Crua FM/ Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 3 2023 (Julio - Septiembre)
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INTRODUCCIÓN
La enfermedad conocida como COVID-19 es una infección
causada por el virus SARS-CoV-2. Inicialmente, el brote tuvo
lugar en Wuhan, China, a finales de diciembre de 2019,
presentándose como una neumonía de origen desconocido. A
medida que se investigaba y se estudiaba el comportamiento
de la enfermedad, se identificó que se trataba de una nueva
variante de coronavirus. Esta cepa se propagó rápidamente a
nivel global, llegando a todos los continentes, lo que llevó a la
Organización Mundial de la Salud a declarar una pandemia en
el primer trimestre del año 2020.(1,2).
Hasta la actualidad, la COVID-19 ha ocasionado
aproximadamente 674 millones de casos confirmados y 6,86
millones de fallecimientos en todo el mundo. Estados Unidos
encabeza la lista de países con el mayor número de contagios,
con aproximadamente 103.124.645 casos confirmados, a
pesar de los esfuerzos de vacunación (3). Con relación a
Colombia, el país ha contribuido con el 0,94% de los casos
confirmados y el 2,07% de las muertes a nivel mundial (4,5).
Es importante resaltar que, a pesar de las medidas sanitarias
implementadas, durante los picos de la pandemia se
registraron cifras alarmantes de morbimortalidad.
La gravedad de la presentación clínica de COVID-19 puede
variar significativamente de un paciente a otro.
Aproximadamente el 40% de los casos son asintomáticos, lo
que contribuyó a la rápida propagación de la enfermedad al
inicio de la pandemia (6). En un estudio realizado por Zunyou
et al. (7), se analizaron 72,314 registros, de los cuales 44,672
fueron confirmados como casos positivos de COVID-19. Se
encontró que el 81% de los pacientes experimentaron
síntomas leves, como rinorrea, odinofagia, conjuntivitis,
adinamia, cefalea, anosmia y mialgias. Además, el 5% de esta
población presentó un cuadro crítico de la enfermedad. Por
otro lado, Gil et al. (6) evidenciaron que la manifestación más
grave del COVID-19 es la neumonía, que se caracteriza por
fiebre, tos, disnea y opacidades pulmonares bilaterales en
radiografías de tórax. Cuando los pacientes con COVID-19
experimentan un deterioro en su condición, es necesario
hospitalizarlos para una vigilancia continua, proporcionar
soporte respiratorio y, en algunos casos, implementar
maniobras adicionales para mejorar su función pulmonar y
aumentar su supervivencia (8).
Una de las intervenciones que ha adquirido importancia en el
contexto de la pandemia por COVID-19 es la pronación. Esta
técnica es reconocida en terapia intensiva debido a sus
beneficios en pacientes con ventilación mecánica y en formas
graves del Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA),
ya que mejora la oxigenación y reduce la mortalidad (9,10).
Estudios anteriores han demostrado que el uso de esta
maniobra se asocia con beneficios como la mejora en la
relación ventilación/perfusión (V/Q), la reducción del shunt, el
aumento de la presión parcial de oxígeno en sangre arterial
(PaO2) y la saturación de oxígeno (11). En relación a esto, en
una investigación prospectiva realizada por Hernández et al.
(12), en 103 pacientes con SDRA secundario a COVID-19, se
encontró que la pronación condujo a una disminución en la
fracción inspirada de oxígeno (FiO2) del 100% en posición
supina al 69% en pronación. Además, se observó un aumento
en la PaO2 de 51 a 89 mmHg y un incremento del índice Kirby
(PaO2/FiO2) de 74 a 122 mmHg.
Aunque se dispone de una amplia evidencia que sugiere el uso
de la posición prono en pacientes con SDRA sometidos a
ventilación mecánica (asociado o no a COVID-19), los estudios
que evalúan su efectividad en pacientes con COVID-19
conscientes y con respiración espontánea son aún limitados, a
pesar de que durante el periodo de pandemia se convirtió en
una práctica habitual en salas de urgencias y hospitalización,
debido a la poca disponibilidad de ventiladores mecánicos y la
pretensión de dejar la ventilación invasiva como última opción
de tratamiento (13). A raíz de los anterior, se plantea la
presente revisión documental con el objetivo de describir los
efectos de la auto-pronación consciente en pacientes con
COVID-19, basándose en la evidencia científica existente.
MÉTODOS
Diseño y criterios de selección.
Se desarrolló una revisión documental, considerando los
aspectos planteados en el manual del Instituto Joana Briggs
(14), Arksey y col. (15) y los criterios descritos en la guía
Prisma para Scoping reviews (16). Se incluyeron ensayos
clínicos publicados en cualquier idioma entre el año 2020 y
2023, en los que se evaluara los efectos de la pronación
consciente en pacientes con COVID-19 sin ventilación
mecánica invasiva. Se excluyeron los estudios en los que no
se describían los desenlaces de los sujetos tratados con esta
estrategia terapéutica y aquellos que se encontraban como
preprint a espera de la culminación de la revisión de pares.
Búsqueda de la información.
Las búsquedas fueron realizadas por un grupo de 6 personas
entre enero y abril de 2023. Se exploraron las bases de datos
y buscadores PubMed, Science Direct, Scopus, LILACS, Web
of Science y el Registro Central Cochrane de Ensayos Clínicos
Controlados. Los términos MeSH, DeSC y libres usados fueron
“COVID-19” “SARS-Cov-2” “prone position” “conscious prone
position”, combinándolos con los operadores boléanos AND y
OR. Además, se incluyeron artículos encontrados por
búsqueda manual. La estrategia de búsqueda implementada
fue: “COVID-19” OR “SARS-Cov-2” AND “prone position” OR
“conscious prone position”
Selección y extracción de la información.
Inicialmente, se llevó a cabo una selección de los registros de
forma independiente, eliminando los artículos duplicados y
realizando una revisión de los títulos y resúmenes.
Posteriormente, se extrajeron los datos esenciales de cada
estudio y se registraron en una plantilla de Microsoft Excel. La
plantilla incluía información como el título del artículo, los
autores, el año de publicación, el objetivo del estudio, la
metodología utilizada y los resultados obtenidos.
En cuanto a los resultados, se verificó la evaluación de una o
varias variables de interés, tales como PaO2, PaO2/FIO2,
saturación de oxígeno, relación saturación de oxígeno/fracción
inspirada de oxígeno, necesidad de ventilación mecánica
invasiva, estancia hospitalaria y mortalidad. En los casos en
los que surgían dudas sobre la inclusión o exclusión de un
artículo en la revisión, la decisión final se tomó mediante el
consenso del grupo de investigadores.
Apreciación critica de la evidencia.
Con el fin de realizar una apreciación crítica de la literatura
incluida, los ensayos clínicos se sometieron a la escala PEDro
(17) la cual consta de 11 preguntas relacionadas con la validez
interna y la presentación del análisis estadístico, asignando un
punto si se cumplía el ítem y 0 si no.