Delgado R / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 7 No. 4 2022 (Diciembre – Enero)
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Conforme lo expuesto por Gutiérrez y col. (15), en su obra,
“Mecanismos Moleculares de la Resistencia a la Insulina: Una
Actualización”, el cual consistió en una revisión bibliográfica
sistemática realizada en 2017, infieren que la insulina
desempeña funciones esenciales en el metabolismo glucídico, y
que procesos como la inflamación o el estrés constituyen
mecanismos claves para el desarrollo de la resistencia a la
insulina. Este proceso a su vez es una de las principales
características de condiciones patológicas relacionadas con la
DM tipo 2.
Cortes y col. (16), en su estudio: Estrés y cortisol: implicaciones
en la ingesta de alimento, realizado en 2018, cuyo propósito fue
valorar las implicaciones del estrés y cortisol sobre la ingesta de
alimento, a través de una revisión sistemática indicaron que el
cortisol es una hormona indispensable para el correcto
funcionamiento de los órganos, en donde su secreción es
producto de la activación del eje neuroendocrino hipotálamo-
hipófisis-adrenal (HHA). A su vez, expresan que el exceso de
esta hormona o hipercortisolemia, en conjunto con niveles
elevados de insulina o hiperinsulinemia, contribuyen a la
prevalencia de la obesidad, condición que afecta
significativamente a la población mundial.
Según Nares y col. (17), las hospitalizaciones de los pacientes
adultos en los servicios de urgencias relacionadas con las
complicaciones agudas de la diabetes representan
aproximadamente 20 a 30% de los ingresos. De igual manera,
infieren que cerca de 90% de todos los pacientes que reciben
insulina experimentan al menos un episodio de hipoglucemia,
conclusiones a las que llegaron en su proyecto realizado en
2018, Hipoglucemia: el tiempo es cerebro. ¿Qué estamos
haciendo mal?, el mismo que consistió en una revisión
bibliográfica sistemática, brindando una visión de la
fisiopatología en la hipoglucemia, así como su abordaje en el
servicio de urgencias.
En relación al artículo, “Estrés académico y valores de cortisol en
estudiantes de medicina”, realizado por Conchado y col. en 2018
(18), definen al estrés como uno de los problemas de salud más
generalizado en la actualidad. Realizaron un estudio descriptivo
y transversal en 113 estudiantes, distribuidos en 49 hombres y
64 mujeres, del primer año de la carrera de medicina. Ejecutaron
la evaluación SISCO, que permite cuantificar la percepción de
los niveles de estrés, en conjunto con la determinación sérica de
cortisol, relacionando ambas variables con la prueba de Chi-
cuadrado. Concluyeron que los estudiantes presentaron niveles
de estrés entre alto y medio, siendo las mujeres el grupo con los
niveles más alto de estrés. A su vez, los niveles de estrés alto,
tanto en hombres como en mujeres, percibieron concentraciones
de cortisol superior a los 25μg/dl.
Acorde a lo establecido en el artículo, “Prevalencia de la diabetes
mellitus tipo 2 y sus factores de riesgo en individuos adultos de
la ciudad de Cuenca- Ecuador”, realizado por Altamirano y col.
(19) en el 2019, la DM mantiene una estrecha relación con
diversos factores como la edad, antecedentes familiares e Índice
de Masa Corporal (IMC), mismos que deben ser tomados en
cuenta para implementar políticas de prevención primaria para
disminuir la prevalencia de esta patología. El estudio que
efectuaron fue de tipo descriptivo y transversal, aplicado a 317
individuos adultos, concluyendo que la DM aumenta
progresivamente según la edad, y que tanto presentar
antecedentes familiares como la obesidad son factores de riesgo
de padecer DM tipo 2.
De igual manera, en la revisión bibliográfica “Control de la
hiperglucemia de estrés. Estado actual”, realizada por Pérez y
col. durante el 2019 (20), concluyen que la “Hiperglucemia de
Estrés” es una alteración del metabolismo glucídico,
particularidad presente en el paciente crítico no diabético,
aunque también puede presentarse en pacientes con
diagnóstico de diabetes, caracterizada por hiperglucemia y
resistencia a la acción de la insulina en diversos tejidos, a su vez
consideran esta condición como un marcador de gravedad que
incrementa la morbimortalidad de pacientes en admisión
hospitalaria.
Thau y col. (21), en su libro, Physology, cortisol, publicado en
2019, exponen que, entre las alteraciones del cortisol, las de
mayor importancia clínica son el hipercortisolismo, que implica
un incremento en los niveles de glucorticoides provocado por una
secreción excesiva de cortisol, manifestado a través del
síndrome de Cushing. Por su parte, el hipocortisolismo implica
una insuficiencia suprarrenal primaria. Los niveles de cortisol son
insuficientes para cumplir las funciones requeridas en el
organismo, también conocida como enfermedad de Addison.
González y col. en 2020 (22), en su trabajo investigativo:
“Prevalencia de alteraciones del metabolismo glucídico en
familiares de primer grado de pacientes diabéticos tipo 2”,
concluyen que los familiares de primer grado de pacientes
diabéticos presentan mayor predisposición de presentar
alteraciones relacionadas con el metabolismo glucídico. El
estudio realizado fue de tipo descriptivo y de corte transversal
que incluyeron 120 pacientes adultos, en donde se evaluaron
variables sociodemográficas, variables clínicas y relacionadas
con los estilos de vida, encontrando que los factores de riesgo
que predominaron fueron la dieta inadecuada, obesidad
abdominal, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia que fueron
más evidentes en los pacientes diagnosticados como diabéticos.
En el año 2020, Jiménez (23), en su estudio, Relación entre el
estrés y adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes tipo
2 en el Centro de Salud N°3, expresó que la diabetes mellitus es
una enfermedad crónica con alta tasa de mala adherencia al
tratamiento, influenciada por factores emocionales como el
estrés. El estudio fue de tipo descriptivo, prospectivo enfocado a
140 pacientes con DM tipo 2, en donde evidencio que
aproximadamente el 40% de los pacientes presentaron niveles
de estrés moderado, en donde estos niveles presentaron una
asociación significativa con la mala adherencia al tratamiento
farmacológico.
Tobar (24), en su investigación realizada en el año 2022, con
base en una revisión sistemática de 73 estudios
correspondientes a fuentes primarias y secundarias,
relacionados con el cortisol, en términos de definición, función y
alteraciones, cuya finalidad fue establecer la asociación de los
efectos y alteraciones que producen las elevadas
concentraciones de cortisol, concluyó que “La alteración de los
niveles de cortisol a largo plazo, debido al estrés físico y
psicológico, genera un efecto negativo en el organismo,
causando neurotoxicidad a las estructuras cerebrales.
Ochoa (25), en su revisión bibliográfica, titulada: “Sobre la
homeostasis de la glucosa”, expresa que varios mecanismos
biológicos que controlan, regulan, absorben, reabsorben, utilizan
y eliminan la glucosa están involucrados en el sistema regulador
del metabolismo glucídico, en el cual están involucradas vías