Ana Angélica López Ulloa
Investigación y Desarrollo • Volumen 9 • 2015 • Julio - Diciembre • Nº 1 • ISSN: 1390-5546
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Para lo cual es importante iniciar con el analisis del término
Complejidad, el cual es entendido como lo complejo y este
como adjetivo nos remite a entenderlo como algo complicado,
confuso, enmarañado y de difícil comprensión.
La Complejidad por lo tanto, bajo las características citadas,
es entendida más bien como un término más próximo a un
lenguaje ordinario. En el lenguaje cientíco, el término Com-
plejidad en losofía aparece en el dominio de la dialéctica he-
geliana, “el término complejidad, aparece como producto de
las contradicciones que presentaba en cuanto a la identidad”
(Morin, 2001, p.58).
En el terreno propiamente cientíco, la Complejidad aparece
en la micro y macro física a inicios del siglo XX, con Wiener
y Ashby los fundadores de la Cibernética:
En ciencia, sin embargo, la complejidad había surgido sin
decir aún su nombre, en el siglo XX, en la micro física y
en la macro física. La micro física abría una relación com-
pleja entre el observador y lo observado, pero también una
noción más que compleja, sorprendente, de la partícula ele-
mental que se presenta al observador ya sea como onda,
ya como corpúsculo. Pero la microfísica era considerada
como saco límite, como frontera y se olvidaba que esa
frontera conceptual concernía de hecho a todos los fenó-
menos materiales, incluidos los de nuestro propio cuerpo
y los de nuestro propio cerebro. La macrofísica, a su vez,
hacia depender a la observación del lugar del observador y
complejizaba las relaciones entre tiempo y espacio conce-
bidas, hasta entonces, como esencias trascendentes e inde-
pendientes. Von Neumann, por su parte enlaza el concepto
de Complejidad con los fenómenos de autoorganización
(Morin, 2001, p.58).
La ciencia por lo tanto reducía el campo de lo que acontecía
en los fenómenos propios del cerebro humano al dominio de
lo biológico, es decir reduciéndolo a uno de sus características
a un orden simple, “mecánico” (Capra, 2000, p.40) y escapan-
do a una visión mas amplia, abierta y real. Ante lo expuesto
la Complejidad, a primera vista, sería considerada como un
fenómeno cuantitativo, “un fenómeno en el cual se presentan
una cantidad extrema de interacciones e interferencias entre un
número muy grande de unidades. Un sistema viviente llamado
“auto-organizador” (Ibídem, p.59).
Un ejemplo a lo señalado sería precisamente el sistema del
cuerpo humano, el cual, esta compuesto por millones de cé-
lulas, moléculas, además de órganos y sentidos, los cuales se
apoyan unos con otros para su total funcionamiento. Pero en
la Complejidad además de generarse fenómenos cuantitativos
también se presentan fenómenos cualitativos como: las in-
decisiones, inseguridades, vacilaciones, lo fortuito, titubeos,
perplejidades, etc. Cuando se destaca la generación del cono-
cimiento, los postulados del pensamiento complejo, lo acercan
a una reforma amplia, en la cual se plantea un cambio en los
principios lógicos, metodológicos, epistemológicos, teniendo
en cuenta que en la noción de Complejidad participan tanto
fenómenos cuantitativos así como fenómenos cualitativos, con
esta postura lo que se pretende es tener presente la posibilidad
de abrirse hacia un conocimiento más amplio, profundo y real.
En lo expuesto anteriormente se hace referencia a los postula-
dos enunciados por Morin, porque es uno de los primeros que
propone la reforma del pensamiento y con este la complejidad
en el conocimiento, quien postula que entender el conocimien-
to como un método tradicional pierde sentido y toma fuerza la
generación del conocimiento a partir de innidad de relaciones
que lo hacen complejo.
La noción de conocimiento en la Teoría de la
Complejidad
P
ara entender cómo se desarrolla la noción del conocimien-
to, en la teoría de la complejidad, es importante preguntar-
nos ¿cómo se generan los conocimientos?
Para responder esta interrogante es preciso destacar que todos
los seres humanos generamos y desarrollamos conocimien-
tos, los cuales son operados gracias a la selección de datos,
aquellos datos que consideramos importantes los asumimos, y
aquellos que no creemos importantes los rechazamos.
Esta selección de datos hace que para entenderlos se realice
una reducción, disminución o corte de los mismos, dejando
muchas veces de lado lo fortuito, lo casual, lo adivinado, lo
adquirido, pretendiendo enfocar únicamente el conocimiento
en lo secuencial, mecánico, lineal, racional, es decir se prio-
riza el “paradigma de la simplicación, con los principios
de disyunción, reducción y abstracción” (Morin, 2001, p.29),
con los cuales se seleccionan ciertos datos dejando de lado lo
subjetivo del conocimiento del ser humano que es igualmente
importante.
Cuando se señala en la construcción de conocimiento procesos
reduccionistas, lo que se pretende es crear un “orden simple”
(Capra, 2000, p.39), para entenderlo todo. Este orden simple
fue impuesto gracias a la perspectiva mecanicista de Descartes
y Newton, logrando imponerse a la noción del “universo or-
gánico, viviente y espiritual” (Ibídem, p.39), gracias a lo cual