Patricia Vallejo-Rivera; Andrés Chérrez-Ramírez
Investigación y Desarrollo • Volumen 9 • 2015 • Julio - Diciembre • Nº 1 • ISSN: 1390-5546
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ción de las personas que componen una organización la infor-
mación que necesiten, con facilidad de acceso, conocimiento
de las herramientas tecnológicas implicadas, cumpliendo ca-
nales y procesos conocidos y adecuados, de manera eciente,
para que ésta llegue dónde debe llegar, a quién debe llegar y en
el tiempo en el que debe llegar. Busca incrementar los niveles
de eciencia y efectividad dentro de una organización, me-
diante un proceso que “se conduce a través de la integración
adecuada de los recursos humanos, las políticas, las activida-
des y procedimientos, el hardware, el software y los datos”
(Rodríguez, 2002: 21).
Transmitir una información es fácil, mucho más que transmitir
conocimiento, ya que el conocimiento es una capacidad huma-
na y no una propiedad de un objeto como pueda ser un libro.
Su transmisión implica un proceso intelectual de enseñanza y
aprendizaje. Llamamos conocimiento al conjunto de datos e
informaciones que, luego de ser adquiridos por la persona le
permiten saber y llevar a la práctica, de forma consciente, una
actividad, teoría, tarea o función.
Según lo que indican Nonaka & Takeuchi (1995), el conoci-
miento explícito es el resultado más concreto y tangible del
aprendizaje, y por sus propias características tiene una utilidad
clave: la retroalimentación del proceso, ya que puede afectar a
la información futura que se transformará nuevamente en co-
nocimiento, independientemente del nivel o sujeto que parti-
cipe del nuevo proceso. Por sus propias características puede
estar disponible para cualquier persona y, por tanto, es suscep-
tible de ser utilizado en cualquier proceso de aprendizaje.
Desde un punto de vista funcional, la principal característi-
ca de los modelos basados en el conocimiento es adecuar las
necesidades concretas de información y conocimiento de las
personas y los equipos de trabajo, con la disponibilidad efecti-
va de dicha información y conocimiento, para mejorar. En este
sentido Muñoz-Seca y Riverola (2003) señalan: “La mejora
produce aprendizaje, el aprendizaje produce conocimiento y el
conocimiento produce mejora”.
Como se indica en el anterior párrafo, el conocimiento se pro-
duce y desarrolla por aprendizaje. El proceso de desarrollo del
conocimiento es básicamente el de aprendizaje. Por tanto, la
gestión del aprendizaje (fortalecimiento de capacidades) es
una variable clave en la gestión eciente del conocimiento.
El intercambio de conocimiento y los procesos de aprendizaje
se llevan a cabo en cuatro niveles diferentes: a nivel individual,
a nivel grupal, a nivel organizacional y a nivel inter-organiza-
cional (Nonaka, 1991 y 1994; Hedlund, 1994; Nonaka y Takeu-
chi, 1995). Esto indica que es necesario crear un marco estruc-
tural y cultural de la organización que aliente a los individuos,
al grupo y a la organización como uno solo para aprender de
cada uno a través de compartir su información y conocimiento.
En el proceso evolutivo de la Gestión del Conocimiento se
busca crear conciencia y receptividad cultural respecto del uso
y transmisión del conocimiento a los efectos de manejar las
barreras y situaciones problémicas que impiden la difusión, ac-
ceso y circulación del conocimiento por medio de espacios de
conanza. Se trabaja además el alineamiento de los intereses
individuales con los intereses colectivos. Finalmente generar el
conocimiento nuevo a partir del trabajo de personas o grupos,
combinando el conocimiento explícito externo e interno y el co-
nocimiento tácito con el n de incorporar conocimiento nuevo
a los recursos existentes, y de aumentar el stock de conocimien-
to existente en la Institución. Se transforma el conocimiento
tácito en explícito que a su vez se internaliza por el aprendizaje
y se transforma en tácito, Nonaka & Takeuchi (1999).
Para formular y diseñar políticas públicas que respondan a las
necesidades de la población es necesario conocer cuáles son
las causas de los problemas a resolver y para esto es esencial
la información y el conocimiento. Si no existe un interés claro
por la mejora y un proceder acorde con dicho interés, será difí-
cil encajar algún planteamiento que tenga por objeto la mejora
especíca de la Gestión del Conocimiento en la Institución.
De igual forma, si la comunicación y las relaciones no son
objeto de atención, difícilmente tendrán lugar de forma uida,
los procesos necesarios para el intercambio y producción de
conocimientos tácitos y explícitos; por lo que es necesario es-
tablecer una línea de base, es decir un diagnóstico respecto de
ciertos indicadores que evalúe el estado en que el Ministerio
de Inclusión Económica y Social identica, genera, comparte,
almacena, transmite y usa el conocimiento en el año 2015.
En el presente análisis de investigación se buscó evaluar y es-
tablecer una línea base de la Gestión del Conocimiento en el
Ministerio de Inclusión Económica y Social; para lo cual se
ejecutaron varias herramientas y técnicas de investigación a
los actores involucrados en el proceso, es decir: Autoridades,
Analistas Senior, y demás funcionarios y funcionarias que la-
boran en territorio a nivel nacional; y de esta manera poder
realizar las medidas correctivas necesarias para la adecuada
gestión del conocimiento en la Institución.
La investigación se realizó durante 112 días del año 2015, en
las 9 Coordinaciones Zonales y en 36 de las 40 Direcciones
Distritales, según los niveles administrativos de planicación
establecidos, los mismos que tienen como nalidad acercar al