48
Investigación y Desarrollo Nº 1 volumen 6 Enero- Junio 2014 ISSN 1390-5546 UTA, Ecuador
De un lado ha puesto a la ideología del Antiguo Régimen en una postura defensiva, y lo ha hecho denitivamente en la escala de
todo el sistema mundial, y de otra parte, ella ha sentado sólidamente las bases de los temas ideológicos del mundo moderno, de
las consignas y las razones de ser de todos los movimientos que le han sucedido [2].
Ahora ¿qué es lo que hace a un movimiento antisistémico? ¿cuál es la particularidad que nos hace distinguir entre un movimiento
antisistémico y otro que no lo es? Un movimiento es antisistémico porque plantea que tanto la libertad, así como la igualdad no
se pueden llevar a cabo dentro del sistema existente, de ahí que una transformación sistémica sea necesaria.
Después de la Revolución Francesa, los movimientos antisistémicos han recorrido diversos caminos, quizá aun inuidos por la
incesante búsqueda de una ilusión modernista basada en la libertad, la igualdad y en fraternidad. A continuación realizamos una
clasicación de las vicisitudes de los movimientos sociales antisistémicos en la modernidad.
LA DISPUTA POR EL PODER ESTATAL
Entre 1910 y 1945 el objetivo de los movimientos antisistémicos era claro: la toma del poder estatal, como primer paso para iniciar
un nuevo desarrollo social, algunos movimientos lograron tal objetivo, mientras que otros seguían buscándolo. En este grupo de
movimientos antisistémicos podemos encontrar a los Bolcheviques y Comunistas que tomaron el poder estatal de ocho países
de Europa Occidental, en el norte de Corea y China. En otro espacio geográco como es Latinoamérica un caso ejemplar fue
el de la Revolución Mexicana, donde algunos de los grupos que en ella participaron como Maderistas, Carrancistas, buscaban
tomar el poder.
Poco después de 1945, vendrá el caso de la Revolución Cubana, Nicaragüense y la Unidad Popular en Chile. En África también
hubo ejemplos de movimientos como los anteriores que llegaron a tomar el poder estatal como lo fue “el régimen de Nasser en
Egipto, o el Baath en Siria y en Irak”. Es así como después de 1945 la gran mayoría de los movimientos antisistémicos habían
logrado el primer paso: la toma del poder estatal había sido un éxito.
EL ESTADO DE BIENESTAR
El segundo proceso consistiría en lo siguiente: una vez alcanzado el poder estatal, el objetivo sería utilizar ese poder para realizar
los cambios necesarios y lograr la transformación social. Se dice que el mayor logro de esta etapa fue la construcción de un
“Estado de Bienestar”, con grandes sistemas de protección y seguridad social, así como un aumento en los salarios reales. Sin
embargo, dentro de este proceso las minorías recibieron pocos o nulos benecios, hubo escasos avances en cuanto cuestiones
migratorias; lejos de ser lo contrario, los abusos policíacos fueron en aumento y, en el caso de Latinoamérica, la represión fue
dirigida principalmente hacia minorías étnico-nacionales:
Podemos decir que la llegada al poder de los movimientos antisistémicos después de 1945, si bien permitió realizar de entrada
reformas importantes, con un fuerte apoyo popular, se tradujo, conforme iba pasando el tiempo, en una profunda desilusión, y esto
en los tres dominios, de la igualdad social, de la libertad política, y de la solidaridad internacional [2].
LA DERROTA Y EL DESENCANTO (1968)
En el tercer apartado podemos ubicar, lo que puede ser llamado como el desencanto de 1968, en donde emergen nuevos mo-
vimientos anti sistémicos, los cuales se vieron obligados a luchar contra los viejos movimientos antisistémicos que ahora se
encontraban ya en el poder estatal pero se habían vuelto represivos.
Lo que desencadenó una resistencia social que exigía que se hicieran valer las nuevas garantías, así como las ya planteadas
desde la Revolución Francesa, liberté, égalité, fraternité. Como menciona Harvey insurrecciones populares se harán presentes
en Estados Unidos, Italia, México, Francia, Japón y Checoslovaquia, donde además de luchar con el sistema mundial existente
(economía-mundo capitalista) habrán de luchar contra la vieja propuesta anti sistémica ahora estatalizada.
Sin embargo, los nuevos movimientos antisistémicos fueron reprimidos por los antiguos movimientos. Lo importante de 1968
fue que hizo evidente que la toma del poder estatal por parte de los movimientos antisistémicos, no trajo consigo los cambios
vislumbrados. Por ello, 1968 es el año en donde se genera un debate, sobre el camino que deberían seguir estos movimientos y
permite evidenciar los obstáculos a los cuales se les tiene que hacer frente, como lo es un movimiento antisistémico estatalizado.
Si bien la sociedad de 1968 no era ya la misma a la que existía entre 1910 y 1945, la lucha tendría que ser distinta. Aparecen
tendencias que indican el camino, nuevos actores de lucha, así como nuevos espacios, además existe una desconanza por parte
de los actores, ¿deberían alinearse con los social-demócratas? o ¿con los comunistas?, o con ninguno de los dos, sino inventar
algo nuevo. El año de 1968 es un año de cuestionamientos, así como de rupturas, se proponen alternativas al sistema vigente,
porque lo viejo se volvió “más parte del problema” que parte de la solución.