Estévez J / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 7 No. 4 2022 (Diciembre – Enero)
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probable de la variable acorde al cuerpo de conocimientos,
experticias o creencias que se tenga hasta ese momento. La
distribución a priori sirve como una plantilla de referencia, en
donde se contrasta la distribución de los valores observados, de
la relación y análisis de ambas distribuciones se inferirá el
incremento o disminución de la probabilidad o certidumbre del
marco de las hipótesis planteadas. Las distribuciones a priori
pueden ser no informativas donde no hay estudios previos o una
opinión especializada del tema o informativas donde si hay
conocimientos previos, experiencias empíricas u opinión
especializada (5,6).
El manejo de las probabilidades de las hipótesis marca una
diferencia entre ambas visiones. La frecuentista calcula solo la
probabilidad de que la hipótesis nula sea cierta o no, a través de
la prueba de significancia estadística de la hipótesis nula. Del
valor de la “p” obtenida, se derivará la aceptación o el rechazo
de la hipótesis nula, debe recordarse, pues es un frecuente error
de sobrestimación de la “p”, que el rechazo de la hipótesis nula
no representa ningún apoyo para la hipótesis alternativa (7). La
“p” solo es una posibilidad, para conocer su precisión se necesita
el intervalo de confianza que indica la amplitud del rango de los
parámetros calculados, donde probablemente se encuentre el
valor real y confirmando la significancia o no del resultado. Cada
punto del intervalo de confianza tiene la misma posibilidad de ser
el valor real buscado. La inferencia frecuentista es muy rígida y
solo da respuestas dicotómicas, si o no, sin nada intermedio
(5,7).
La bayesiana aborda el cálculo de la probabilidad de ambas
hipótesis, la nula y la alternativa (pueden ser más de 2 hipótesis).
Con el cálculo de ambas probabilidades se tiene una idea del
peso específico de cada hipótesis respecto a describir el
fenómeno estudiado con mayor precisión. Con los datos
observados se calcula la probabilidad de compatibilidad tanto de
la hipótesis nula como de la alternativa. El cociente de esta
probabilidad de la hipótesis alternativa sobre la hipótesis nula es
lo que se conoce como Factor Bayes, cuyo valor determinará
que hipótesis recibe mayor apoyo del estudio, donde un valor de
1 indicaría no diferencia, un valor >1 apoya mayormente a la
hipótesis alternativa, mientras que un valor <1 la apoyada será
la hipótesis nula. Se calcula además un índice de creencia o
credibilidad que contiene el más probable valor del parámetro
estudiado y un rango de dispersión. Por último, se calcula la
probabilidad a posteriori o actualizada, donde se determina la
modificación de la probabilidad a priori producida por el
conocimiento adicional (5,8).
La inferencia bayesiana es flexible pues no se aferra al valor de
la “p”, no responde dicotómicamente sino de forma holística. Por
ejemplo, la probabilidad de un paciente, de una determinada
población, de estar infectado por un X virus es del 0,004. Luego
de obtener un examen positivo para el virus, esa probabilidad
calculada por métodos bayesianos sube al 0,12. Para el
frecuentismo ese pequeño aumento no tiene gran significado,
mientras que para el bayesiano indica un dato importante, pues
la probabilidad se ha incrementado 24 veces y supone una
pequeña probabilidad de estar infectado con una muy alta
probabilidad de un examen positivo cuando se tiene la infección.
Un segundo examen positivo, actualiza la probabilidad a 0,798,
que es una fuerte evidencia a favor de la infección y corrobora la
inferencia previa (9). La versatilidad del método bayesiano logra
deducciones aun ante pequeñas magnitudes.
La definición de subjetividad también diferencia ambos
enfoques. La frecuentista considera que la objetividad está solo
en los datos y que todo elemento añadido fuera de estos es una
subjetividad que alterará el análisis (10). El enfoque bayesiano,
por el contrario, considera la subjetividad de las experiencias
previas o creencias como parte natural del proceso de
adquisición de conocimiento y por ende su inclusión es vital en
el análisis. La objetividad es un ideal, que se expresa en las
variaciones de la probabilidad al actualizarse (a posteriori) tras
cada nuevo ensayo (4,6). Al final, la discusión sobre subjetividad
es una falacia, pues la base de los cálculos estadísticos está
llena de acuerdos como el “α” y todos esos acuerdos son
subjetivos (11)
La polémica surgida sobre cuál de estos dos sistemas es mejor,
resulta algo estéril, ya que son dos herramientas que bien
pueden ser utilizadas alternativamente, en función de que el
estudio a ser desarrollado se adecue mejor a uno de los
sistemas. Mientras la estadística frecuentista es idónea para
grandes muestras, muy restringidos en el control de variables y
sin ningún conocimiento previo. La estadística bayesiana es
adecuada para estudios con muestras pequeñas, con
conocimientos previos, experticias empíricas u opinión de
expertos (10,11).
La estadística frecuentista se ha utilizado ampliamente debido a
su procedimiento simple y a sus cálculos menos complejos, la
mayoría de los programas estadísticos fueron estructurados en
función de esa estadística. Mientras que la estadística
bayesiana, debido a lo complejo de sus cálculos, hasta hace
pocas décadas estaba solo al alcance de matemáticos y
estadísticos. La aparición de programas nuevos y antiguos con
módulos especiales para la estadística bayesiana, como el
paquete MCMC del lenguaje R, SPSS, OpenBugs, JASP,
WinBugs, Minitab, han permitido el acceso a esta, de
investigadores sin amplios conocimientos matemáticos, como es
el caso en el área de las ciencias de la salud (9,12).
Esta es una oportunidad para experimentar con un diferente
enfoque de inferir, y liberarnos del anquilosamiento que una sola
visión produce en todo desarrollo humano. Eso no significa que
desechamos la metodología previa, sino que la
complementamos, ampliando los horizontes de la inferencia con
diversidad de herramientas que permiten aclarar el universo
fenomenológico que nos rodea. No hay q temer avanzar, hay
que temer estancarse.
Autor de correspondencia: M.D., Ph.D. Jesús Estévez. Correo electrónico: jestevez1954@gmail.com