Ayala M/ Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 2 2023 (Abril – Junio)
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INTRODUCCIÓN
Se identifica a la violencia como el uso intencional de la
fuerza física o una amenaza que puede ser contra uno
mismo, una persona, grupo o comunidad y que tiene como
resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones o
muerte (1). La violencia como un problema social se puede
suscitar en diferentes escenarios, uno de ellos es el noviazgo.
En este sentido, la violencia en el noviazgo se define como
un fenómeno complejo, compuesto por factores micro y
macrosociales; ya que comprende un conjunto de actitudes,
conductas y estilos de relación donde existe amenaza o
provocación intencionada de daño físico, emocional, verbal,
psicológico y sexual, así como el control de un miembro de la
pareja por medios coercitivos (2).
Se considera que la violencia en el noviazgo es un problema
social por las serias implicaciones que genera sobre la salud
física y psicológica de quienes la padecen; además, resulta
ser una situación compleja de abordar, ya que afecta a los
diferentes estratos sociales (3). De ahí la importancia de
abordar esta temática como parte de las prioridades de
investigación.
Algunas de las características para identificar que una
persona sufre de violencia en el noviazgo son: que su pareja
se distancie del grupo familiar y/o amigos; hace que tenga
sentimientos de culpa, que no promueven un apego seguro;
comete abuso físico, emocional, verbal y/o sexual; realiza un
control excesivo dando lugar a amenazas; tiene actitudes
inmaduras o infantiles; considera que el cariño justifica el
maltrato; tiene tendencia a desarrollar una baja autoestima y
poca confianza en sí mismo/a (4).
Según, Muñoz et al., la violencia en el noviazgo presenta
varias causas como: La falta de comunicación; creencias
inadecuadas sobre el comportamiento del otro, celos,
inseguridades o miedos, tendencia a aceptarlo todo y críticas
que surgen en la relación de pareja (5).
El estrés representa sentirse preocupado o amenazado por la
vida. Así pues, se lo consideraría como una reacción del
cuerpo a un desafío o demanda (6) Además, se lo define
como un trastorno psicológico en el cual la persona se siente
presionada por las diferentes situaciones del entorno, son
muchos los desencadenantes que dan lugar a generar estrés
en una persona entre ellos se encuentran factores
relacionados a la violencia en el noviazgo, en el trabajo, mala
nutrición, emociones, privación del sueño y sobrecarga de
medios de comunicación (7). Por otra parte, se conceptualiza
al estrés como la reacción fisiológica del organismo en el que
entran en juego diversos mecanismos de defensa para
afrontar una situación que se señala como demanda
incrementada o amenaza (8).
El estrés puede generar diversos y diferentes síntomas, tanto
psicológicos como físicos. Psicológicos: Entre los síntomas
habituales se encuentran; dolor de cabeza de forma intensa y
seguida, la mala memoria, baja autoestima, cambios de
conducta e irritabilidad, ansiedad, depresión. En casos en los
que el estrés se prolonga mucho en el tiempo produce
insomnio. Físicos: Estos incluyen problemas cardiovasculares
y sexuales, diarrea o estreñimiento, dolores musculares,
dolores estomacales, envejecimiento y cansancio prolongado,
resfriados frecuentes, náuseas y mareos (9).
Por otro lado, entre las causas comunes del estrés a largo
plazo puede producir problemas en el trabajo o en el hogar,
problemas económicos, propensión a desarrollar una
enfermedad a largo plazo, el cuidar de una persona enferma
y lidiar con la muerte de un ser querido. En cuanto al estrés a
corto plazo, se manifiesta en; discusiones, confusión y
desconcierto, exceso de trabajo en un periodo corto, presión
académica o del trabajo y falta de ocio (10).
Datos estadísticos a nivel mundial, aproximadamente
470.000 personas son víctimas de homicidio cada año, es
decir 1 de cada 3 mujeres sufre violencia física y/o sexual, en
su mayoría por parte de una pareja íntima; de hecho,
alrededor del 38% de los femicidios son cometidos por sus
parejas (11). Según Calderón en el año 2019, la prevalencia
de violencia en el noviazgo es un hecho preocupante; siendo
la violencia verbal, emocional y psicológica, las que
predominan frente a otros tipos (12). Por otro lado, la
Organización Panamericana de la Salud, menciona que cerca
de 500 personas mueren a diario como resultado de la
violencia interpersonal en las Américas. Esto demuestra que
el patrón original se repetirá y se ejercerá la violencia sexual
en la convivencia o el matrimonio (13).
En este contexto, en Ecuador el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos estima que 43 de cada 100 mujeres,
sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja (14).
Según, Lucero en el año 2020, Ecuador no muestra mejoras
en el tema de violencia de género; de hecho, desde el 2011
al 2019 esta problemática se incrementó en un 5%, siendo la
violencia sexual la que presentó cifras significativas. Este
dato tiene una repercusión directa en los femicidios, los
cuales tuvieron un incremento constante hasta el 2017, con
tope de 203 en este año. La violencia se evidencia en todos
los ámbitos, pero principalmente en la pareja, pues en este
grupo representa el 42,8% (15).
Por otro lado, a nivel de la provincia de Loja, según datos del
censo realizado en el año 2019, permitió determinar la
prevalencia de violencia contra las mujeres identificándose un
43,6% de abuso por parte de pareja, en edades
comprendidas de 15 a 49 años (14). Frente a lo expuesto, es
evidente que esta problemática continúa afectando a la
población y se ha puesto de manifiesto en el rol de pareja; es
por ello, que se han realizado diversos estudios en varios
contextos vinculados con esta línea investigativa.
Un estudio realizado a nivel mundial en jóvenes universitarios
Andaluces sobre violencia en el noviazgo y su relación con la
ansiedad, la depresión y el estrés; se demostró que un
62,42% fueron víctimas de violencia psicológica en el
noviazgo, incluidas las conductas relacionadas con el
ciberacoso, un 45,65% identificó violencia relacionada con el
control y vigilancia; Asimismo un 42,90% destacó violencia
psicoemocional, por otro lado un 3,57% sufrió violencia
sexual, finalmente el 1,92% manifestó haber sufrido violencia
física. Además, es importante destacar que en todos los tipos
de violencia en el noviazgo se evidenciaron correlaciones
significativas y positivas con la depresión, la ansiedad y el
estrés (2).
De igual forma, en el contexto latinoamericano, se realizó en
Chile un estudio en el año 2018; en el cual el 34,2% han
reportado haber vivido violencia en el noviazgo de tipo verbal
o física en algún momento de sus vidas (16). Por su parte, en
México en una muestra de jóvenes entre 15 a 24 años se
evidenció que el 15% había experimentado al menos un
episodio de violencia física, mientras que la violencia
psicológica había sido vivida por una población menor (17).
En tal sentido, se considera que la violencia en las relaciones