Gaitán O / Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 1 2023 (Enero – Marzo)
60
donde se traspase la barrera del saber científico en los
profesionales de la salud, en donde se permita adoptar una
actitud racionalista y humana respecto a los sentimientos de
las personas emocionalmente afectadas, mientras se
garantiza apoyo, comprensión y un trato humanizado.
El análisis también permitió identificar consecuencias
positivas, es decir, reacciones favorables al proceso de
pérdida. Entre ellas la aceptación comprensible y tranquila,
respuesta que tiene lugar según las creencias religiosas,
culturales y espirituales de la persona. En este orden, autores
como Páez y Arteaga (27), en el año 2019, señalan que
promover las prácticas de rituales religiosos y espirituales
como, por ejemplo, las oraciones, los cantos y las alabanzas
dentro de la atención intrahospitalaria, permite que los padres
no se sientan tan solos, olvidados o desprotegidos frente a su
situación. Si bien lo anterior responde al propósito de
propender una muerte digna, acompañar a los padres dentro
de su dimensión religiosa y/o espiritual también permite
atender sus sentimientos y respuestas emocionales. El
personal de enfermería se convierte en el profesional más
cercano al proceso que viven los padres al generar un vínculo
de confianza que puede facilitar el afrontamiento efectivo del
duelo (28).
En la investigación, aunque esta se centró en la comprensión
de las consecuencias en la salud mental de los padres,
también sobresale una constelación de respuestas fisiológicas
como el incremento de la presión arterial, la frecuencia
respiratoria, diaforesis, la irritabilidad y la presencia de
pesadillas. Esta sintomatología está relacionada con haber
experimentado un trauma emocional y/o físico que se prolonga
por varias semanas e interfiere con el día a día (7). Un estudio
realizado por Toro, Mesa y Quintero (29) señala que, además
de las respuestas emocionales, las mujeres con pérdida fetal
desarrollan ciertas respuestas orgánicas como, por ejemplo,
opresión torácica, debilidad muscular y fatiga; motivo por el
cual la intervención del duelo debe ser interdisciplinar, integral,
sensible y culturalmente coherente, características difíciles de
conseguir cuando al profesional sanitario, en su proceso de
formación, no se le ofrecen espacios de interacción cultural y
con el avanzar del tiempo, se reduce su formación colectiva
con otras disciplinas y solo se focaliza en las competencias de
su rol.
Este estudio permite evidenciar la utilidad de la investigación
secundaria a la hora de querer unificar, comprender y analizar
a profundidad las respuestas humanas a los procesos de
salud, enfermedad y curso de vida; en especial, los que
trascienden a la salud mental. Los hallazgos permiten sugerir
que las respuestas emocionales de los padres ante una muerte
fetal o neonatal pueden ir acompañadas de respuestas físicas
que complejizan el proceso de recuperación. Por esto, es de
vital importancia el desarrollo de estudios dirigidos a
potencializar el afrontamiento efectivo del duelo en las
unidades materno-perinatales. Por último, una limitación del
estudio fue el reducido número de investigaciones en la
temática, aproximadamente del 2,0% (N=693, n=14), esto
representa una oportunidad para seguir investigando y
vinculando a la práctica clínica los signos de alarma de un
duelo patológico.
CONCLUSIONES
La pérdida fetal y/o neonatal constituye una situación humana
de gran impacto para la salud mental de los padres que lo
experimentan. Frente a ello, los padres requieren de una
atención interdisciplinaria en salud que permita aminorar todas
aquellas consecuencias emocionales que, a futuro, se pueden
desencadenar de manera crónica. La revisión sistemática
permitió evidenciar que, entre las principales consecuencias
negativas en la salud mental de los padres, se encuentran la
ansiedad, la depresión y el estrés, así como también el
resentimiento y la culpa. Estas emociones ponen en
desequilibrio no solo las emociones de los individuos sino
también a las respuestas fisiológicas como el aumento de la
presión arterial y la diaforesis. Todas en conjunto impactan la
integridad de la persona, su bienestar y calidad de vida.
Frente a las consecuencias positivas revisadas en la literatura
científica, la aceptación comprensible y la tranquilidad,
respuestas que tienen relación directa con las creencias
religiosas, culturales y espirituales de las personas afectadas,
hacen parte de los principales elementos controladores de las
respuestas humanas frente a los agentes estresores de una
pérdida fetal y/o neonatal. No obstante, dichas consecuencias
se presentan con mayor frecuencia en personas que cuentan
con una red de apoyo por parte de su pareja y familia, desde
el inicio del embarazo hasta el momento de la pérdida.
Cabe resaltar que, por medio de un Plan de Cuidados de
Enfermería, el profesional puede priorizar la atención al duelo
y motivar a los padres a que expresen libremente todos
aquellos sentimientos de ansiedad, ira o tristeza; para, a partir
de una escucha empática, proporcionar un apoyo sensible y
humanizado frente a la pérdida. En este sentido, el profesional
de enfermería requiere de conocimientos, habilidades y
destrezas previas; específicamente, en trato humanizado del
duelo para responder a los retos que requiere el cuidado
integral de la salud mental de los padres afectados, al facilitar
espacios de diálogo, talleres sobre el cuidado de la salud
mental frente al duelo y al fortalecer las redes de apoyo entre
las familias.
La presente revisión permite aportar un análisis detallado, en
el campo de la enfermería, sobre las principales
consecuencias negativas y positivas en la salud mental de los
padres que experimentan una pérdida fetal y/o neonatal, según
la evidencia científica. Es así como los estudios permiten
demostrar que atender el cuidado de la salud mental, con
conocimientos científicos, éticos y humanísticos, posibilita la
escucha empática, la comprensión y el respeto al dolor que
genera una pérdida de tan gran magnitud para los padres y las
familias. Bajo esta mirada, el cuidado de la salud mental debe
ser considerado un elemento de atención primordial para las
personas en riesgo de presentar este tipo de pérdidas; para
ello, la academia y la investigación deben crear una sinergia
que permita continuar con aportes al estudio de dicha
problemática humana, de tal manera que permita comprender
este panorama y con ello, emprender acciones en la formación
de los futuros profesionales de la enfermería.
Finalmente, se recomienda fortalecer los programas de
educación superior en enfermería, así como también de los
otros profesionales que trabajan en salas de parto, con el fin
de mejorar la práctica clínica, a partir de la adquisición de
habilidades de comunicación y afrontamiento que favorezcan
una atención oportuna y de calidad a los padres que se
enfrentan a un diagnóstico de pérdida fetal y/o neonatal.
Dichos programas pueden adoptar una metodología simulada
o de escucha de testimonios que permitan, a través de las
narrativas de experiencias de profesionales y pacientes,
enriquecer el trato humanizado y el conocimiento que el
profesional de enfermería debe tener frente a este tipo de
eventos.
CONFLICTO DE INTERÉS: Los autores manifiestan no tener
conflictos de interés.