Freire L / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 1 2023 (Enero – Marzo)
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INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la salud
sexual como un estado de bienestar físico, mental y social en
relación con la sexualidad y no solamente la ausencia de
enfermedad, disfunción o malestar. La salud sexual requiere un
enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las
relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener
experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda
coacción, discriminación y violencia. Para que todas las
personas alcancen y mantengan una buena salud sexual, se
deben respetar, proteger y satisfacer sus derechos sexuales
(1,2).
Por esa razón, durante los controles prenatales, resulta
necesario el desarrollo de una atención holística e integradora
de la salud de la mujer, haciendo énfasis en la salud sexual
durante la etapa de gestación. Puesto que, desde una
perspectiva cultural y social, no se encuentra asociado al
embarazo con los aspectos genitales, erotismo y placer, por el
contrario, este se aleja y se centra en el proceso de maternidad.
Por consiguiente, la sexualidad durante el embarazo resulta ser
un tema poco socializado por los profesionales que conforman
el proceso de atención primaria de salud, a pesar de que, resulta
importante este tema para la prevención de riesgo (3–5).
Una investigación realizada en Asunción, acerca de la
sexualidad durante la gestación determinan que el 88,9% de las
mujeres que se encuentran en esta etapa experimentan
trastornos del deseo sexual, el 86,9% presentan trastornos de
excitación sexual y el 48% tiene problemas con relación a la
satisfacción sexual (6). De igual manera, un estudio realizado en
Colombia determinó que un 75% de los casos estudiados
presentaron disfunción sexual durante esta etapa (7).
A nivel de Latinoamérica en el Hospital de Loreto (Perú), es
tomado el período prenatal como la etapa donde la mujer
enfrenta cambios notables tanto biológicos como psicológicos,
estos cambios al mismo tiempo afectan de manera positiva o
negativa la intimidad de pareja, una vez que los futuros padres
se enteran que un nuevo ser viene en camino este pasa a ser la
prioridad, dando lugar a un sin fin de interrogantes, junto a esto
surgen temores por lo que empiezan a buscar información clara
sobre el acto sexual durante la gestación (8). Por el contrario
existen mujeres que deciden no preguntar al respecto por
vergüenza, dejándose llevar por mitos y creencias de que la
sexualidad durante el embarazo no se vive de forma
satisfactoria, lo que conlleva a que se pierdan momentos de
comunicación íntima, placer, que en realidad son saludables
para la madre y su futuro hijo (9).
Durante el primer trimestre de embarazo existe descenso del
deseo sexual debido al miedo de provocar un aborto, sin
embargo, la obtención de placer puede darse mediante la
estimulación de zonas erógenas que recibe de su pareja (10).
En el segundo trimestre la mujer pierde estos miedos y
disminuyen los síntomas de nauseas, por lo que llega a disfrutar
del acto sexual incluso llega a producirse excitación debido a los
cambios anatómicos que sufren los genitales y las mamas, al
llegar al tercer trimestre la mujer presenta cambios físicos
notables por lo que existe disminución del deseo sexual (11,12).
Percepción de la paciente sobre el acto sexual durante el
período prenatal
Durante el embarazo, se vuelve un poco difícil la práctica sexual,
debido a la incomodidad del abdomen gestante, también pueden
aparecer molestias vaginales, sobre todo cuando se acerca el
parto.
Es ahí, donde el personal de enfermería cumple un rol
importante en torno a la educación correcta tanto a la gestante
como a su pareja, respondiendo de manera clara y con
fundamento las dudas que se presentan durante los controles
prenatales o a la vez mediante una visita domiciliaria, ayudando
a superar los temores existentes y evitar que se den períodos de
abstinencia. A menudo la falta de información ocasiona que la
pareja evite las relaciones sexuales por temor a dañar al feto u
ocasionar un parto pretérmino (13).
Sin embargo, se conoce que, en un embarazo de transcurso
normal, la actividad sexual no afectará al feto ya que se
encuentra protegido por: el líquido amniótico, el amnios y las
paredes del útero, incluso existen beneficios como la liberación
de hormonas que contribuyen al bienestar emocional en la
madre, por lo que el embarazo puede llegar a ser una etapa de
mayor conciencia y goce sexual (14). El deseo sexual durante la
gestación en pareja puede aumentar o disminuir. La idiosincrasia
de cada persona lo convierte en un ser especial, por lo que todos
los seres humanos somos diferentes, de tal manera que habrá
gestantes con deseos sexuales y otras no. Las gestantes con
deseo sexuales, su pareja puede satisfacerlas, ya que esto no
repercute en él producto de la gestación, por otro lado las
mujeres que no sienten deseo no deben preocuparse, lo
importante es buscar y recibir información para vivir una
sexualidad durante la gestación libre de miedos y creencias
falsas (15).
En algunos de los casos, existen mitos o tabúes que abordan la
temática de la sexualidad, sobre todo en gestantes que habitan
en zonas rurales. Al respecto, una investigación realizada en el
distrito de Subtanjalla (Perú), determino un 65,45% de gestantes
que viven con sus parejas no manifiestan tener información
errónea acerca de la sexualidad, mientras que un 34,55% de
gestantes solteras mantienen sus creencias entorno a mitos o
tabúes expuestos por la sociedad (16).
Durante el progreso de la gestación existen, miedos,
complicaciones y creencias asociados, por lo que resulta
necesario que las gestantes reciban orientación profesional ya
que dependiendo de la condición clínica se recomienda la
práctica de relaciones sexuales con el fin de obtener beneficios
psicológicos y mejora emocional, no obstante si existen
complicaciones se recomienda la restricción de dichas
actividades (17).
Una investigación realizada con el propósito de identificar las
vivencias acerca de las relaciones sexuales durante el último
trimestre de gestación, en 15 gestantes, reportó que, durante el
tercer trimestre, las gestantes dejan de lado el enfoque sexual
con su pareja, centra sus cuidados y tiempo en el bienestar del
bebé, sobre todo cuando el embarazo es de riesgo o deseado.
Sin embargo, es menester del profesional, el transmitir el
conocimiento necesario para mantener su salud sexual durante
esta etapa (18).
De igual manera, un estudio realizado en España con el objetivo
de identificar el impacto generado durante el proceso de
gestación en las conductas sexuales entre la generación
millennial (nacidas en los inicios de 1980 hasta finales de la