nente de medias móviles, estimado en función del rezago del orden uno
de los residuos de la regresión.
Fuente: Elaboración Propia
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El empleo: factor determinante del desarrollo humano
Fuente: Elaboración Propia desde el software Gretl
Fuente: Elaboración Propia desde el software Gretl
Tabla 3. Modelo ARIMA usando las variables 2006-2017
Tabla 4. Criterios de elección de modelos
En el modelo ARIMA las variables explicativas de la PEA (X1), Tasa de
empleo (X2) y asalariados (X3) son estadísticamente signicativas; es de-
cir, que las variables explicativas inciden en la variable endógena, además
la media móvil (theta_1) es estadísticamente signicativa con un valor de
probabilidad de 0,0001; es decir, que los rezagos de los residuos inciden
con el comportamiento de la variable explicada. Mientras que el compo-
nente autoregresivo (phi_1) no es estadísticamente signicativo; es decir,
que los rezagos de los residuos no inciden con el comportamiento de la
variable IDH. Por lo tanto el modelo es de Medias Móviles.
Para poder establecer con mayor exactitud la elección de modelos
econométricos se aplicó los criterios de información bayesiano o crite-
rio de Schwarz, criterio de información Akaike y criterio de información
Hannan-Quinn para el modelo Integrado y modelo Medias Móviles.
Los criterios ya mencionados son introducidos para penalizar el exceso
de parámetros ajustados, por lo tanto estos criterios son muestrales, de
acuerdo a lo mencionado, el criterio de Hannan-Quinn tiene una analogía
al criterio de información bayesiano (CIB) que indica que es la más preci-
sa para el modelo integrado con un valor de −64,82765; es decir, que el
orden de autorrelación es mínima por lo tanto, mientras para el modelo
Medias Móviles el criterio Hannan-Quinn tiene un valor estadístico de
−45,46616, la elección del modelo de acuerdo a estos criterios se inclina
al modelo de (MCO) integrado; por tanto, para la aplicación del mismo se
consideró la primera diferencia de los valores naturales.
Conclusiones
Sin duda el desarrollo humano, y sobre todo la calidad de vida siempre
dependerá de los ingresos económicos y para ellos es indispensable
contar con una fuente de trabajo. El empleo como parte fundamental
para el desarrollo económico y social de un país indica el fortalecimiento
de una economía. El dinamismo económico siempre estará enfocado a
la productividad que pueda desarrollar el ciudadano, teniendo en cuenta
su capacidad física y/o mental, lo que ayuda para el desarrollo de sí mis-
mo y de su familia. En ese sentido se llega a concluir que el empleo incide
de manera representativa en el índice de desarrollo humano.
En cuanto a la tasa de empleo para el año 2005, el 91,5 % del total de
la PEA tenía trabajo, mientras que para el año 2017 se registró 94,5%;
es decir, el comportamiento de la tasa de empleo presentó un incre-
mento de 0,27% (tabla 1). Así mismo con respecto a los asalariados
totales se observó una disminución del 1,70% de los trabajadores con
sueldo básico. Por lo que se concluye que la disminución de la PEA fue
un indicador que inuyó en el aumento del salario básico unicado, es
decir, que existe más empleados que tienen un ingreso económico por
encima de la base establecido por la ley; esto es positivo porque existe
mayor dinamismo económico.
Ecuador para el año 2016 se ubicó en el puesto 89 del ranking IDH,
una ubicación que representa estar en un nivel sobresaliente. Por lo
tanto, se concluye que el comportamiento del IDH en el Ecuador du-
rante 12 años presenta un incremento promedio de 0,57% (tabla1), lo
que indica que existe una mejor calidad de vida, mejor redistribución de
los recursos por parte del Estado Ecuatoriano.
En esta investigación se aplican dos modelos econométricos, el MCO
y ARIMA, y debido a que las variables no son estacionarias, se tomó
en cuenta los criterios de selección de modelos. Para el modelo MCO
con las variables de primer orden se concluye que las dos primeras
variables explicativas PEA y tasa de empleo son estadísticamente sig-
nicativas; es decir, existe una relación directa con la variable explicada
del IDH; y la variable asalariados no es signicativa.
Para el caso de modelo ARIMA el IDH con las variables explicativas
son todas estadísticamente signicativas, es decir, que el modelo es
correcto. De acuerdo a los resultados, el modelo es de Medias Móviles
(tabla 3), porque el phi_1 o componente autoregresivo no es estadísti-
camente signicativo, se concluye que el modelo es de Medias Móviles.
Los dos modelos anteriores son correctos y estadísticamente sig-
nicativos, y con cualquiera de ellos se puede realizar proyecciones,
sin embargo, cuando se presenta esta disyuntiva, se debe considerar
la esencia del estudio, para la determinación del modelo más preciso.
En este caso el modelo MCO integrado es el más adecuado, según el
criterio de Hannan-Quinn con valor de −64,82765. Se concluye que
la PEA y la tasa de empleo inciden signicativamente con el Índice de
Desarrollo Humano en el Ecuador y bajo estos resultados se puede
realizar proyecciones con mayor exactitud.
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