Toaquiza T/ Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 2 2023 (Abril Junio)
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ADIPOSIDAD CENTRAL EN ESCOLARES Y ADOLESCENTES EN EL PERÍODO DE LA PANDEMIA POR LA COVID-19
CENTRAL ADIPOSITY IN SCHOOLCHILDREN AND TEENAGERS IN THE PANDEMIC PERIOD BY COVID-19
Tannia Lucia Toaquiza Licta1 https://orcid.org/0000-0003-0241-5050, Carolina Arráiz de Fernández2,3 https://orcid.org/0000-0002-
3302-4274
1Estudiante de la Carrera de Enfermería, Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Técnica de Ambato. Ambato, Ecuador
2Docente de la Carrera de Enfermería, Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Técnica de Ambato. Ambato, Ecuador
3Proyecto de investigación: “Caracterización del inmunometabolismo como un parámetro predictivo de las complicaciones de la malnutrición infantil.
Dirección de Investigación y Desarrollo. Universidad Técnica de Ambato. Ambato, Ecuador
2477-9172 / 2550-6692 Derechos Reservados © 2023 Universidad Técnica de Ambato, Carrera de Enfermería. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los
términos de la Licencia Creative Commons, que permite uso ilimitado, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original es debidamente citada.
Recibido: 10 de enero 2023
Aceptado: 01 de marzo 2023
RESUMEN
Introducción: La pandemia ocasionada por la COVID-19,
genero retos en la población a nivel mundial, para evitar su
propagación se tomaron medidas como el aislamiento y
confinamiento, lo cual ha generado mayor sedentarismo, mayor
número de horas realizando trabajos online, mayor acceso a la
cocina de la casa, lo que podría conllevar en los niños y
adolescentes a presentar obesidad. Objetivo: Determinar
adiposidad central en escolares y adolescentes en el período de
la pandemia por COVID-19. Métodos: Investigación de campo,
descriptivo de corte transversal, la muestra lo conformó 71
estudiantes de 7-15 años, el parámetro antropométrico utilizado
para determinar adiposidad central fue índice cintura/cadera
más la aplicación de dos cuestionarios con validez y
confiabilidad. Resultados: De una población de 125 estudiantes
el 57%(n=71) tenían criterio de adiposidad central, dentro de los
factores de riego se encontró que más del 50% de estudiantes
ocupan 5-6 horas para actividades de ocio relación inversa con
la actividad física, alimentación a base de comida rápida a diario
29,58% a 35,21%. Conclusiones: Se evidenció que durante el
período de la pandemia de la COVID-19 más de la mitad de la
población estudiada presentó criterio de adiposidad central,
dentro de los factores predisponentes se encontró alimentación
con alto contenido calórico, escasa actividad física, estrato
medio típico económico y grado de escolaridad primaria
completa de padres de familia.
Palabras clave: adiposidad, índice de masa corporal,
circunferencia de la cintura, sedentarismo
ABSTRACT
Introduction: The pandemic caused by COVID-19, generated
challenges in the population worldwide, to prevent its spread,
measures such as isolation and confinement were taken, which
has generated a greater sedentary lifestyle, a greater number of
hours doing online work, greater access to the kitchen of the
house, which could lead to obesity in children and adolescents.
Objective: To determine central adiposity in schoolchildren and
adolescents in the period of the COVID-19 pandemic. Methods:
Field research, descriptive cross-sectional, the sample was
made up of 71 students aged 7-15 years, the anthropometric
parameter used to determine central adiposity was the waist/hip
ratio plus the application of two questionnaires with validity and
reliability. Results: Of a population of 125 students, 57% (n=71)
had central adiposity criteria, within the risk factors it was found
that more than 50% of students spend 5-6 hours for leisure
activities, inversely related to the physical activity, eating fast
food daily 29.58% to 35.21%. Conclusions: It was evidenced
that during the period of the COVID-19 pandemic, more than half
of the population studied presented central adiposity criteria,
among the predisposing factors were a diet with a high caloric
content, little physical activity, typical middle stratum income and
completed primary school level of parents.
Keywords: adiposity, body mass index, waist circumference,
sedentary lifestyle
Autor de correspondencia: Dra. Esp. Carolina Arráiz de Fernández. Correo electrónico: ca.arraiz@uta.edu.ec
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INTRODUCCIÓN
La emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19 ha
generado un reto inmenso para todas las personas en el mundo,
a principios de diciembre de 2019, se presentaron los primeros
casos de neumonía de origen desconocido en la ciudad de
Wuhan República Popular de China, dicho agente causal fue
identificado como nuevo ARN con envoltura, betacoronavirus 2
(SARS-CoV-2), virus causante de la enfermedad COVID-19 (1).
La enfermedad COVID-19 se propagó por todos los continentes
del mundo, por esta razón, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) declael 11 de marzo del 2020 a la COVID-19 como una
pandemia, generando un aviso a todas las autoridades de los
diferentes pses a tomar medidas necesarias para evitar el
incremento del número de casos, además sugirió incrementar
recursos de control ante la mayor emergencia de salud pública
(2). Con relación a lo anterior, una medida que se implementó
para evitar la propagación de la COVID-19 fue el confinamiento
en casa, lo cual provoco que muchas personas durante la
emergencia sanitaria no realizarán ningún tipo de actividad física
incrementando conductas sedentarias, aumentando de manera
significativa el número de personas con riesgo de padecer
enfermedades metabólicas y sistémicas (3).
Una de las enfermedades metabólicas más frecuentes es la
obesidad “descrita como una epidemia mundial” (4), se define a
la vez como la acumulación excesiva de tejido adiposo
depositado la mayor parte en la fascia superficial y perivisceral,
suele ir acompañada de aumento del tejido muscular y sistema
esquelético (5). Se clasifica de acuerdo con la distribución de
grasa y tiene un fuerte impacto por su asociación con factores
predisponentes para desarrollar otras enfermedades (5), entre
ellas se encuentra la adiposidad central o también denominada
obesidad abdominal, la cual se produce por el aumento de flujo
de ácidos grasos libres al hígado, lo que provoca la liberación de
lipoproteínas de baja densidad (VLDL) a la sangre, el aumento
de las VLDL asociada con la reducción de la actividad de la
lipasa de lipoproteína producen hipertrigliceridemia, esto
provoca la mayor degradación de las lipoproteínas de alta
densidad (HDL) generando que las lipoproteínas de baja
densidad (LDL) tengan un aspecto más denso, el aumento de
LDL en la sangre provoca hipercolesterolemia, los tres aspectos
mencionados constituyen la “tríada de dislipidemia aterogénica,
característica del síndrome metabólico y la resistencia a la
insulina” (6,7).
La obesidad y la adiposidad abdominal están estrechamente
relacionadas con múltiples enfermedades como la diabetes
mellitus tipo 2 (DMT2), enfermedades cardiovasculares,
hipercolesterolemia, hipertensión arterial, asma y cáncer (8).
Según los reportes de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), en 2016 había alrededor de 340 millones de niños y
adolescentes entre edades comprendidas de 5 a 19 años con
sobrepeso u obesidad, “la prevalencia del sobrepeso y la
obesidad de niños y adolescentes ha aumentado de forma
espectacular, del 4% en 1975 a más del 18% en 2016. Este
aumento ha sido similar en ambos sexos: un 18% de niñas y un
19% de niños con sobrepeso en 2016” (9).
Así mismo, el Panorama de la Seguridad Alimentaria y
Nutricional de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura, asegura que “la obesidad se ha
convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina y
el Caribe, casi uno de cada cuatro adultos es obeso y el
sobrepeso afecta al 7,3% (3,9 millones) de los niños menores de
5 años, una cifra que supera el promedio mundial de 5,6%” (10).
De acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (INEC) en 2018 en Ecuador el 35,4% de
niños en edad comprendida entre 5 y 11 años padecen de
sobrepeso y obesidad y por área de residencia el porcentaje a
nivel urbano fue de 36,9% y a nivel rural fue de 3,6% (11).
En China se realizó un estudio con 15.364 participantes de 15
años o más, en el que se obtuvo la prevalencia de obesidad
abdominal en 10,2%, con porcentaje de 8,6% en varones y
11,3% en mujeres respectivamente (8). De igual manera, un
estudio realizado en España donde participaron 8.140 escolares
y adolescentes de 6 a 15 años, se estimó que el 35,9% de
estudiantes presentaban adiposidad central y el 4,1% de los
escolares pese a tener un peso normal presentaban criterio de
obesidad abdominal (12).
En la infancia y adolescencia los factores de riesgo que
predisponentes a presentar obesidad u obesidad central son los
malos hábitos alimenticios, práctica escasa de actividad física y
aumento del sedentarismo (5). Es frecuente que en esta etapa
los escolares y adolescentes prefieran consumir alimentos de
precio accesible elaborados con alto contenido calórico y
reducido valor nutricional, entre ellos el consumo de bebidas
azucaradas y alimentos procesados que han reemplazo los
hábitos nutricionales saludables (13). Según Gil (5) “la práctica
insuficiente de actividad física ocasiona menor gasto energético
y mayor retención de calorías en el día, lo que provoca un
desequilibrio en proporción con la ingesta”, considera necesario
la limitación del tiempo dedicado a observar la televisión,
videojuegos, el uso de celulares y otros aparatos electrónicos.
Por todo lo expuesto anteriormente, el presente estudió tiene
como objetivo determinar la adiposidad central en escolares y
adolescentes en el período de la pandemia por la COVID-19.
METODOS
Se realizó una investigación de campo, descriptivo de corte
transversal. La población analizada fue de 125 escolares y
adolescentes (57 de sexo masculino y 68 de sexo femenino) con
edades comprendidas entre 7 y 15 años, todos pertenecientes a
una institución educativa privada en Ambato (Ecuador), en un
lapso comprendido de seis meses
Los criterios de inclusión fueron escolar o adolescentes inscritos
en la institución educativa privada, autorización voluntaria y
escrita por los estudiantes y padres de familia (firma
consentimiento y asentimiento informado), tener la edad
comprendida entre 7-15 años y presentar criterio de adiposidad
central, entre los criterios de exclusión adolescentes
embarazadas y todos aquellos que no cumplan los criterios de
inclusión. La muestra se seleccionó aplicando muestreo censal,
de aquellos individuos que cumplieran con los criterios de
inclusión, resultado 71 estudiantes (26 de sexo masculino y 45
de sexo femenino).
Se realizó la medición de los dos parámetros antropométricos:
circunferencia de cintura (CCi) y circunferencia de cadera (CC),
mediante las pautas establecidas por la Organización mundial
de la salud (OMS). Para tomar dichas medidas se empleó una
cinta métrica inextensible y un bolígrafo, la circunferencia de
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cintura se midió con los participantes sin ropa, en posición
bípeda con los pies juntos, los brazos a cada lado de su cuerpo
con la palma de la mano hacia el interior, se pidió que espire
despacio y se localizó la parte media entre en reborde costal y
la cresta ilíaca, marcando con el bolígrafo, colocando la cinta
métrica sobre el punto indicado y haciendo contacto con la piel,
se dio lectura de la medición con una precisión de 0,1 cm en la
cinta (14,15). De igual manera, para medir la circunferencia de
cadera se colocó al participante en bipedestación, con escasa
ropa, los pies juntos, los brazos a cada lado de su cuerpo, y se
localizó el punto más ancho de sus glúteos que por lo general se
encuentra a nivel de la sínfisis del pubis (16).
Se determinó el número de escolares y adolescentes con
obesidad central aplicando la fórmula Índice Cintura Cadera
(ICC) = CCi/CC (17). Mederico et al. publicaron en 2013 valores
de referencia para determinar obesidad central según índice
cintura/cadera (ICC) de acuerdo con la edad y sexo en escolares
y adolescentes, por lo cual se tomó los datos obtenidos en el
percentil 90 para el presente estudio. Dichos datos se
encuentran detallados en la siguiente tabla diagnóstica (Tabla 1)
(18).
Para conocer los factores predisponentes de obesidad central se
aplicó encuestas que fueron elaboradas en Microsoft Forms y
enviadas a los respectivos correos electrónicos, la encuesta
sobre estratificación socioeconómica fue dirigida a los padres de
familia y la encuesta sobre estilos de vida para los escolares y
adolescentes. En el caso de escolares menores de 10 años se
pidió a los representantes legales le proporcionen ayuda a la
hora de contestar la encuesta con la finalidad de obtener datos
verídicos y confiables.
Con relación a lo anterior, se utilizaron dos instrumentos con
validez y confiabilidad: el primero fue el cuestionario Health
Behaviour in School-aged Children (HBSC) que permitió
conocer los estilos de vida de los escolares y adolescentes, las
preguntas que se tomaron del cuestionario fueron:- La
frecuencia semanal de consumo de frutas, patatas fritas y
aperitivos salados, verduras o vegetales, dulces, refrescos que
contienen azúcar, carne, pescado, leche y cereales el que
consta con siete opciones de respuesta: nunca, menos de una
vez a la semana, una vez a la semana, 2-4 días a la semana, 5-
6 días a la semana, una vez al día todos los días y todos los días
más de una vez. -Frecuencia con la que desayuna y cena con el
padre o la madre con seis opciones de respuesta: nunca, menos
de una vez a la semana, 1-2 días a la semana, 3-4 días a la
semana, 5-6 días a la semana y todos los días. -Frecuencia de
actividad física en los últimos 7 días. -Frecuencia que suele
dedicar a ver la televisión, videos, jugar a juegos en el
ordenador, videoconsola, tablet, smartphone u otro aparato
electrónico cinco opciones: nada, 1-2 horas, 3-4 horas, 5-6 horas
y más de 7 horas.
-Realización de dieta, cuatro opciones de respuesta: no,
considero que mi peso es correcto; no, pero debería perder algo
de peso; no, porque necesito ganar peso, sí (19).
El segundo cuestionario fue sobre la “Estratificación
Socioeconómica presentada por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INEC), el cual consta de seis dimensiones
que son: 1) Las características del hogar, 2) Nivel de educación,
3) Actividad económica del hogar, 4) Posesión de bienes, 5)
Acceso a tecnología y 6) Hábitos de consumo. Se consideró que
la familia pertenecía a un grupo socioeconómico alto (A) si
obtiene un puntaje de 845.1 a 1000 puntos; medio alto (B) de
696.1 a 845 puntos; medio típico (C+) de 535.1 a 696 puntos;
medio bajo (C-) de 316.1 a 535 puntos y finalmente bajo (D) de
0 a 316 puntos (20,21).
Para el procesamiento y análisis de la información se utilizó el
programa SPSS (Statistical Package for Social Science) versión
29.0, representados a través de medida de tendencia central
como frecuencia absoluta, frecuencia relativa, de cada variable,
para su presentación se utilizó tablas y gráficos estadísticos
La investigación se rigió bajo los principios de la Declaración de
Helsinki, se explicó de forma clara y concisa el objetivo de la
investigación a la señora rectora de la institución, los estudiantes
y los padres de familia, a través de una socialización con
contenido informativo y educativo sobre alimentación saludable
y la importancia del estudio. Se digitalizó el consentimiento y
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asentimiento informado, el cual fue enviado y aceptado tanto por
el representante legal como por el participante.
RESULTADOS
De una población total de 125 estudiantes el 57% (n=71)
presento criterio de adiposidad central, correspondiendo a la
muestra censal. Del cual presentó un predominio el sexo
femenino con 36% (n=45) (Tabla 2).
Un aspecto de estudio fue el estrato socioeconómico, se
determinó que 40,85% presentaban nivel socioeconómico medio
típico; 32,39% nivel socioeconómico medio bajo; 25,32% nivel
socioeconómico medio alto y con 1,41% tenían nivel
socioeconómico alto (Tabla 3).
En la tabla 4 se puede observar el nivel educativo del jefe del
hogar siendo la variable más frecuente básica completa 31%,
seguida de bachillerato completo 25%, bachillerato incompleto
11% y hasta 3 años de educación superior 10%
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El promedio de edad en el sexo masculino fue de 11,78 años
(DE=2,86 años), el sexo femenino tuvo un promedio de 12,56
años (DE=2,71 años), con un promedio total de 12,26 años
(DE=2,77 años).
En cuanto a los parámetros antropométricos según edad y sexo
el promedio fue el siguiente, CCi en el sexo masculino fue de 58
a 87,7cm, la CC de 60,9 a 93,9 cm, y el ICC fue de 0,91 a 0,97
cm; en el sexo femenino la CCi tuvo un promedio de 46 a 80cm,
CC fue de 50,5 a 90,9 cm, el ICC presentó un promedio desde
0,87 a 0,96 cm; además se observa mayor número de escolares
con adiposidad central en la edad comprendida entre 7-9 años y
15 años en ambos sexos (Tabla 5).
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Las frecuencias mayores de los consumos de alimentos, se
observa que los alimentos saludables, que deben ser
consumidos a diario indican frecuencias bajas y son consumidos
semanales. Consumen 2 a 4 veces a la semana frutas 49,29%,
leche 45,05% y verduras 54,92% respectivamente; cereales
diariamente 42,25%, mientras en comida rápida aumenta la
frecuencia de su consumo consumiéndoles diarios, como papas
fritas 32,39%, dulces 29,57% y gaseosas 35,21% estas
tendencias de la muestra también se reflejan tanto en el sexo
masculino como femenino (Tabla 6).
Según las gráficas tanto en el grupo femenino como masculino
más del 50% de estudiantes invierten 5 horas en actividades de
ocio, en relación con actividades físicas en donde entre el 30 y
50% invierte menos de su tiempo a realizarlas, la relación entre
las horas de ocio y las actividades físicas es de manera inversa,
mientras más población invierte su tiempo en actividades de ocio
menos invierten su tiempo en actividades físicas (Gráfico 1, 2).
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DISCUSIÓN
La edad comprendida de 7 a 15 años pertenece al grupo
pediátrico en estudio, la mitad 57% de la población estudiada
presentó adiposidad central, estos datos varían con el estudio
realizado por Estrella et al. en la ciudad de Quito-Ecuador, en la
que participaron 931 adolescentes de 11 a 18 años, estimaron
que un 17,4% de los estudiantes presentaban obesidad
abdominal con mayor porcentaje en el sexo femenino que
masculino 27,1% y 6,6% respectivamente (22).
En el año 2018 rez-Ríos et al. (12) de una muestra total de
7.438 estudiantes de 6 a 15 años, señalaron que el 25,8% de los
escolares gallegos presentaban criterio de adiposidad central,
en este estudio se pudo observar que el sexo masculino fue
mayor en relación con el femenino 26,4% y 25,3%
respectivamente. Otras investigaciones expresan porcentajes
menores al presente estudio, como en el caso de Ponce et al.
(23) en Argentina que reporta 21,4%, y Morales y Montilva (24)
en Venezuela con 38,7% con predominio femenino en ambos
estudios. Comparando los valores obtenidos en el estudio actual
se observó que la adiposidad central en épocas de pandemia fue
mayor en comparación con los porcentajes obtenidos en los
años anteriores, además presentó una similitud con estudios
realizados en Ecuador, Venezuela y Argentina, el sexo con
mayor número de casos fue el femenino a diferencia de Galicia
donde el sexo que predominó fue el masculino.
En varios estudios realizados consideran al índice cintura cadera
(ICC) como el parámetro antropométrico predictor de la
distribución de grasa abdominal, al englobar la parte superior
mediante la medición de la CCi e inferior del cuerpo con la CC;
se utilizó como herramienta de valoración en varios grupos
etarios, con una correlación directa en la aparición de
enfermedades cardiovasculares, metabólicas relacionadas con
la obesidad, diabetes mellitus tipo 2 y dislipidemias (16,2527).
El promedio de la CCi, CC e ICC en el presente estudio fue
mayor en el sexo masculino con relación al femenino, Mederico
et al. (18) investigaron los valores de referencia de la
circunferencia de la cintura e índice de la cintura/cadera en
escolares y adolescentes de 9-18 años, en Mérida-Venezuela,
donde se encontraron valores mayores en CCi (84,2- 81,41cm);
y menores en el ICC(0,89-0,84cm). En otro estudio como el de
Rodríguez et al. (28) determinó los valores del índice
cintura/cadera en Bogotá a partir de una muestra conformada
por 5.921 estudiantes de entre 9 y 17,9 años, CCi mayor en el
sexo masculino (66,6-65,6cm); en la CC el dato mayor lo
presento el sexo femenino (72,9-83,1cm), en cuanto al ICC (0,90
a 0,87cm) el sexo masculino fue mayor en todos los estudios
mencionados.
Asimismo, para Ramírez en Honduras (29) los resultados
obtenidos determinaron la estrecha relación entre la
alimentación no saludable, la escasa actividad física y estrato
socioeconómico, como factores culturales y ambientales que
predisponen a escolares a presentar obesidad central, además
se conoce que en la edad pediátrica una alimentación con alto
valor nutricional permite mantener un equilibro a nivel físico
como mental es decir tener una salud en óptimas condiciones
(30). Sin embargo, la mayoría de los escolares y adolescentes
prefieren sustituir sus alimentos por comidas pidas, esto se vio
reflejado en el estudio actual donde un gran número de
estudiantes consumían todos los días de la semana comida
rápida, solo 2-4 veces a la semana consumían frutas, verduras
o vegetales y leche, a pesar que se conoce que por ejemplo la
leche o lácteos según la pirámide nutricional deben ser
consumidas entre 2-3 porciones al día, ya que son alimentos
indispensables (30), y finalmente el consumo de una vez a la
semana de carne y pescado; cuando según la pirámide lo ideal
es el consumo de 1 a 2 raciones diarias porque este grupo se
caracteriza por aportar proteínas, hierro, zinc, y vitaminas
esenciales; ya que el consumo de pescado aporta grasas
saludables denominados omega que ayuda a prevenir
enfermedades cardiovasculares (31). Estos datos se relacionan
a un estudio realizado en Cuba por Pampillo et al. (32) en el año
2017 a partir de una muestra de 200 adolescentes, con edades
comprendidas entre 12 a 17 años, reportando que la comida
chatarra se consume diariamente en 36% de la población
estudiada, y 29,85% comen frutas y vegetales, además destaco
que la mayoría de los adolescentes prefieren preparar comidas
caseras, con alto contenido calórico 61,5%; también determino
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la presencia de 13% de los adolescentes obesos y 25% con
sobrepeso.
En el actual estudio se observó, como una alarmante cantidad
de escolares, consumen comida con escaso aporte nutricional,
en acompañamiento de los padres de familia; ya que la mayor
parte de los estudiantes desayunan y cenan en compañía de
estos todos los días de la semana; destacando así la falta de
conocimiento sobre alimentación saludable tanto del estudiante
como de sus padres.
De igual manera, la falta de actividad física se destacó en los
escolares de ambos sexos la mayoría solo realiza actividad física
2 veces a la semana, sin embargo, el sexo masculino suele
practicarlo con mayor frecuencia. Según Webb (33), la falta de
ejercicio físico se relaciona de manera directa con el aumento
del ICC lo cual provoca un mayor depósito de grasa a nivel del
abdomen, además se puede destacar que ninguno de los
estudiantes cumplen con lo recomendado por la OMS, en donde
menciona la importancia de practicar actividad física de al menos
60 minutos al día para la edad comprendida entre 5 a 17 años
(34). Según Alfaro et al. (35) en el año 2016, los estudiantes de
13 a 18 años realizan actividad física a diario con un porcentaje
de 95,8%, aunque la mayor parte de las adolescentes 5,8%
mencionaron no realizar actividad física, similar al presente
estudio donde el 15,56% del sexo femenino tampoco realiza
actividad física.
Además, en el actual estudio se presentó una relación inversa
con el tiempo usado por los escolares a ver la televisión, videos,
o la utilización de cualquier otro aparato electrónico. Pérez (36),
asegura que el uso excesivo de aparatos electrónicos de
pantalla limita el aprendizaje, la interacción comunicativa e
incluso las actividades básicas diarias (36); en otro estudio
consideran que este hecho puede estar estrechamente
relacionado con la falta de control por parte de los padres de
familia, y propone una concientización mutua es decir, que los
padres también limiten su tiempo frente al uso de dispositivos
electrónicos (37).
Las enfermedades metabólicas como coronarias se
desarrollaban con mayor frecuencia en personas con niveles
socioeconómicos altos; sin embargo, en la actualidad lo padecen
incluso aquellas personas con instrucción educativa y nivel
socioeconómico bajo (38), esto se puedo constatar en el actual
estudio donde los participantes con adiposidad central
presentaban estrato socioeconómico típico, es decir nivel medio
40,85% y solo 1,41% presentaba nivel socioeconómico alto. De
igual manera, se consideró el nivel educativo del jefe del hogar
siendo la variable más recurrente primaria completa, el cual
coincide con otros estudios en donde se considera que mientras
menor es la instrucción educativa mayor es la prevalencia de
obesidad y sobrepeso (39,40).
Cabe destacar que la pandemia ocasionada por la COVID-19,
ha generado cambios en el estilo de vida de toda la población,
el aislamiento o confinamiento en casa ha sido el
desencadenante para que se reporten en el estudio un mayor
número de escolares y adolescentes con adiposidad central, al
permanecer en casa todo el a, los estudiantes tuvieron mayor
factibilidad de consumir los alimentos que deseen, y pasar la
mayor parte del tiempo viendo aparatos electrónicos antes de
practicar algún tipo de actividad física.
CONCLUSIONES
El parámetro ICC permitió detectar que más de la mitad de los
escolares y adolescentes presentaron criterio de adiposidad
central con mayor número de casos en el sexo femenino en
comparación con el masculino, se evidenció además que los
participantes desarrollaron está condición por el consumo a
diario de alimentos con alto contenido calórico y la escasa
alimentación saludable, reflejado tanto en estudiantes como en
padres de familia, el déficit en la práctica de actividad física,
exceso de horas ocupadas en actividades no productivas como
ver la televisión o la utilización de otros aparatos electrónicos de
pantalla, estrato medio típico y finalmente primaria completa
como el grado de escolaridad de los padres de familia, fueron
los factores que prevalecieron durante el confinamiento
ocasionado por la patología denominada COVID-19.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran que no hay ningún conflicto de interés.
FINANCIACIÓN
Autofinanciado
AGRADECIMIENTO
Se agradece al Proyecto de investigación: “Caracterización del
inmunometabolismo como un parámetro predictivo de las
complicaciones de la malnutrición infantil”, perteneciente a la
Dirección de investigación y Desarrollo de la Universidad
Técnica de Ambato, aprobado con Resolución Nro. UTA-
CONIN-2023-0142-R
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