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Desastres naturales y desigualdad: Evidencia en América Latina y El Caribe
Boletín de Coyuntura, Nº 20; enero - marzo 2019; e-ISSN 2600-5727 / p-ISSN 2528-7931; UTA – Ecuador; Pág. 4-8
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Universidad Tecnológica Israel. Docente de la Facultad de Ciencias Administrativas. Quito – Ecuador. E-mail: pdesfrancois@uisrael.edu.ec. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2841-3272
Fecha de recepción: 22 de febrero de 2019 Fecha de aceptación: 27 de marzo de 2019
Desastres naturales y desigualdad:
Evidencia en América Latina y El Caribe
Desfrancois - Pierre
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URL: http://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/bcoyu/article/view/684 DOI: http://dx.doi.org/10.31164/bcoyu.20.2019.684
Resumen
El presente trabajo de investigación explora la relación entre los de-
sastres naturales y la desigualdad de ingresos en América Latina y El
Caribe a partir de un modelo de datos de panel que cubre 14 países
durante el periodo 2000-2017. El estudio econométrico revela que los
desastres naturales empeoran la desigualdad de ingresos en la región.
Los resultados son signicativos en las dos especicaciones del modelo,
es decir, utilizando el coeciente de Gini y el ingreso del primer quintil
de la población para medir el nivel de desigualdades. Además, se ob-
serva que el efecto negativo de los desastres naturales sobre el nivel de
desigualdad en la región se mantiene en el mediano plazo. Este resulta-
do también es robusto a cambios en la metodología y en las variables
utilizadas en el modelo. Luego, se emiten hipótesis sobre el impacto
signicativo de mediano plazo de los desastres naturales a partir de los
trabajos existentes en la literatura reciente. Este trabajo constituye un
aporte importante para el diseño de políticas públicas de reducción de
la desigualdad en los países de la región.
Palabras clave: Desastres naturales, impacto económico, desigualdad de
ingresos.
Abstract
This research paper explores the relationship between natural disasters
and income inequality in Latin America and the Caribbean based on a
panel data model covering 14 countries during the period 2000-2017.
The econometric study revealed that natural disasters worsen income
inequality in the region. The results are signicant in the two specica-
tions of the model that is, using the Gini coecient or the income of
the rst quintile of the population to measure the level of inequalities.
In addition, it is observed that the negative eect of natural disasters
on the level of inequality is maintained in the medium term. hen, hy-
potheses are issued on the signicant medium-term impact of natural
disasters based on the existing works in the recent literature. This work
constitutes an important contribution for the design of public policies to
reduce inequality in the countries of the region. This result is also robust
to changes in the methodology and in the variables used in the model.
Keywords: Natural disasters, economic impact, income inequality.
Introducción
Los desastres naturales tienen un impacto considerable en el desarrollo
económico de los países. Inclusive, Barro (2006), demostró que la
ocurrencia de desastres económicos imprevisibles como los conictos
armados o los desastres naturales de gran magnitud tiene mayores
costos sociales que las uctuaciones económicas continuas de menor
amplitud. El impacto socioeconómico de los desastres naturales abarca
diferentes dimensiones a nivel individual y agregado. Desde la perspec-
tiva de un hogar, los desastres naturales pueden representar un choque
adverso para el bienestar, afectando la integridad física, la acumulación
de activos y los ingresos, mientras que desde una perspectiva agrega-
da, pueden generar un impacto en el PIB debido a la pérdida de activos
y la interrupción de la actividad económica. En las últimas décadas se
ha observado un incremento de las investigaciones económicas sobre
las consecuencias económicas de los desastres naturales, sin embar-
go, aún existen muchos vacíos en esta literatura (Cavallo y Noy, 2011,
Kellenberg y Mobarak, 2011). Los proyectos de investigación recientes
han evaluado el impacto de los desastres naturales en el crecimiento a
corto y mediano plazo. Sin embargo, hay menos investigaciones sobre
el impacto de los desastres naturales en los pobres y en la distribución
del ingreso. En un estudio reciente, Yamamura (2013) utiliza datos de
panel de 86 países durante el periodo 1965-2004 para analizar cómo
los desastres naturales han afectado la desigualdad de ingresos. Con-
cluye que los desastres naturales aumentan la desigualdad de ingresos
en el corto plazo, sin embargo, este efecto decae con el tiempo y de-
saparece en el mediano plazo. Los resultados siguen estadísticamente
signicativos incluso después de controlar por los efectos jos anuales
y de países. Una de las hipótesis sugeridas por los autores para ex-
plicar la ausencia de efecto a mediano plazo es la redistribución de
las riquezas de las áreas no dañadas a las áreas dañadas, lo que re-
duce la desigualdad de ingresos. Este resultado sigue la tendencia de la
literatura empírica que distingue los efectos económicos de corto y de
largo plazo de los desastres naturales. En efecto, si bien es cierto que la
mayoría de los trabajos concluyen que los desastres naturales grandes
tienen un impacto negativo a corto plazo en la dinámica de producción
(Raddatz, 2009, y Noy, 2009), algunos estudios también encuentran
una relación positiva entre desastres naturales y crecimiento a largo
plazo (Skidmore y Toya, 2002), justicando estos resultados a partir
de la teoría de la destrucción creativa. Otro canal de transmisión para
explicar la desaparición del impacto de los desastres naturales con-
siste en el incremento del gasto público por parte de los gobiernos en
la reconstrucción de las áreas afectadas por el desastre. Otro trabajo
destacado es el de Islam y Winkel (2017), en el que se ofrece un marco
analítico para analizar la relación entre cambio climático y desigualdad.
Evidencian que la relación se caracteriza por un círculo vicioso, en el
cual la desigualdad inicial causa desventajas, es decir que los grupos
más pobres sufrirán de manera desproporcionada los efectos adversos
del cambio climático, lo que se traducirá en una mayor desigualdad
posterior. Los autores identican tres canales de transmisión a través
de los cuales se materializa el efecto agravante sobre la desigualdad
causada por el cambio climático: (i) el aumento de la exposición de los
grupos desfavorecidos a los efectos adversos del cambio climático; (ii)
el aumento de la susceptibilidad de los grupos desfavorecidos a los
daños causados por el cambio climático; y (iii) la disminución de su
capacidad para hacer frente y recuperarse del daño sufrido.
El estudio de la desigualdad ha ocupado un papel fundamental en las
investigaciones sociales sobre los países de América Latina y el Caribe,
desde que varias evidencias sugieren que América Latina y el Caribe
aparece como la región con la distribución de los ingresos más desigual
en el mundo (Alvaredo y Gasparini, 2015). En las últimas décadas, se
observa un descenso estadísticamente signicativo en los niveles de
desigualdad del ingreso (CEPAL, 2017). Los principales factores que
explican el descenso de la desigualdad son el aumento de los ingresos
laborales de los trabajadores más pobres, es decir, una reducción en la
desigualdad de ingresos laborales, el aumento en las transferencias gu-
bernamentales y el cambio demográco, que implica mayor número de
miembros en edad de trabajar (Lustig et al, 2013, Azevedo et al., 2013).
Sin embargo, a pesar de los avances de la región en la reducción de
la pobreza y de la desigualdad en los últimos años, ambos problemas
continúan siendo dos de los principales desafíos para los gobiernos
de la región. De acuerdo con la información más reciente, la brecha
entre las personas que se encuentran en los extremos de la distribución
sigue a un nivel muy alto, pues el ingreso captado por el quintil más
rico (quintil V) representa alrededor del 45% del ingreso de los hoga-
res, mientras que el ingreso promedio del quintil de menores recursos
(quintil I) es de apenas un 6% de los ingresos totales (CEPAL, 2017).
Además, una de cada cuatro personas en la región sigue viviendo en
la pobreza, y de los millones que han salido de la pobreza, la mayoría
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se encuentra en una situación de vulnerabilidad, es decir, que salieron
de la pobreza moderada (ingresos inferiores a 4,00 USD al día), pero
que continúan afrontando la inseguridad económica y, probablemente,
nuevos periodos de pobreza en el futuro (Baez et al., 2017, Vakis et al,
2015). El coeciente de Gini de la región es 4 puntos porcentuales más
alto que el de África, 16 puntos más alto que el de Europa y Asia Cen-
tral y 11 puntos más alto que el de China. Es más, 11 de los 20 países
con más desigualdad de un total de 136, pertenecen a América Latina
y el Caribe (Indicadores Mundiales de Desarrollo del Banco Mundial).
Los altos niveles de desigualdad y de pobreza se agravan por la vul-
nerabilidad de la región ante los riesgos de desastres naturales. En
especial, en las últimas décadas, la región de América Latina y el Caribe
sufrió varios desastres naturales de gran importancia, cuya magnitud,
en términos de muertos y daños, ha provocado diferentes impactos
en el ámbito económico y social, y ha acentuado el interés de los
gobiernos nacionales para identicar de mejor manera las consecuen-
cias de los desastres naturales para gestionar ecientemente los ries-
gos. El nivel de riesgo de desastres naturales para los países depende
de tres dimensiones principales, la exposición, la vulnerabilidad (socio-
económica, grupos vulnerables) y la falta de capacidad (infraestructura
e institucional). En el caso de la región, la exposición es fuerte, ya que
las amenazas naturales como sequías, inundaciones, deslizamiento
de tierras, tormentas, huracanes, terremotos y erupciones volcánicas
constituyen un peligro constante para la región, pues la región se en-
cuentra entre las regiones del mundo más propensas a las amenazas
relacionadas con el clima, y se evidencia que el cambio climático au-
mentará la exposición de la región a los desastres relacionados con el
clima (Mendelsohn and Williams, 2004). La vulnerabilidad de la región
también es alta por los riesgos de origen humana en la región, resulta-
do de una vulnerabilidad extrema, fruto de políticas inadecuadas de
gestión de riesgos y del patrón de desarrollo socioeconómico de la
región (Charvériat, 2000).
En las últimas décadas, el número de desastres naturales registrados
ha aumentado signicativamente, en especial los relacionados con el
calentamiento global (Helmer et al., 2005). En América Latina y el Caribe,
la ocurrencia de los desastres naturales sigue la misma tendencia cre-
ciente, como se observa en la tabla 1. En el periodo 1980-2019, ocurrieron
en el mundo 12.561 desastres naturales, de los cuales un 23,9% se
produjeron en América (16,5% en América Latina y el Caribe). Luego, los
países latinoamericanos están en constante y siempre creciente peligro
de amenazas naturales. Por una parte, la región se encuentra dentro de
una de las regiones sísmicas más activas del mundo, que se traduce en
terremotos frecuentes y severos. Algunos de los terremotos más vio-
lentos y destructivos registrados han ocurrido en la región (Haití, 2010,
Chile, 2010, Ecuador, 2016, México, 2017). Por otra parte, América
Central y el Caribe se encuentra en el camino de huracanes y tormen-
tas tropicales. En promedio, al menos una isla caribeña es afectada por
un ciclón tropical cada año (Baez et. al, 2017).
Tabla 1. Evolución de la cantidad de desastres naturales en América Latina y el Caribe
Fuente: Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM-DAT)
del Centro de Investigación sobre la Epidemiología de Desastres (CRED)
Figura 1. Total de afectados por desastres naturales en América Latina y el Caribe, durante el
periodo 1970-2018
Fuente: Elaboración propia, a partir de la base de datos internacional sobre desas-
tres(EM-DAT). El número total de afectados incluye heridos, afectados y sin hogares. Se cal-
cula como la suma de los desastres climatológicos, geofísicos, hidrológicos y meteorológicos.
Figura 2. Daños económicos provocados por desastres naturales en América Latina y el
Caribe durante el periodo 1970-2018
Fuente: Elaboración propia, a partir de la base de datos internacional sobre desastres
(EM-DAT). El daño económico se calcula en ‘000 USD. Se calcula como la suma de los
desastres climatológicos, geofísicos, hidrológicos y meteorológicos.
La evolución de los desastres naturales, en incremento en la región, se
acompaña de una tendencia creciente en las medidas de intensidad
(guras 2 y 3). Además, los indicadores de muertos y afectados por
cada 1.000 habitantes están en aumento en la región, tanto para even-
tos de origen climático, geológico y tormentas (Bello, 2017). Por ese
motivo, diferentes estudios en la región se han enfocado en analizar la
relación entre pobreza y desastres naturales. En un estudio que incluye
cinco países de América Latina y el Caribe, México, El Salvador, Perú,
Bolivia y Ecuador, López y Ortíz (2009) sugieren que los desastres natu-
rales sucientemente grandes o persistentes tienen un impacto nega-
tivo tanto a corto plazo como a largo plazo e intergeneracional en la
pobreza. De forma similar, Baez y Santos (2008) concluyen que en El
Salvador los desastres naturales provocan un aumento en la profundi-
dad y severidad de la pobreza. En el caso de Honduras, se evidenció
que los activos de los hogares en el quintil de riqueza más bajo se
redujeron en un 18%, mientras que solamente se redujo en un 3% para
el quintil de riqueza más alto después del huracán Mitch en el 1998
(Morris et al, 2002). En un trabajo que analiza el impacto de las sequías
en el mercado laboral brasileño, Mueller y Osgood (2009) encontraron
pérdidas salariales que van más allá del impacto inmediato de la sequía.
Una reducción de una desviación estándar de precipitación puede redu-
cir los salarios rurales de hasta un 18% dentro de los 5 años y de un
9% en los salarios dentro de los 5-10 años.
Tanto la pobreza como la desigualdad forman parte de los objetivos
prioritarios en las políticas públicas, pues tiene efectos negativos en
el crecimiento económico, la acumulación de los factores productivos
y el capital humano. La vulnerabilidad de la región ante los riesgos de
desastres naturales acentúa estos problemas. Tomando en cuenta estos
acontecimientos, el objetivo de este trabajo es contribuir a estas discu-
siones al examinar la relación entre desastres naturales y desigualdad
de ingresos en América Latina y el Caribe a partir de un modelo de
datos de panel durante el periodo 2000-2017 y cuanticar el posible
impacto de los desastres naturales, con el n de contribuir a la elabo-
ración de políticas púbicas de reducción de la desigualdad que toman en
cuenta el riesgo climático. La principal pregunta de esta investigación
es: ¿Cuál es el efecto a corto y mediano plazo de los desastres natu-
rales sobre la desigualdad del ingreso en América Latina y el Caribe?
Metodología
La estimación econométrica se realizó utilizando datos de panel du-
rante el periodo 2000-2017 para 14 países de América Latina y del
Caribe. Chile, Guatemala y Nicaragua no están incluidos por falta de
datos sobre la desigualdad de ingresos. Los datos son anuales. La
metodología utilizada es similar a los trabajos en datos de panel que
analizan los impactos de los desastres naturales sobre la pobreza
(Yamamura, 2013). Dado que las variables de este estudio se miden de
manera diferente, la desigualdad de ingresos se mide como un índice,
el PIB per cápita en unidades monetarias, la apertura comercial, la in-
versión extranjera y el desarrollo del sector nanciero en porcentaje del
PIB, y los desastres naturales en números de personas muertas, la
transformación de las series de datos en logaritmos naturales ayuda a
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evitar los problemas asociados con sus problemas de distribución. La
conversión de los datos en logaritmo es un enfoque más adoptado en
la literatura empírica, ya que cada uno de los coecientes estimados
en el modelo de regresión puede interpretarse como elasticidades. Por
ende, la ecuación para estimar es la siguiente:
En el modelo, la variable Gini
i,t
es una medida estándar de la desigual-
dad de ingreso, el coeciente de Gini en el país i para el año t. Los
datos sobre la desigualdad se han extraído de la base de datos de las
Naciones Unidas sobre la desigualdad en el ingreso mundial (WIID4).
Como variable alternativa para medir la desigualdad de ingresos se uti-
lizó la participación en el ingreso del 20% peor remunerado de la po-
blación (el quintil uno). Los datos provienen de los indicadores del Banco
Mundial. La ocurrencia de desastres naturales proviene de la base de
datos internacionales sobre desastres (EM-DAT), cuyos datos incluyen
el número de afectados, número de muertos, y costo total de los de-
sastres naturales. Para determinar el impacto en el corto y largo plazo
de un desastre natural, el presente trabajo se enfoca no solamente
en el cambio en el coeciente de Gini en el periodo inmediatamente
posterior a un desastre natural, sino en varios años después de los de-
sastres naturales, por lo tanto, se incluyen variables retrasadas de los
desastres naturales. Se utiliza el número de muertos para medir el im-
pacto de un desastre natural. Además, para tomar en cuenta el nivel de
desarrollo económico, se incluye el PIB per cápita PIB
it
. Además, como
se prevé que los países de mayor tamaño experimentarán más desas-
tres naturales si todos los demás parámetros se mantienen iguales,
se incluye el tamaño del país como variable explicativa (Tierra
it
,), sino,
el número de desastres naturales se correlacionará con el término de
error si no se controla por el tamaño. Conforme a lo que establecen otros
estudios, el modelo también incluye las siguientes variables: la partici-
pación de la agricultura en la producción total (agricultura
it
), la apertura
de la economía (apertura
it
), la inversión extranjera directa, entradas ne-
tas, en porcentaje del PIB (FDI
it
), la inación anual (Inación
it
), y el desar-
rollo nanciero, medido como los créditos otorgados al sector privado
por los bancos comerciales y otras instituciones nancieras, en por-
centaje del PIB (Credito
it
). Estas variables provienen de los Indicadores
de Desarrollo Mundial del Banco Mundial. Además, el modelo incluye
el nivel de corrupción (Corrupción
it
), proveniente de los indicadores de
gobernanza mundial del Banco Mundial. Además, en la ecuación (1),
ŋ
i
es el efecto jo especico del país, βi son los coecientes que deben
estimarse, e
it
es el término de error estocástico, i y t indexan respectiva-
mente los países y los años. La tabla 1 resume las principales variables
y sus fuentes de información.
Tabla 2. Variables del modelo empírico
Fuente: Elaboración propia
Resultados
Los resultados de la ecuación (1) se presentan en la tabla 2. Se esti-
man diferentes especicaciones en las columnas (1) a (4). La prueba de
Hausman rechaza el modelo de efectos aleatorios en favor del modelo
de efectos jos. La columna (1) indica los resultados de la estimación
principal. En la columna (2), se agregan variables retrasadas de los de-
sastres naturales con el n de determinar el impacto de mediano plazo,
en la columna 3 variables retrasadas de la variable dependiente, y en la
columna 4 variables retrasadas tanto de la variable dependiente como
de los desastres naturales. Los resultados empíricos evidencian que
el signo del coeciente “Desastre
it
es positivo y estadísticamente sig-
nicativo en la columna (1). Eso es, los desastres naturales provocan un
aumento de la desigualdad de ingresos, medido por el coeciente de
Gini. También se encuentra un coeciente positivo y signicativo en las
especicaciones de los modelos alternativos en las otras columnas de
la tabla 2, lo que conrma que el impacto negativo de los desastres natu-
rales sobre el nivel de desigualdad en el país es signicativo. Luego, las
columnas (2) y (4) permiten concluir sobre el impacto de mediano plazo,
mediante la incorporación de variables retrasadas de los desastres
naturales. De nuevo, el impacto negativo sigue estadísticamente sig-
nicativo, aunque a un nivel de signicatividad inferior, al nivel de 10%
en vez de 5%. Por ende, los resultados subrayan que los desastres
naturales en América Latina y el Caribe aumentan la desigualdad de
ingresos y este resultado persiste en el mediano plazo.
El PIB per capita tiene el signo esperado y es estadísticamente sig-
nicativo. Los resultados demuestran que el crecimiento económico en
la región en las últimas décadas ha sido inclusivo. Además, eso rechaza
la hipótesis de Kuznets que establece que a medida que aumente el
desarrollo de un país, el ingreso se concentra y la distribución del ingre-
so empeora. Diferentes estudios han demostrado que el progreso so-
cial en América Latina y el Caribe en las últimas décadas ha permitido el
incremento de la inversión pública en infraestructura, servicios básicos
y programas sociales, contribuyendo así a los objetivos de reducción
de pobreza (Székely, 2015). La participación de la agricultura en la pro-
ducción total tiene un signo negativo y es estadísticamente signica-
tivo, lo que signica que a medida que aumenta la participación de la
agricultura en la economía, la desigualdad disminuye. En cuanto a las
otras variables del modelo, se observa que el coeciente relacionado
con el desarrollo nanciero es estadísticamente signicativo y positivo,
lo que signica que el desarrollo del sector nanciero se asocia con un
incremento de la desigualdad. Resultados similares fueron encontrados
por Morley (2000) y Berry (1998). Las otras variables tienen los signos
esperados pero no son estadísticamente signicativas. La apertura
comercial, la corrupción y la inversión extranjera tienden a aumentar la
desigualdad de ingresos en América Latina y el Caribe.
La tabla 3 presenta los resultados de la ecuación (1) cambiando úni-
camente la variable dependiente. Se utiliza como medida alternativa la
participación en el ingreso del 20% peor remunerado de la población (el
quintil uno). El signo del coeciente “Desastre
it
” es negativo y estadísti-
camente signicativo en la columna (1), lo que signica que los desas-
tres naturales disminuyen la participación en el ingreso del primer quintil.
En otras palabras, se conrma que los desastres naturales empeoran
la desigualdad. En cuanto al impacto de mediano plazo, los resultados
de las columnas (2) y (4) evidencian que el impacto negativo de los
desastres naturales sigue estadísticamente signicativo a un nivel de
5%. Por ende, los resultados de la tabla 3 se interpretan como un test
de robustez que respalda los hallazgos de la tabla 2.
En cuanto a las otras variables económicas del modelo, los resultados
coinciden con los resultados anteriores. El crecimiento del producto
interno bruto per cápita incrementa la participación en el ingreso del
primer quintil, conrmando el crecimiento inclusivo que ha experimen-
tado la región en el siglo XXI. La participación de la agricultura en el PIB
tiene un signo positivo y es estadísticamente positivo, y el desarrollo del
sistema nanciero contribuye a incrementar las desigualdades. A diferencia
de la tabla anterior, la corrupción es estadísticamente signicativa y con
un coeciente negativo, es decir, la corrupción incrementa la desigual-
dad. Los coecientes de las otras variables son consistentes con los
resultados de la tabla 2 pero no llegan a ser signicativos.
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Desastres naturales y desigualdad: Evidencia en América Latina y El Caribe
Tabla 4. Resultados de las estimaciones utilizando el ingreso del primer quintil
como variable dependiente
Tabla 3. Resultados de las estimaciones utilizando el coeciente de Gini como variable
dependiente
Fuente: Elaboración propia, la variable dependiente es el coeciente de Gini.. Todas las
variables se encuentran en su forma logarítmica (excepto las variables “dummy”). El signo de
noticación de *, ** y *** denota el nivel signicativo de 10%, 5% y 1% respectivamente. El
valor dentro del paréntesis () se reere al estadístico t para el modelo de efectos jos.
Fuente: Elaboración propia, la variable dependiente es el coeciente de Gini. . Todas las
variables se encuentran en su forma logarítmica (excepto las variables “dummy”). El signo de
noticación de *, ** y *** denota el nivel signicativo de 10%, 5% y 1% respectivamente. El
valor dentro del paréntesis () se reere al estadístico t para el modelo de efectos jos.
Conclusiones
A partir de un modelo de panel cubriendo 14 países de la región latino-
americana durante un periodo de 17 años (2000-2017), los resultados
concluyen que los desastres naturales empeoran el nivel de desigual-
dad de ingresos en América Latina y el Caribe. Los resultados son sig-
nicativos en las dos especicaciones del modelo, es decir, utilizando
el coeciente de Gini o el ingreso del primer quintil de la población para
medir el nivel de desigualdades. Las otras variables también coinciden
con los resultados empíricos previos, principalmente, se encuentra
que el crecimiento económico en la última década permitió reducir las
desigualdades en la región.
Además, se observa que el efecto negativo de los desastres naturales
sobre el nivel de desigualdad se mantiene en el mediano plazo. Este
resultado también es robusto a cambios en la metodología y en las varia-
bles utilizadas en el modelo. Cuando se agregan variables retrasadas de
los desastres naturales, el coeciente negativo se mantiene estadísti-
camente signicativo durante cuatro años. Esto contribuye a alimentar
el debate sobre el impacto de largo plazo de los desastres naturales. El
impacto de mediano plazo de los desastres naturales sobre la desigual-
dad de ingresos es un resultado nuevo en la literatura de los desastres
naturales.
Los resultados discutidos en la sección anterior permiten emitir hipó-
tesis sobre el impacto signicativo de mediano plazo. La hipótesis
principal que explica el impacto de mediano plazo es que, como se
evidenció en la revisión de la literatura empírica, en América Latina y
el Caribe los hogares más pobres tienen más probabilidad de registrar
una tendencia persistente de bajo crecimiento de los ingresos, mien-
tras que los hogares con mayores ingresos tienden a recuperarse más
fácilmente. En muchas ocasiones los ingresos de los hogares expre-
san grandes caídas después de los fenómenos naturales, en especial
en los sectores rurales que dependen principalmente de la agricultura
(Morris et. al, 2001, Ishizawa y Miranda, 2016, Caruso, 2015). Además,
no todos los hogares se recuperan de la misma manera después de
una catástrofe natural, en especial, en el caso de los hogares pobres y
vulnerables, la recuperación económica puede ser más larga. Luego,
existen varias evidencias que demuestran que los hogares más pobres
tienen más probabilidad de registrar una tendencia persistente de bajo
crecimiento de los ingresos, mientras que los hogares con mayores
ingresos tienden a recuperarse más fácilmente. Es decir, la incapacidad
de los hogares pobres de poder mitigar los efectos adversos de los
fenómenos naturales puede empujar al alza la desigualdad de ingresos
en el corto y largo plazo. Otra de las interpretaciones posibles radica
en el comportamiento procíclico de las políticas scales en América
Latina, lo que puede impedir los esfuerzos en tema de gasto público de
los gobiernos después de los desastres naturales. Además, el impacto
de los desastres naturales varía según sus características. Por ejemplo,
en algunas zonas, se producen tormentas varias veces al año y suelen
seguir el mismo patrón, por lo que la gente puede estar preparada.
En cambio, un terremoto o inundación, menos frecuentes y previsi-
bles, pueden provocar un costo económico más alto. Por ende, se
recomienda analizar a futuro el impacto diferenciado de los desastres
naturales.
El estudio constituye un resultado importante para los gobiernos en el
diseño de políticas públicas. En efecto, los desastres naturales afectan
de manera negativa los logros que ha conseguido la región en cuanto a la
reducción de la pobreza y de la desigualdad de ingresos y se requiere
denir políticas públicas que permitan reducir la exposición y vul-
nerabilidad de las poblaciones más pobres a los desastres naturales.
Las políticas para la prevención de los desastres naturales deben ser
diseñadas para reducir los factores que determinan la vulnerabilidad de
las comunidades, el grado de exposición, la protección, la reacción in-
mediata, la recuperación básica y la reconstrucción, tomando en cuen-
ta el riesgo especíco local y la incidencia de las problemáticas sociales
como la pobreza y el nivel de desigualdad.
Referencias
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