Cedeño E / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 7 No. 3 2022 (Julio – Septiembre)
44
INTRODUCCIÓN
Los posgrados en América Latina en las últimas décadas se
han incrementado notoriamente convirtiéndose en uno de los
principales ejes de transformación de los sistemas nacionales
de Educación Superior (1). La pandemia del COVID-19, ha
cambiado drásticamente las vidas de millones de personas, y
afectado al sistema de salud, donde el profesional de
enfermería es un recurso humano proveedor de cuidados
fundamental, que requiere formación de posgrado, educación
en servicio y apoyos adecuados para sobrellevar esta crisis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (2) refiere acerca
del Programa de enfermería que las enfermeras/os son
aquellos que están en la línea de acción en la prestación de
los servicios, cuya función primordial es la atención centrada
al paciente. Además, se desempeñan como líderes en los
equipos de salud multiprofesionales e interdisciplinarios, es
necesario que los países promuevan oportunidades de
aprendizaje de calidad a lo largo de la vida y enfermería
debería gozar de oportunidades de crecimiento profesional con
la acreditación de los conocimientos, habilidades y
competencias adquiridas durante la educación formal en las
instituciones de Educación Superior para brindar una
prestación de servicios de calidad, aprovechados por toda la
población.
En el contexto actual, a pesar de que se debe recuperar la
internacionalización de la Educación Superior caracterizada
por la movilidad académica y el crecimiento de la oferta
educativa transnacional, se debe reconocer que la pandemia
de la COVID-19 afectó la tendencia presencial de la educación
llevando a un despliegue acelerado de soluciones a distancia
para asegurar la continuidad pedagógica, donde las carreras
de posgrados no estuvieron exentas (3).
Así mismo es necesario mencionar que tres de los diecisiete
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están íntimamente
relacionados con enfermería siendo el ODS 3 “Garantizar una
vida sana y promover el bienestar de todos a todas las
edades”, el ODS 4 “Garantizar una educación inclusiva y
equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje
permanente para todos” y el ODS 5 “Lograr la igualdad de
género y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (4).
Tomando en cuenta la Agenda Mundial 2030 la inserción de
las mujeres en la educación superior ha sido desafiante desde
su inicio en todo el mundo, en ciertas carreras había la
prohibición de ingreso por ejemplo en las carreras de
abogacía, ingeniería, medicina, profesiones qué hace algunas
décadas eran masculinizadas, cosa contraria qué ocurrió con
enfermería por considerarse subordinada y no reconocida
profesionalmente. En la actualidad la profesión de enfermería
sigue siendo mayormente feminizada por lo que el crecimiento
profesional de esta disciplina implicaría un mayor
empoderamiento de la mujer, desarrollo de las naciones en el
campo de la educación superior, la salud y la igualdad de
género.
La OMS indica que “para lograr la meta de la cobertura
universal en salud deben garantizarse la calidad, la cantidad y
la relevancia de la fuerza laboral de enfermería.” (5). La
formación de los enfermeros/as profesionales tiene lugar en
las universidades que cuentan con niveles de licenciatura y
posgrado, es decir, especialización, maestría y doctorado. En
la licenciatura, los estudiantes tienen una formación general
para desempeñarse en los distintos ámbitos laborales desde
una visión generalista. En el posgrado, estos profesionales
adquieren los conocimientos científicos que les permiten, por
un lado, enfrentar los nuevos desafíos y, por el otro, desarrollar
habilidades para el cuidado de la salud
En la formación de doctorado, los profesionales se destacan
por su capacidad para generar conocimientos orientados a una
práctica científica, competente y segura, contribuyendo de esta
manera a la construcción de la ciencia y la disciplina (2).
Enfermería es una de las profesiones que más ha
evolucionado en cuanto a las competencias profesionales y
científicas, sin embargo, no ha tenido el mismo crecimiento en
todos los países para dar respuesta a las necesidades de la
población con la creación de programas de posgrado que
brindarían servicios de calidad respaldados con una Educación
Superior acreditada.
Los posgrados constituyen un aporte importante en la
producción científica y difusión del conocimiento, por lo que la
educación de cuarto nivel para enfermería fortalece la
docencia, la práctica profesional, la vinculación con la
comunidad, y sabiendo que enfermería cumple un rol
protagónico en la salud, debería ser aprovechada e impulsada
para convertirse en uno de los motores principales de
desarrollo de los países.
Considerando Enfermería tan importante para las sociedades
y la educación superior de cuarto nivel impulsora de las
naciones, surge el siguiente interrogante ¿Cuántos y qué tipo
de posgrados en enfermería se ofertan en Ecuador y Argentina
que estén acreditados por los organismos encargados de la
calidad de la educación superior antes de la pandemia?
Cabe señalar que durante estos últimos años el mundo en
general ha sufrido cambios de diferente naturaleza, que han
afectado la calidad de vida de todas las personas, sus hábitos
en cuanto a salud y enfermedad con transformaciones
sociodemográficas importantes. Es preciso señalar en especial
la crisis sanitaria y sus consecuencias en todos los ámbitos
ocasionada por la pandemia COVID-19 entendida como un
evento sin precedentes que ha generado cambios e impactos
en los ámbitos laborales, económicos, educativos, de salud
entre otros. Ante todas estas situaciones, la educación
superior se ha visto en la necesidad de evolucionar y cubrir las
necesidades de una comunidad en constante cambio,
implicando que los profesionales de la salud se vean en la
obligación de adquirir una preparación constante y dispuesta a
evolucionar.
Malvárez (6) escribiendo sobre el reto de cuidar en un mundo
globalizado refiere que “la evolución histórica de la enfermería
y su articulación orgánica con los procesos sociales, políticos
y científicos, ha confluido en un estatus presente de
configuración profesional que la ubica en un lugar destacado
de aporte al bienestar humano” (6), la autora entiende que en
este escenario también se da una condición de
imprescindibilidad de la misión del profesional de enfermería
capaz de adaptarse a los cambios constantes de diferente
naturaleza, cómo son los nuevos modelos de relaciones
sociales, los avances tecnológicos, científicos, que han puesto
su objetivo en mejorar la calidad de vida.
Los posgrados que contengan la esencia de la profesión de
enfermería constituyen un gran aporte disciplinar, implicando
la posibilidad de resolver algunas necesidades de salud que se
pueden presentar a las diferentes etapas de la vida,
optimizando los recursos del estado, y velando por la
satisfacción de la población en general.
El 2020 fue el bicentenario del nacimiento de Florence
Nightingale y declarado “Año Internacional de la Enfermera y
la Matrona” (5), creándose la campaña “Nursing Now” que se
desarrolló en respuesta a los hallazgos del informe de Triple
Impacto, que afirma que empoderar a las enfermeras
contribuiría además de mejorar la salud a nivel mundial,
mejorar la igualdad de género y las economías más fuertes (7).
En este 2021 el Consejo Internacional de Enfermería tiene el
tema “Enfermería: Una voz para liderar – Una visión de futuro
para la atención de salud” (8). En cuanto a carreras de la salud
, enfermería es la que tiene más íntima relación con la
población en general desde el primer nivel de atención hasta
la atención especializada, desde el contacto directo hasta la
gestión de personas que lo realizan, además de tareas
administrativas como la gestión de insumos y equipos, manejo