Rivera A/ Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión Vol. 8 No. 4 2024 (Diciembre - Enero)
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INTRODUCCIÓN
La temperatura corporal es un parámetro vital que ayuda a
evaluar el funcionamiento fisiológico del organismo humano; en
tal sentido, existen dos tipos de temperatura: la central y la
periférica (1). La primera tiene un valor constante que oscila
entre los 36,5ºC a 37,2ºC; mientras que la segunda, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), presenta valores de
36,5ºC a 37ºC (2).
Se conoce que la temperatura puede presentar algunas
alteraciones, por ejemplo, la hipotermia, la cual se considera
cuando existe un enfriamiento del cuerpo por debajo de los 36ºC,
y el riesgo se incrementa cuando la temperatura continúa
descendiendo por largos periodos, pudiendo deteriorar las
funciones de los órganos internos del ser humano (3-5).
Por su parte, la hipotermia se clasifica en dos tipos: la primera
es conocida como la hipotermia leve, que se produce cuando la
temperatura corporal oscila entre 32ºC a 35ºC y viene acompaña
de temblores, vasoconstricción, taquicardia, taquipnea, ataxia e
hipovolemia. Mientras que la hipotermia moderada se da cuando
la temperatura oscila entre 28ºC a 32ºC y provoca
hipoventilación, hipotensión e hiporreflexia (6).
En el período perioperatorio, la hipotermia presenta una
incidencia que va desde el 6 al 90% según el tipo de cirugía. Esta
alteración se la ha asociado con varias complicaciones como
escalofríos, incomodidad térmica, aumento en la duración de
acción en algunos fármacos, aumento en el tiempo de
recuperación posanestésica y de hospitalización; además de
que, en casos graves, se asocia con el aumento de pérdida de
sangre (alteraciones de la coagulación), eventos cardíacos
mórbidos (arritmias), riesgo de infección de herida quirúrgica y
mayor mortalidad (7,8).
Entre los mecanismos que favorecen a la hipotermia
perioperatoria se encuentran aquellos de índole física, mismos
que hacen referencia a la exposición del paciente a una
temperatura ambiental inadecuada y la termorregulación
inefectiva; así también, están los mecanismos fisiológicos,
relacionados con la edad, composición corporal del paciente,
presencia de enfermedades metabólicas base o enfermedades
cardiacas, y la vasoconstricción periférica, siendo que esta
provoca el enfriamiento de la capa exterior del cuerpo; además,
está la administración de líquidos fríos por vía intravenosa o de
irrigación, y por último, la administración de gases anestésicos
que retrasan los mecanismos termorreguladores del cuerpo.
Por tal motivo y según lo expuesto, es posible reconocer que la
hipotermia perioperatoria es una complicación grave y común
que se presenta en los pacientes sometidos a procesos
quirúrgicos (1), y que, de no ser controlada, puede llegar alterar
la homeostasis del individuo. Es así que para prevenir esta
complicación es necesario aplicar ciertas estrategias de
enfermería en los ámbitos preoperatorio, intraoperatorio y
postoperatorio.
La guía de práctica clínica de la Association of Peroperative
Registered Nurses (AORN), de origen estadounidense,
publicada en 2015, recomienda múltiples estrategias para
mantener la temperatura corporal de un paciente quirúrgico (9).
Estas intervenciones se dividen en tres categorías: valoración
continúa de la temperatura del paciente, calentamiento pasivo y
calentamiento activo.
Calentamiento pasivo
El calentamiento pasivo tiene como objetivo frenar la pérdida de
calor incrementando la temperatura central y periférica del
paciente, teniendo en cuenta que no se le aporta calor extra. En
este sentido, los métodos de calentamiento pasivo se centran en
el aumento de la temperatura ambiental y el uso de cobertores
en superficies corporales expuestas.
Es importante indicar que al mantener la temperatura ambiental
entre 18ºC a 24ºC y la humedad relativa del aire entre el 45% y
60%, se pueden minimizar las pérdidas de calor, evitar la
multiplicación de organismo y disminuir las complicaciones de la
hipotermia perioperatoria (10,11).
Así mismo, utilizar sábanas o mantas para cubrir la superficie
corporal del paciente es una de las estrategias más simples y
efectivas en la prevención de cuadros de hipotermia. Varios
estudios han demostrado que esta estrategia aminoró en un 30%
las pérdidas calóricas, aunque este valor puede variar
dependiendo de la región a ser cubierta y de la calidad del
material con el que ha sido fabricada la manta (12); cabe señalar
que este tipo de intervención puede efectuarse en cualquier
periodo perioperatorio, pero no es tan efectivo como el
calentamiento activo.
Calentamiento activo
Este trata de evitar la pérdida de calor corporal y aportar un extra
al paciente. Entre los sistemas más utilizados de esta técnica
están: el uso de mantas eléctricas, mantas por las que circula
agua caliente, calentamiento y humidificación de los gases
anestésicos, calentadores de C02 para cirugía laparoscópica, el
uso de líquidos intravenosos calentados, y el calentamiento de
fluidos de irrigación (13).
En tal virtud, el uso de mantas por las que circula agua caliente
es una de las estrategias más eficientes, dado que el agua se
encuentra a una temperatura entre los 20ºC y 30ºC, trasmitiendo
calor al cuerpo del paciente de manera constante. Estas mantas
deben colocarse por debajo del cuerpo debido al peso que tienen
(14).
Por otro lado, el calentamiento y humidificación de los gases
anestésicos, según evidencia científica, influye en forma mínima
en la temperatura central de un paciente quirúrgico durante el
periodo intraoperatorio, puesto que menos del 10% del calor
metabólico se pierde a través de la respiración (15).
Así mismo, el uso de líquidos intravenosos calentados a una
temperatura de 37ºC a 38ºC, es una estrategia que permite
disminuir el riesgo de presentar un cuadro de hipotermia
intraoperatoria en un paciente quirúrgico. Esto se atribuye a que
la administración de líquidos intravenosos a temperatura
ambiente o una unidad de hemoderivados a 4ºC, disminuye la
temperatura corporal central aproximadamente en 0,25ºC (15,
16).
Ante lo mencionado, el mantenimiento de la temperatura
corporal de un paciente durante un procedimiento quirúrgico
sigue siendo un desafío para los profesionales de enfermería, a
pesar de que existan estudios previos que indican medidas que
ayudan a prevenir esta complicación. Por tal razón, la presente
investigación tiene como objetivo general dar a conocer las
estrategias de aplicación del personal de enfermería para la
prevención de la hipotermia perioperatoria, y de esta manera
establecer un plan de atención basado en las necesidades del
paciente para brindar un cuidado de calidad.