El instrumento empleado que generó resultados de 478 hogares se estructuró en 20 preguntas, 5 de ellas recogían datos socio-de-
mográficos que incluían: edad, sexo, región, zona rural o urbana; y las 15 siguientes correspondían a preguntas que se contem-
plan en la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria [ELCSA], validada en diferentes países. La escala
apunta a situaciones objetivas auto reportadas por los integrantes del hogar, como por ejemplo los aspectos de inseguridad
alimentaria que se vive al interior de la familia.
Otro aspecto que se evalúa en la escala, es la preocupación de que los alimentos se terminen, ya sea por falta de dinero, por
falta de acceso, o por falta de producción en el mercado, lo que conduce a una reducción de la cantidad y calidad de alimentos,
en el primer caso se revisa la omisión de alguna de las comidas diarias, reducción de las porciones alimenticias, hambre en
alguno de los integrantes del hogar, la suspensión de comidas debido a la falta de dinero u otros recursos, seguridad y predictibilidad
en la adquisición de alimentos; y en el segundo caso al no disponer de alimentos suficientes, se reprime el acceso a una
alimentación saludable. La escala evalúa además el grado de severidad de la inseguridad alimentaria, clasificándole en leve,
moderada y grave, de acuerdo con los puntos de corte descritos en la ELCSA, esto es de 1 a 5 inseguridad leve, de 6 a 10
inseguridad moderada y de 11 a 15 inseguridad severa, si el puntaje es 0 implicará seguridad alimentaria.
La encuesta se validó a través del estadístico alfa de Cronbach, registrándose un valor de 0,884. Segall-Correa et al., (2007)
señala una confiabilidad estadística aceptable cuando se prueba en hogares con un α de Cronbach = 0,85. Los datos se
analizaron desde una estadística descriptiva e inferencial para resumir los resultados y para aplicar a diferentes variables de
los niveles de inseguridad, los mismos que se relacionaron con datos socio demográficos a través de tablas cruzadas, para lo
cual se empleó el paquete estadístico SPSS versión 22, proporcionado por el departamento de investigación de la Universidad
Anahuac-México.
Los resultados que se obtuvieron de la encuesta tras permanecer en la red por una semana, y en la que se trató de averiguar la
situación alimentaria por la que están atravesando los hogares ecuatorianos durante el confinamiento por COVID-19, arrojó
la siguiente información. En cuanto a los datos sociodemográficos, se presentó una población entre 18 y 70 años con un
mayor porcentaje en edades de 18 a 40 años 86%, generalmente de sexo femenino 71%, repartidos en las tres regiones del
país: costa, sierra y oriente, de los cuales 57% viven en la zona urbana.
Con respecto a los resultados obtenidos en la ELCSA, cuya escala contiene 15 preguntas (P1..P15) (Gráfico 1), se identificó
un 73,4% de hogares que presentan preocupación frente al hecho de que los alimentos se terminen (P1); un 18,2% puede
cubrir sus necesidades alimenticias (P2), el 38,1% no han logrado incluir en su dieta, alimentos saludables y nutritivos durante
el tiempo que llevan confinados (P3), esto se corrobora con el 39,9% de la población estudiada, que indica que durante este
período tuvo una alimentación monótona, es decir con poca variedad de alimentos (P4). Un 25,2% señala la omisión de
alimentos en algún tiempo de comida (desayuno, almuerzo o merienda) (P5). Por otro lado, el 36,4% aduce a que en cierto
momento del período estudiado algún miembro del hogar (adulto) comió menos de lo que considera que debía comer (P6),
experimentando hambre 23,1%, al dejar de ingerir alimentos, ya sea por falta de ingresos económicos u otros recursos (P7),
o a la vez comió una sola vez al día en algún momento del período por el que se está atravesando 15,03%, (P8).
Con respecto a los más jóvenes del hogar, el 22,4% revela que los menores de 18 años no tuvieron una alimentación balanceada
(P9), puesto que no incluían todos los grupos alimentarios, o a la vez la dieta estaba constituida por poca variedad de alimen-
tos (P10), esto se registró en el 26,9 % de hogares, que además experimentaron la omisión de algún tiempo de comida (P11)
como desayuno, almuerzo, o merienda, ya sea por falta de dinero u otros recursos 11,9%, o a la vez que comieran menos de
lo que debían o acostumbraban comer (P12), como sucedió con el 23,4% de menores.
Es importante señalar que los participantes manifestaron servir menos comida de lo que habitualmente se sirve en el hogar (P13),
esto lo vivió el 19,5 8% de hogares, mientras que un porcentaje menor 13,3% en algún momento del período de confinamiento
RESULTADOS
ARTÍCULO RECIBIDO: 06/08/2020
ARTÍCULO ACEPTADO: 16/10/2020
ARTÍCULO PUBLICADO: 30/11/2020
REVISTA INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO I+D • VOLUMEN 12 • JULIO - DICIEMBRE 2020 • P. 9 - 15 • UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO - DIDE • AMBATO - ECUADOR
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E-ISSN-2361-2557