Leal J / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 1 2023 (Enero Marzo)
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INFECCIÓN POR EL VIRUS DE EPSTEIN-BARR E INTERLEUCINA 10 SÉRICA EN NIÑOS
EPSTEIN-BARR VIRUS INFECTION AND SERUM INTERLEUKIN 10 IN CHILDREN
Jorymar Yoselyn Leal Montiel1 https://orcid.org/0000-0002-1110-9824, Mariela Carolina Rincón Montiel2 https://orcid.org/0000-0002-
5414-1664, Pablo Ortega Fernández3 https://orcid.org/0000-0002-0069-8264, Miriam Echeverría Velázquez https://orcid.org/0000-
0002-5685-09314
1Universidad del Zulia, Facultad de Medicina, Instituto de Investigaciones Biológicas, Laboratorio de Investigación en Malnutrición Infantil y Retardo
Mental. Coordinadora del Laboratorio de Investigación en Malnutrición Infantil y Retardo Mental. Directora de la División de Investigación de la Facultad
de Medicina de la Universidad del Zulia, Venezuela
2Universidad del Zulia, Facultad de Medicina, Programa de Postgrado de Maestría en Inmunología, Mención: Inmunología Experimental, Venezuela
3Universidad del Zulia, Facultad de Medicina, Instituto de Investigaciones Biológicas, Laboratorio de Investigación en Malnutrición Infantil y Retardo
Mental. Profesor Emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, Venezuela
4Universidad del Zulia, Facultad de Medicina, Programa de Postgrado Maestría en Inmunología, mención: Inmunología Experimental, Venezuela
2477-9172 / 2550-6692 Derechos Reservados © 2023 Universidad Técnica de Ambato, Carrera de Enfermería. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los
términos de la Licencia Creative Commons, que permite uso ilimitado, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original es debidamente citada.
Recibido: 10 de noviembre 2022
Aceptado: 30 de diciembre 2022
RESUMEN
Introducción: el Virus de Epstein-Barr (VEB), ha desarrollado
estrategias para evadir el sistema inmunológico y permanecer
en estado de latencia, resaltando la importancia de la IL-10 en la
persistencia viral, la seroconversión y las complicaciones en el
hospedero. Objetivo: determinar las concentraciones ricas de
IL-10 en escolares y adolescentes con infección por el VEB.
Métodos: se realizó un estudio descriptivo, transversal, no
experimental en 73 niños de ambos géneros, con infección por
el VEB, clasificados en 3 grupos serológicos: Grupo A: IgM (-),
IgG (-); Grupo B: IgM (+), IgG (+) y Grupo C: IgM (-), IgG (+). Las
concentraciones séricas de IL-10 fueron determinadas por
ELISA. Los datos fueron analizados con el programa SAS/STAT,
versión 8.1, considerando significancia p<0,05. Resultados: las
concentraciones séricas promedio más bajas de IL-10 fueron
detectadas en escolares del Grupo B al comparar con
adolescentes del mismo grupo, y las más altas en los Grupo B y
C con más de 3 síntomas. La concentración de IL-10 mostró una
disminución progresiva asociada al mayor tiempo de evolución
en los Grupos A y C, mientras que, en el Grupo B, se observó
elevación de IL-10 durante los 4 a 6 meses de evolución clínica.
Conclusiones: los valores séricos promedio de IL-10 en
individuos infectados por el VEB disminuyen a mayor tiempo de
evolución, sin embargo, el incremento de IL-10 observado entre
los 4 y 6 meses coincide con la producción y positividad de la
IgM e IgG contra el virus, lo que podría explicar su reactivación.
Palabras clave: Infecciones por Virus de Epstein-Barr,
Interleucina-10, Niño, Seroconversión
ABSTRACT
Introduction: Epstein-Barr Virus (EBV) has developed
strategies to evade the immune system and remain latent,
highlighting the importance of IL-10 in viral persistence,
seroconversion, and complications in the host. Objective: to
determine the serum concentrations of IL-10 in schoolchildren
and adolescents with EBV infection. Methods: a descriptive,
cross-sectional, non-experimental study was carried out in 73
children of both genders, with EBV infection, classified into 3
serological groups: Group A: IgM (-), IgG (-); Group B: IgM (+),
IgG (+) and Group C: IgM (-), IgG (+). Serum IL-10
concentrations were determined by ELISA. The data were
analyzed with the SAS/STAT program, version 8.1., considering
significance p<0.05. Results: the lowest mean serum
concentrations of IL-10 were detected in schoolchildren from
Group B when compared with adolescents from the same group,
and the highest in Groups B and C with more than 3 symptoms.
The concentration of IL-10 showed a progressive decrease
associated with the longer evolution time in Groups A and C,
while in Group B, an elevation of IL-10 was observed during the
4 to 6 months of clinical evolution. Conclusions: the average
serum values of IL-10 in individuals infected with EBV decrease
with longer evolution, however, the increase in IL-10 observed
between 4 and 6 months coincides with the production and
positivity of IgM and IgG. against the virus, which could explain
its reactivation
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Keywords: Epstein-Barr Virus Infections, Interleukin-10, Child,
Seroconversion
Autor de correspondencia: Dra. Jorymar Yoselyn Leal Montiel. Correo
electrónico: jorymarleal@gmail.com.
INTRODUCCIÓN
El Virus de Epstein-Barr (VEB) fue el primer patógeno que
mostró ser causa de disfunción inmunitaria como resultado de la
infección directa de las células del sistema inmune. Es un
miembro de la familia Herpesviridae, conocido también como
Herpes Virus Humano tipo 4. Se caracteriza por ser un virus
linfotrópico, encapsulado, y como tal, puede ocasionar infección
persistente y latente, pues, aunque la respuesta inmune que
desencadena conduce a su aparente eliminación, el genoma
viral persiste en varios tipos celulares y la reactivación de la
infección puede no suceder nunca o bien ocurrir a intervalos
irregulares (1,2).
El VEB puede transformar los linfocitos B, por lo que, ha sido
descrito como el primer virus oncogénico relevante desde el
punto de vista clínico, asociado con el desarrollo de
determinados tipos de cáncer como Linfoma de Burkitt,
Carcinoma Nasofaríngeo Anaplásico, Linfoma de Hodgkin y no
Hodgkin. Según la Agencia Internacional para la Investigación
en Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), el VEB se clasifica
como un carcinógeno del grupo 1 asociado con tumores como el
Linfoma de Burkitt, Linfoma de Hodgkin, no Hodgkin y el
carcinoma nasofaríngeo (3). Sin embargo, n no está
totalmente dilucidada la etiopatogenia del VEB para el desarrollo
de neoplasias malignas. Así mismo, el virus parece estimular la
formación de autoanticuerpos, lo que mantendría un estado
proinflamatorio en enfermedades autoinmunes como Lupus
Eritematoso Sistémico, Colitis ulcerosa y Artritis reumatoide (4).
La infección por el VEB en los niños generalmente no causa
síntomas, o los síntomas no se distinguen de los de otras
enfermedades leves y breves de la niñez. Las personas que
presentan síntomas de una infección por el VEB, por lo general
los adolescentes o los adultos, se mejoran en dos a cuatro
semanas. Sin embargo, algunas personas pueden sentirse
fatigadas durante varias semanas o incluso meses (5). Se estima
que alrededor del 95% de los adultos con edades comprendidas
entre los 18 y 40 años han sido afectados, la infección es más
prevalente y ocurre a edades más tempranas en un rango de 3
a 16 años, no obstante, este virus puede afectar a cualquier
individuo con independencia de su edad (5,6).
La enfermedad más común causada por el VEB es la
Mononucleosis Infecciosa (MI); ésta ocurre con mayor
frecuencia en adultos jóvenes. Sin embargo, la primoinfección
en niños pequeños suele ser asintomática o producir síntomas
inespecíficos, por lo que frecuentemente suele ser
subdiagnosticada (3). Las manifestaciones típicas incluyen la
tríada: faringitis (84%), fiebre (85-98%) y linfadenopatía cervical
(94-100%); entre otras manifestaciones menos frecuentes como
la hepatoesplenomegalia y el exantema maculopapuloso (5%).
Las complicaciones poco frecuentes de la MI incluyen
Meningoencefalitis, Síndrome de Guillain Barré, obstrucción
laríngea y rotura esplénica (5,6).
El patrón de seroprevalencia del virus varía según ciertas
variables sociodemográficas, países con un desarrollo
socioeconómico medio y bajo similar al de Venezuela, reportan
un modelo de infección precoz en sus poblaciones, en
contraposición a lo observado en países industrializados, en
donde es en la edad adulta cuando se contrae la infección (7).
Este virus presenta una amplia distribución y prevalencia,
particularmente común en niños y adolescentes; sin embargo,
se estima que más del 90% de la población adulta a nivel
mundial es seropositiva y portan el virus a lo largo de su vida
(3,5). Los niños pueden padecer la infección al desparecer los
anticuerpos protectores maternos entre los seis a ochos meses
de vida, lo cual explica la baja seroconversión en menores de un
año. Por lo que, los individuos no infectados durante la niñez se
contagian durante la adolescencia (7).
La vía de transmisión más frecuente del VEB, es por contacto
con las secreciones orales mediante los besos, muy común entre
adolescentes y adultos jóvenes, o por el intercambio de fómites
contaminados con saliva de niño a niño, como sucede en los
hogares de cuidado diario infantil. También se ha podido aislar
en sangre, epitelio vaginal y semen, haciendo probable que se
transmita por contacto sexual en la población adulta, siendo el
hombre el único reservorio conocido (8-10).
Inicialmente el virus infecta las células epiteliales de la orofaringe
y posteriormente los linfocitos B del tejido linfoide, responsables
de la diseminación del virus por todo el sistema
reticuloendotelial. Los linfocitos circulantes causan la infección
generalizada. Después de la infección aguda, el VEB permanece
latente en la población de linfocitos B, representando estas
células un reservorio para el virus de por vida. La liberación
intermitente del virus del epitelio faríngeo con tasas bajas de
replicación en esas células, permite la trasmisión potencial de la
infección a miembros susceptibles de la comunidad. El período
de incubación de la infección, varía entre 1 y 3 semanas, pero
en jóvenes y adultos puede prolongarse hasta 30 a 50 días; por
lo que adolescentes y adultos jóvenes desarrollan infección
sintomática con mayor frecuencia (11).
Después de la infección por el VEB, la mayor parte de los
pacientes presentan respuesta inmunitaria humoral y celular
vigorosa. La primera se dirige contra diversas proteínas virales,
los anticuerpos contra las proteínas virales gp350 y contra
antígenos de membrana son neutralizantes, pero no participan
en el control de la infección establecida. La respuesta inmunitaria
celular al VEB es extremadamente intensa, las células asesinas
naturales y los linfocitos T citotóxicos CD8+ activados controlan
la proliferación del virus durante la infección primaria (12,13).
El diagnóstico de MI es fundamentalmente clínico, pero la
confirmación se realiza a través de pruebas de laboratorio; por
lo general hay leucopenia leve que precede al desarrollo de
leucocitosis 2-4 semanas tras la infección, acompañada de una
linfocitosis mayor del 50% y al menos 10% de linfocitos atípicos
en la hematología completa, sugerentes de infección. Puede
haber trombocitopenia y neutropenia, sobre todo en el primer
mes de la enfermedad. Las pruebas de función hepática están
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alteradas en el 90% de los niños, siendo típica la elevación de
las transaminasas, fosfatasa alcalina y lactato deshidrogenasa
(13).
El patrón de respuesta de los anticuerpos contra el VEB
inicialmente refleja la síntesis de los antígenos virales implicados
en la lisis celular. El conocimiento de la naturaleza de estos
antígenos que inducen anticuerpos específicos contra el VEB es
útil para la interpretación de la serología específica del virus
(Cuadro 1) (14), así tenemos, antígenos tempranos (AT),
antígenos tardíos, que incluyen el antígeno de la cápside viral
(ACV) y el antígeno de membrana (AM), y el antígeno nuclear
del VEB (ANEB) expresado en la fase de latencia (13-15). Para
la detección de anticuerpos específicos frente al VEB se utilizan
técnicas de Inmunofluorescencia Indirecta (IFI) y Ensayo por
Inmunoabsorción Ligado a Enzimas (ELISA), con una
sensibilidad y especificidad elevada (80-100%).
Los anticuerpos IgM contra AT, aparecen tempranamente en la
infección, usualmente persisten por meses y pueden reaparecer
en cualquier momento, como respuesta espontánea, no
específica a diversos estímulos. Los anticuerpos IgG contra AT,
comienzan a elevarse con el inicio de los síntomas, alcanzando
concentraciones máximas cerca de las 3 a 4 semanas después
del inicio de los mismos (13-16).
Los anticuerpos IgM contra ACV, aparecen en el inicio de los
síntomas, persisten por semanas a meses y después
desaparecen de forma permanente, por lo que su detección es
evidencia presuntiva de infección primaria aguda. Los
anticuerpos IgG contra ACV, comienzan a incrementarse poco
después del inicio de los síntomas, alcanzando su concentración
máxima a los 2-3 meses, disminuyendo gradualmente y
persistiendo durante toda la vida. Los anticuerpos contra el
ANEB, usualmente no aparecen hasta 2-4 semanas después del
inicio de los síntomas, durante la convalecencia y persisten
durante toda la vida (13-16).
CUADRO 1
CLASIFICACIÓN DEL ESTADO DE INFECCIÓN POR EL VEB, SEGÚN EL TIEMPO DESPUÉS DEL COMIENZO DE LOS SÍNTOMAS Y
SEROLOGÍA VIRAL
Estado de infección
Tiempo después del
comienzo de los síntomas
IgM-ACV
IgG-ACV
Sano Susceptible
-
Negativo
Negativo
Infección primaria aguda
0-3 semanas
Positivo
Negativo o
Positivo
Infección subaguda
4 semanas-3 meses
Positivo
Positivo
Infección convaleciente
4-6 meses
Negativo o Positivo
Positivo
Infección pasada
˃ 6 meses
Negativo
Positivo
Antígeno de la cápside viral (ACV)
Fuente: Balfour et al. (14)
Finalmente, el VEB ha desarrollado diversas estrategias para
evadir el sistema inmunológico y permanecer en estado de
latencia, resaltando la importancia de la IL-10 en la persistencia
viral. Es así como el virus, tiene la capacidad de codificar un
homólogo viral de la IL-10 (vIL-10), que comparte el 70% de la
secuencia de aminoácidos de la IL-10 humana (hIL-10), para
modular la respuesta inmunitaria y facilitar su replicación,
propagación y persistencia (17,18).
Por todo lo antes expuesto, aunado a la alta prevalencia de
infección por el VEB, la gran complejidad con que se manifiesta
el virus en la población, la escasa información científica
relacionada con la respuesta inmunitaria protectora frente a la
enfermedad y sus complicaciones, así como la participación de
la IL-10 en la evolución, variabilidad clínica y seroconversión del
virus en el individuo, es que, la presente investigación tiene
como objetivo general determinar las concentraciones séricas de
IL-10 en escolares y adolescentes eutróficos infectados por el
virus de Epstein-Barr.
MÉTODOS
Se llevó a cabo una investigación de tipo descriptivo, transversal,
no experimental (19). La población estudiada estuvo
representada por 90 individuos en edad pediátrica con signos y
síntomas de infección viral y remitidos por un Médico
Especialista al Laboratorio Regional de Referencia Virológica del
Instituto de Investigaciones Clínicas ubicado en la Facultad de
Medicina de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, en
el período enero-diciembre 2017. La investigación se llevó a
cabo siguiendo los principios éticos en la investigación médica
en seres humanos establecidos en la Declaración de Helsinki
(20) por lo que fue aprobado por el Consejo Técnico del Instituto
de Investigaciones Biológicas de la Facultad de Medicina de la
Universidad del Zulia y la Comisión de Bioética de la Universidad
del Zulia (Proyecto PEI N°: 2012000757), y por el Comité de
Ética de la División de Estudios para Graduados de la Facultad
de Medicina de la Universidad del Zulia. Los padres o
representantes legales de los escolares, una vez informados,
dieron su consentimiento verbal y escrito para su inclusión en la
investigación.
Para calcular el tamaño de la muestra se aplicó la siguiente
fórmula (21):
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Donde:
n: número de elementos de la muestra.
N: número de elementos del universo (90).
p/q: probabilidades con la que se presenta el fenómeno (50%).
Z2: valor crítico correspondiente al nivel de confianza elegido:
siempre se opera con valor sigma (1,96).
e: margen de error o de imprecisión permitido (5%).
Resultando un tamaño muestral de 73 individuos.
El desarrollo de la investigación estuvo enmarcado en el área de
la Inmunología y dirigido a evaluar las concentraciones séricas
de IL-10 en la muestra seleccionada que cumplía con los
siguientes criterios de inclusión:
Criterios de Inclusión
Niños y niñas, en edades comprendidas entre los 6 y los 11
años de edad (escolares) y entre los 12 y los 18 años de
edad (adolescentes), según la OMS.
Eutróficos según evaluación antropométrica.
Con signos y síntomas sugestivos de Mononucleosis
Infecciosa (fiebre, cefalea, mialgias, artralgias, erupciones,
adenopatías, odinofagia, prurito, dolor abdominal, ictericia,
náuseas, vómitos, otros).
Criterios de Exclusión
Niños y niñas menores de 6 años y mayores de 18 años.
Desnutridos o con exceso de peso, según evaluación
antropométrica.
Con diagnóstico serológico de infección por
Citomegalovirus, Toxoplasma gondii y virus del Herpes
simple.
La recolección de los datos se llevó a cabo por una especialista
en Puericultura y Pediatría, mediante la revisión organizada de
historias médicas en un formato computarizado aplicado por el
personal médico que trabaja en el Laboratorio Regional de
Referencia Virológica del Instituto de Investigaciones Clínicas.
Todos estos datos fueron posteriormente recogidos en una ficha
clínica elaborada por la misma especialista.
La información recolectada:
Datos Antropométricos: peso en kilogramo (Kg) y talla en
metros (m). A partir de estos datos, se procedió a calcular el IMC
dividiendo el peso en kilos sobre la talla en metros cuadrados
(kg/m2). Se utilizaron como valores de referencia las tablas de
IMC para la edad, de niños, niñas y adolescentes de 5 a 18 años.
Los escolares y adolescentes considerados como eutróficos
fueron los que presentaron un IMC ≥ -2 a ≤ +1 DE. (22)
Datos Clínicos: sobre los signos y síntomas (fiebre, cefalea,
mialgias, artralgias, erupciones, adenopatías, odinofagia, prurito,
dolor abdominal, ictericia, náuseas, vómitos, otros), que
presentaron los escolares y adolescentes de las historias
médicas revisadas. De esta manera se separó la muestra en 2
grupos, un primer grupo que presentó menos de 3 signos y
síntomas, y un segundo grupo que presentó más de 3 signos y
síntomas clínicos. Se consideró infección por el VEB, aquellos
individuos con la tríada pica de odinofagia, fiebre y adenopatías
cervicales (5).
Datos Bioquímicos y Serológicos: de las muestras de sangre
que fueron tomadas por una Licenciada en Bioanálisis, y a las
cuales se les realizó hematología completa que complementó la
evaluación clínica, y prueba inmunoenzimática indirecta para
determinar anticuerpos IgM e IgG frente al ACV (Antígeno de la
Cápside Viral) del VEB en suero (VIRCELL microbiologists,
Epstein-Barr ACV ELISA IgM e IgG) (23).
En base al resultado de serología para el VEB, la muestra fue
clasificada en 3 grandes grupos a continuación: Grupo A: IgM (-
), IgG (-); Grupo B: IgM (+), IgG (+) y Grupo C: IgM (-), IgG (+).
El grupo correspondiente al diagnóstico serológico: IgM (+), IgG
(-), no fue tomado en consideración, ya que ninguno de los
escolares y adolescentes de la muestra obtuvo dicho resultado
(23).
El suero obtenido, debidamente identificado y preservado bajo
medidas de congelación a -70 ºC en el banco de muestras del
referido laboratorio, fue posteriormente descongelado y utilizado
para la determinación de IL-10 a través del método de ELISA tipo
sándwich (método basado en la unión Ag-Ac) (24). El método de
ELISA es un sistema indicador de antígenos proteicos (Ags) o
anticuerpos (Acs), combinados con enzimas. En la prueba, uno
de los componentes (Ag ó Ac) se adhiere sobre una superficie
conocida como la fase sólida, éste reacciona con el Ac ó con el
Ag de la muestra. El otro reactivo es el conjugado enzimático
que se activa y degrada un sustrato específico, el cual desarrolla
un color cuya intensidad se mide en unidades de absorbancia
(24).
Análisis estadístico:
El análisis estadístico de los resultados se realizó con el uso del
software estadístico (SAS/STAT, versión 8.1, 1999, SAS Institute,
Cary, NC, USA). Los datos cuantitativos obtenidos se mostraron
como valores Promedio ( ) ± Desviación Estándar (DE). La
organización de los datos se realizó mediante el uso de tablas de
contingencia. Se aplicó la prueba de KolmogorovSmirnov a cada
variable, y en el caso de una distribución normal, se aplicó una
prueba “t” de Student a cada una de ellas y Análisis de la Varianza
(ANOVA), tomando el 95% como índice de confiabilidad estadística
y considerando significancia estadística una p<0,05 (19).
RESULTADOS:
La presente investigación se realizó en 73 individuos= 40 escolares
(6-11 años) y 33 adolescentes (12-18 años), eutróficos, con signos
y síntomas clínicos de infección viral. De los cuales 18 (24,65%)
mostraron diagnóstico serológico negativo para el VEB (Grupo A),
que correspondería a los individuos sanos susceptibles y 55
(75,34%) presentaron diagnóstico serológico positivo para el VEB
(Grupos B y C).
La Tabla 1, presenta las concentraciones séricas de IL-10 en
escolares y adolescentes no infectados e infectados por el VEB. No
se observó diferencia significativa en las concentraciones séricas
promedio de IL-10 entre los escolares y adolescentes estudiados.
n = Z2pqN____
e2 (N-1) + Z2pq
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TABLA 1
CONCENTRACIONES SÉRICAS DE IL-10 EN ESCOLARES Y ADOLESCENTES NO INFECTADOS E INFECTADOS POR EL VEB
Escolares y Adolescentes (n=73)
Citocina
Infectados por el VEB
(n=55)
± DE
IL-10 (pg/mL)
8,83±5,58
8,64±6,51
: promedio; DE: desviación estándar.
La Tabla 2, muestra las concentraciones séricas de IL-10 en
escolares y adolescentes infectados y no infectados por el VEB
clasificados de acuerdo al diagnóstico serológico, la edad y el
número de síntomas. Nótese que las concentraciones séricas
promedio de IL-10 entre escolares y adolescentes de los
diferentes grupos serológicos, no mostraron diferencias
significativas. Sin embargo, las concentraciones séricas promedio
de IL-10 fueron menores en escolares del Grupo B (6,11±2,62
pg/mL), y superiores en adolescentes del mismo grupo
(12,46±10,49 pg/mL). Además, en escolares y adolescentes con
más de 3 síntomas, las concentraciones ricas promedio de IL-
10 fueron superiores en el Grupo B (10,52±7,88 pg/mL) y el
Grupo C (9,39±7,15 pg/mL), al comparar con el Grupo A
(8,46±4,55 pg/mL). Por su parte los escolares y adolescentes con
menos de 3 síntomas del Grupo A, presentaron concentraciones
séricas promedio de IL-10 superiores (10,71±10,63 pg/mL), al
comparar con el resto de los grupos serológicos. Estas diferencias
no resultaron significativas.
TABLA 2
CONCENTRACIONES SÉRICAS DE IL-10 EN ESCOLARES Y ADOLESCENTES INFECTADOS Y NO INFECTADOS POR EL VEB, SEGÚN
GRUPO ETARIO Y NÚMERO DE SÍNTOMAS
Concentraciones séricas de IL-10 en escolares y adolescentes infectados
y no infectados por el VEB
Grupo A
Grupo B
Grupo C
n ± DE
n ± DE
n ± DE
Grupo Etario:
< 12 años
12-18 años
Número de Síntomas:
< 3 síntomas
> 3 síntomas
13 8,95±5,86
5 8,52± 5,38
3 10,71 ± 10,63
15 8,46±4,55
3 6,11±2,62
3 12,46 ±10,49
1 3,09±1,38
5 10,52 ±7,88
24 9,06±6,63
25 8,08 ± 6,36
15 6,68 ± 4,06
34 9,39 ± 7,15
: promedio; DE: desviación estándar.
Grupo A: IgM (-), IgG (-); Grupo B: IgM (+), IgG (+) y Grupo C: IgM (-), IgG (+).
No se encontró diferencia estadísticamente significativa en las concentraciones séricas de IL-10 (ANOVA).
La Figura 1, muestra la evolución de las concentraciones séricas
de IL-10 en escolares y adolescentes infectados y no infectados
por el VEB y clasificados en grupos serológicos, según el tiempo
después del comienzo de los síntomas. Obsérvese que en los
escolares y adolescentes estudiados, las concentraciones séricas
promedio de IL-10 mostraron una disminución relacionada con el
mayor tiempo de evolución de la enfermedad. Esta evolución se
corresponde en los Grupos A y C. Por el contrario, en el Grupo B,
se observó un descenso de las concentraciones ricas promedio
de IL-10 entre las 4 semanas y 3 meses, con posterior elevación
entre los 4 a 6 meses, hasta alcanzar sus valores más bajos
después de los 6 meses.
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FIGURA 1
EVOLUCIÓN DE LAS CONCENTRACIONES SÉRICAS DE IL-10 EN ESCOLARES Y ADOLESCENTES INFECTADOS Y NO INFECTADOS POR
EL VEB, SEGÚN DIAGNÓSTICO SEROLÓGICO
Grupo A: IgM (-), IgG (-); Grupo B: IgM (+), IgG (+) y Grupo C: IgM (-), IgG (+).
No se encontró diferencia estadísticamente significativa en las concentraciones séricas de IL-10 (ANOVA).
DISCUSIÓN
Las infecciones virales crónicas o persistentes, no se eliminan
con la simple respuesta inmunológica del huésped, por lo que el
resultado a largo plazo es un estado de equilibrio entre el
huésped y el virus. Diversos factores como, los mecanismos de
evasión inmune viral, el estado de inmunosupresión del
huésped, o, en el caso de los herpesvirus, la manipulación del
estado inmunológico, facilitan la persistencia (latencia) de la
infección dificultando la eliminación del virus (18). Diferentes
mecanismos han sido utilizados por los virus para inducir
cronicidad o persistencia, en el que la IL-10 secretada por el
huésped participa como una citocina reguladora, sin embargo,
algunos virus como el VEB han desarrollado mecanismos que
les permiten secretar sustancias e imitar las funciones de la IL-
10 humana, denominados homólogos virales de la IL-10 (18,25).
En la presente investigación, los escolares y adolescentes
estudiados en su totalidad mostraron síntomas clínicos de
infección viral, sin embargo, de los 73 individuos estudiados, sólo
55 presentaron serología positiva para el VEB [Grupo B: IgM (+),
IgG (+) y Grupo C: IgM (-), IgG (+)], y los 18 restantes mostraron
serología negativa [Grupo A: IgM (-), IgG (-)], considerados
sanos susceptibles, es decir, no infectados por el VEB. Esto
puede ser debido a que la primoinfección en niños pequeños
suele ser asintomática o producir síntomas inespecíficos, por lo
que frecuentemente suele ser subdiagnosticada (5). De allí que,
al aumentar el número de individuos de la muestra y/o el rango
de edad, se pudiera obtener mayor número de casos de
individuos asintomáticos con serología positiva para el VEB.
En relación con las concentraciones séricas promedio de IL-10
entre escolares y adolescentes eutróficos infectados por el VEB
(Grupo B y C), y no infectados (Grupo A), no mostraron
diferencias significativas (Tabla 2). A pesar de que el Grupo A
presentó serología negativa para VEB, Citomegalovirus,
Toxoplasma gondii y virus del Herpes simple, es probable que la
sintomatología que presentaron los individuos de este grupo sea
debido a otros virus no estudiados en la presente investigación,
como el Adenovirus o el virus de la Influenza, entre otros, y que
por tanto la respuesta inmunológica del huésped frente a estos
virus sea similar a la inducida por el VEB, o bien existir otros
posibles agentes etiológicos de MI no conocidos hasta el
momento, que pudieran explicar algunos patrones serológicos
atípicos, y la similitud en las concentraciones séricas de IL-10
entre infectados y no infectados (25).
Por otro lado, aun cuando la técnica utilizada para la detección
de anticuerpos específicos frente al VEB haya sido el ELISA, la
cual presenta una sensibilidad y especificidad elevada (80-
100%) (13), es probable que algunos de los individuos del Grupo
A estén incluidos en el 20% del margen de error de la prueba, y
IL-10
(pg/mL)
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por tanto reportar falsos negativos, para lo cual sería necesario
la aplicación de otras técnicas como la Inmunofluorescencia
Indirecta (IFI), para corroborar la presencia del virus, más aun
cuando este grupo presentó síntomas sugestivos de MI. De allí
que, algunos individuos del Grupo A pudieran estar realmente
infectados por el VEB y por tanto presentar valores séricos de
IL-10 similares a los individuos infectados del Grupo B y C.
En lo que respecta al Grupo B, puede observarse que, en los
escolares, las concentraciones séricas promedio de IL-10 fueron
bajas, alcanzando cifras promedio más altas en los adolescentes
del mismo grupo, esto puede deberse al mayor grado de
inmadurez inmunológica de los escolares con respecto a los
adolescentes ante la infección primaria aguda, subaguda y
convaleciente ocasionadas por el VEB (2).
Por otro lado, las concentraciones séricas promedio de IL-10
fueron superiores en los individuos infectados por el VEB con
más de 3 síntomas (Grupo B y C), considerando que ambos
grupos corresponden a escolares y adolescentes en etapa
aguda/subaguda y convaleciente/pasada respectivamente, en
donde es frecuente observar mayor variabilidad clínica y número
de síntomas, así como valores elevados de IL-10 en virtud de
alcanzar un equilibrio entre el huésped y el virus ante el proceso
infeccioso, aunado al hecho de que la IL-10 viral (vIL-10) podría
contribuir a tal aumento (17,18).
Cabe destacar, que tanto la IL-10 humana como la vIL-10 tienen
actividad inmunosupresora similar, y la capacidad de estimular
la proliferación, diferenciación y producción de anticuerpos por
parte de la célula B (17,18).
La IL-10 viral (vIL-10) es utilizada como estrategia por el VEB
para establecer infecciones latentes. Es codificada por el gen
BCRF1, clasificado como un gen tardío pero expresado
tempranamente en las células B después de la infección. Se ha
demostrado que la vIL-10 tiene la capacidad de unirse al
receptor de IL-10 humano (IL-10R) con una muy baja afinidad,
lo que impide la expresión del MHC clase II en las células B, la
producción de IL-2 por las células T CD4+, la proliferación de
timocitos y mastocitos, pero conservar la capacidad de
suprimir la producción de citocinas proinflamatorias y mejorar la
viabilidad de la célula B (17,18,25,26).
Hatton y col., han realizado revisiones sobre estudios donde han
encontrado valores elevados de IL-10 humana e IL-10 viral en la
circulación de humanos receptores de trasplante infectados por
el VEB (27). Resultados similares fueron reportados por
Martínez y col., en un estudio in vitro realizado en ratones con
Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa (SCID) a los
cuales se les inyectó líneas de células B infectadas por el VEB,
provenientes de pacientes con Enfermedad Linfoproliferativa
Postrasplante (28). Estos hallazgos sugieren que, la IL-10 viral
(no medida en este estudio) pudiera influir en el aumento de los
valores séricos de IL-10 humana en individuos infectados por el
VEB como en los Grupos B y C con más de 3 síntomas, y por
tanto podría ser considerada su determinación en futuras
investigaciones.
Además, en los escolares y adolescentes estudiados, las
concentraciones séricas promedio de IL-10 mostraron una
disminución relacionada con el mayor tiempo de evolución
(Figura 1). Por el contrario, en el Grupo B se observó un
descenso de las concentraciones séricas de IL-10 de 4 semanas
a 3 meses, y luego elevación entre los 4 a 6 meses, para luego
llegar a sus valores más bajos después de los 6 meses. Estas
variaciones en los valores séricos de IL-10 pudieran tener
relación con la producción y doble positividad de los anticuerpos
de tipo IgM e IgG (Grupo B) que se produce durante las etapas
subaguda y convaleciente que corresponden a dichos periodos
evolutivos (17,18).
La elevación de las concentraciones séricas de IL-10 en el Grupo
B durante los 4 a 6 meses, pudieran explicar los períodos de
reactivación del virus en algunos individuos (29). Durante la
infección por el VEB, también aumenta 5-10 veces el número
absoluto de lulas T CD8+ en sangre periférica en comparación
con individuos asintomáticos. Con esta expansión de células T
CD8+ activadas aumentan también las concentraciones séricas
de citocinas proinflamatorias e inmunoreguladoras (IFN-γ, TNF,
IL-6, IL-10 y TGF-β) (2). Por otro lado, la vIL-10 también
desempeña un papel importante durante la infección, el cual
protege a las células B infectadas, alterando la producción de
citocinas, inhibiendo la respuesta de las células TCD4+ y NK, y
en última instancia, facilitando la diseminación del virus
(17,18,25,26).
Sin embargo, la presente investigación de tipo transversal, no
permite analizar realmente las alteraciones de las
concentraciones séricas de IL-10 en individuos infectados por el
VEB en un período de tiempo prolongado, y para lo cual sería
necesario realizar mediciones sucesivas de IL-10 en la misma
muestra y grupo serológico.
Savitri y col., evaluaron la correlación entre la carga viral en
plasma del VEB y las concentraciones séricas de IL-8 e IL-10,
en la evolución de los diferentes estadios del Carcinoma
Nasofaríngeo. Los resultados indicaron que la carga viral en
plasma puede ser un buen indicador de la progresión de la
enfermedad, asimismo la correlación positiva entre la carga viral
e IL-8, y finalmente, valores de IL-10 elevados en el estadio II de
la enfermedad al comparar con la etapa III, y en el estadio III al
comparar con el estadio IV (30). De allí, la importancia de la
carga viral en relación con los valores séricos de IL-10 y la
evolución clínica del individuo infectado por el VEB, a través del
tiempo (31-33). Aun cuando la presente investigación no contó
con mediciones de carga viral, es posible que sus valores según
el estado serológico, expliquen las variaciones séricas de IL-10
en individuos infectados, sobre todo lo que corresponden al
Grupo B entre los 4 a 6 meses.
Actualmente no existen estudios similares, ni literatura científica
que permita realizar comparaciones con los resultados
obtenidos. Aunado a que los reportes realizados por otros
autores sobre el estudio de las concentraciones séricas de IL-10
en patologías o infecciones virales son diferentes a la infección
por el VEB, por lo que se recomienda continuar con
investigaciones en humanos y animales que contribuyan con
información científica que aclare la participación de la IL-10 viral
(vIL-10) y la IL-10 humana (hIL-10), en la modulación de la
respuesta inmunitaria en la replicación, propagación y
persistencia de la infección por el VEB.
CONCLUSIONES
Leal J / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 1 2023 (Enero Marzo)
34
Las concentraciones séricas promedio de IL-10 no varían entre
individuos eutróficos infectados y no infectados por el VEB. Los
Adolescentes con Mononucleosis Infecciosa en etapa aguda,
subaguda y convaleciente [IgM (+), IgG (+)], presentaron valores
séricos de IL-10 más elevados que los escolares del mismo
grupo, lo cual contribuye a su variabilidad clínica. Por su parte,
los Escolares y adolescentes infectados por el VEB, con más de
3 síntomas para Mononucleosis Infecciosa, mostraron
concentraciones séricas promedio de IL-10 superiores a las
encontradas en individuos sanos susceptibles. Los valores
séricos promedio de IL-10 disminuyen a medida que aumenta el
tiempo de evolución, con las etapas de convalecencia e infección
pasada. Sin embargo, la doble seropositividad [IgM (+) e IgG (+)]
en escolares y adolescentes infectados por el VEB, induce un
aumento de los valores séricos de IL-10 entre los 4 a 6 meses
después del comienzo de los síntomas, pudiendo coincidir con
la reactivación del virus en algunos individuos.
Se sugiere, para futuras investigaciones sobre infección por el
VEB e IL-10, contar con determinaciones séricas de otras
citocinas como IFN-γ, IL-6, TGF-β y TNF-α que también
participan en la infección viral, así como parámetros bioquímicos
modificables tales como bilirrubina, transaminasas y lactato
deshidrogenasa, además de determinación de la carga viral e IL-
10 viral, como factores influyentes en las concentraciones
séricas de IL-10 humana, y por tanto, en la respuesta
inmunológica frente al VEB.
.
INFORMACIÓN SOBRE FUENTES DE FINANCIACIÓN DE LA
INVESTIGACIÓN:
Financiado por la Universidad del Zulia y el Ministerio del Poder
Popular para la Ciencia Tecnología e Innovación, a través del
programa de estímulo al investigador, Proyecto PEI N°:
2012000757.
CONFLICTO DE INTERESES
Todos los autores declaran no tener conflicto de intereses.
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