Yansapanta G / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 7 No. 3 2022 (Julio – Septiembre)
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DISCUSIÓN
En relación a la investigación las madres de los recién nacido
experimentan varios cambios emocionales con ideas negativas,
por el desconocimiento que poseen, entorno al área de
hospitalización y como se desenvuelven en ese medio,
enfrentándose a situaciones incomprensibles (13,14). En base a
lo anterior, se tiene como consecuencia el descontrol de su rol
de madres, ya que esta es una experiencia traumática, con
sentimientos de culpa, separación física y emocional del neonato
posteriormente al nacimiento, generando interferencias con el
proceso de apego seguro, además de la disfunción en la
dinámica familiar (15-17).
En cuanto al nivel de resiliencia general de la investigación, se
obtuvo como resultado que el 56% de los participantes, tiene un
nivel de resiliencia medio, el 44% de las participantes refieren un
nivel de resiliencia bajo, esto quiere decir, que por diferentes
factores varias madres no cuentan con la capacidad adecuada
para poder enfrentarse y afrontar la situación que están
atravesando, interfiriendo con las relaciones madre-hijo y
afectando al nivel de resiliencia que manejan con relación al
impacto emocional, pues, las circunstancias por las que está
atravesando, llenas de incertidumbre y desconocimiento sobre
todo lo que conlleva la hospitalización de un hijo. Concordando
con los resultados de la investigación de Tobo et al., (18), que
evidenciaron que el nivel de afrontamiento y adaptación de las
madres de neonatos prematuros, es bajo debido a que de los
factores evaluados, algunos de ellos presentan un porcentaje
bajo en la capacidad de afrontamiento, para lo cual utilizan
estrategias que se dirigen a la regulación de la emoción y a tener
una mejor reacción al evento por el cual están atravesando. Por
el contrario, Cerruto (19), refiere en su investigación realizada en
el Hospital Gineco-Obstétrico Nueva Aurora Elena Arismendi,
que el nivel de resiliencia es muy alto, siendo representado por
un 46,5%, añade que esto se debe a que las madres poseen
factores protectores durante la hospitalización de sus hijos.
En el factor yo soy- yo estoy en el que se incluyen la identidad,
autonomía, satisfacción y pragmatismo, en 54% de las
participantes presentaron un nivel de resiliencia bajo, debido a
que varias de las madres encuestadas, desconocían el
pronóstico de vida de sus hijos, también manifestaron que al
momento no saben cómo afrontar la situación de angustia por la
que están atravesando. Por otra parte, Arnaiz (20), manifiesta en
su investigación, que la mayor parte de los padres tienen un nivel
de resiliencia es alto, ya que en todo el proceso están
desarrollando cambios que les permiten la posibilidad de
prosperar en medio de la adversidad. (20).
En el factor yo tengo que se compone por los vínculos, redes,
modelos y metas, en el cual un 88% de las madres tienen un
nivel de resiliencia medio, con apoyo de sus amigos y familiares,
pero de cierta manera sienten incomodar al recibir mucha
atención por parte de sus familiares (21). Rossman et al.,
establecen en su investigación que el nivel de resiliencia se va
fortaleciendo mediante el equilibrio emocional de no sufrimiento,
con una correlación directa y positiva entre las variables de
afrontamiento y autoeficacia emocional y familiar, ayudando a
modificar los efectos adversos y/o eventos traumáticos de la vida
(4). Por otro lado, Arnaiz A, manifiesta en su investigación que
el nivel de resiliencia es bajo debido a que todos los participantes
refieren que las personas entre ellos los familiares de los
participantes no comprenden la situación por la que están
atravesando, que tiene como consecuencia, que las madres
expresan sentir soledad (20).
En el factor yo puedo que esta compuesto por afectividad,
autoeficacia, aprendizaje y generatividad, en el cual el 69% de
los participantes tiene un nivel de resiliencia bajo, debido a que
la situación por la que están atravesando no les permite
proyectarse a futuro; desarrollar vínculos afectivos y de
confianza con las personas que las rodean, debido a la
preocupación y desacierto que manejan todo el tiempo, para ello
algunas madres tratan de generan actitudes resistentes que
instruyan al manejo de eventos estresantes junto al propósito de
reducir secuelas negativas por medio del aprendizaje (22,23). En
concordancia con Zhinin et al., platean que el nivel de resiliencia
es bajo debido a que el estrés es alto representado por un 87%,
esto se obtiene como consecuencia al ser separados de sus
hijos, además el no poder cuidarlos y abrazarlos (24). Al
contrario, en el estudio de, Cerruto A, relata en su investigación
que el nivel de resiliencia es alto representado con un porcentaje
del 72%, esto se debe a que podría ser aplicado cuando se
agrupa las actitudes en una personalidad resistente al estrés
como: el desafío, el compromiso y el control (19). Las cuales
motivan en un individuo al aprendizaje y el cumplimiento de sus
objetivos a través de los cambios que logran (25).
CONCLUSIONES
La resiliencia general del estudio está representada por un nivel
de resiliencia medio que corresponde al 56% de los
participantes, mientras que, el 44% de los participantes tiene un
nivel de resiliencia bajo, debido a la influencia de diferentes
factores que aumentan o reducen el nivel de afrontamiento de la
madre ante la hospitalización de su hijo/a.
En el factor yo soy- yo estoy, se estableció un nivel de resiliencia
bajo debido a que los factores que lo componen como identidad,
autonomía, satisfacción y pragmatismo se ven afectados, ya que
las madres al momento de la hospitalización de sus hijos, no
tienen la capacidad de enfrentar los problemas que atraviesan,
asimismo desconocen lo que podía pasar a futuro con la salud y
bienestar de sus hijos.
En el factor yo tengo, se evidenció que el nivel de resiliencia es
medio, en el cual se ven afectan de cierta manera algunos de los
factores como: vínculos, redes, modelos y metas, ya que, varias
madres cuentan con el apoyo de sus esposos, familiares,
amigos/as y son las personas en las cuales pueden confiar y los
han acompañado cuando han tenido problemas.
En el factor yo puedo, se constató que el nivel de resiliencia es
bajo, ya que afecta a los factores afectividad, autoeficacia,
aprendizaje y generatividad, esto se debe a la situación que
están atravesando les dificulta de cierta manera realizar algunas
actividades de la vida cotidiana como: desarrollar vínculos
afectivos, tomar decisiones, proyectarse a futuro, entre otros
aspectos importantes que componen este factor.
FINANCIAMIENTO: No hubo fuentes de financiamiento.
CONFLICTOS DE INTERÉS: Los autores declaran no tener conflictos de interés