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Anderson H
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Enfermería Investiga, Investigación, Vinc
ulación, Docencia y Gestión Vol.
9
No.
1
202
4
(
Enero
-
Marzo
)
1
LA MICROBIOTA INTESTINAL, NUTRICIÓN Y SALUD
INTESTINAL MICROBIOTA, NUTRITION AND HEALTH
Hazel
Anderson Vásquez
1
,
http://orcid.org/0000
-
0001
-
8780
-
4332
1
Docente Titular de
la
Escuela de Nutrición y Dietética, Coordinadora Académica de la
Especialidad en Nutrición Clínica
, Coordinadora del
Programa de Educación Continua de la División de Estudios para Graduados de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zul
ia.
Autor de correspondencia
: PhD.
Hazel
Anderson Vásquez
.
Correo electrónico
:
hazelanderson2001@gmail.com
.
Recibido: 01 de
noviembre
202
3
Aceptado:
20
de
diciembre
202
3
La
microbiota
intestinal
es el conjunto de microorganismos
(
virus,
arqueas, hongos y protozoos)
(1),
que habitan
en el
intestino
humano
conformados por más de 100 billones de
bacterias, con un peso aproximado de
1,5 kg (2
)
;
distribuida en
tres gra
ndes grupos según sus funciones:
bacterias patógenas
en
cantidades muy bajas controladas por el sistema
inmunitario
, microorganismo
s
comensales benéficos y
patógenos sensibles
(3
).
Por otra parte su estructura comprende mas de
200 cepas
bacterianas
que pertenecen a
tres grandes familias:
Firmicutes
y
A
ctinobacterias
que son bacterias Gram positivas
y los
Bacteroidetes
que son Gran negativos
(4,5
)
.
Se ha reportado
que más del 90% de las
bacterias corresponden a los
filos
Firmicutes
y
Bacteroidetes
(2
)
;
El filo de
Firmicutes
incluye
varios géneros, siendo los más frecuente
Lactobacillus,
Enteroco
ccus Ruminiciccus y Clostridium
.
En el filo de
Actinobacterias el más abundante es
el género
Bifidobacterium
(
6
)
.
Al momento de nacer, el intestino es estéril y se coloniza
completamente durante el primer año de vida. Entre los factores
que la modulan se encuentra el tipo de parto y la lactancia
materna
, p
osteriormente, es
influenciada
por la genética, la
dieta, y factores ambientales, entre ellos
,
el uso de
antibióticos
(4,7
).
Cada persona presenta una microbiota intestinal única, por
ejemplo
e
n el adulto, una dieta inadecuada, el abuso de
antibióticos
o el proceso del envejecimiento, puede favorecer la
disbiosis
intestinal determinada
por una alteración de la
población bacteriana, la cual puede ser cualitativa (predominio
de especies distintas a las habituales) o cuantitativa (menor
concentración de
bacterias beneficiosas) (4
)
.
Es importante resaltar que l
a microbiota intestinal
juega un rol
importante en la salud humana, ya que
es uno de los
componentes clave del ecosis
tema intestinal y desempeña
un
papel protector
, dado
que ejerce
un efecto barrera contra
patógenos,
interviene
en la formación y maduración de la
inmunidad, en la regulación de la ingesta metabólica y en la
absorción de nutrientes y drogas
(5
)
.
Por otra parte,
la microbiota intestinal
produce una variedad de
compuestos metabólicos
, e
ntre ellos:
las aminas biogénicas,
neurotrans
misores,
ácidos grasos de cadena corta (AGCC),
ácidos biliar
es y N
-
óxido de trimetilamina;
así como también
,
los
liposacáridos como el
LPS; estos
metabolitos
pueden afectar el
funcionamiento renal, neuronal y cardiovascular
, favoreciendo
alteraciones como por ejemplo la hipertensión arterial
(
8
)
. En
cuanto a la disbiosis, se caracteriza por una reducción de las
bacterias antiinflamatorias como
Lactobacillus
y
Roseburia
, con
un aumento del crecimiento de especies proinflamatorias
como
Ruminococcus gnavus
y
Bacteroide
tes
, favoreciendo de
esta manera comorbilidades, tales como: la obesidad, la
diabetes, el cáncer y las enfermeda
des cardiovasculares (9
)
.
La dieta constituye una piedra angular en cualquier programa de
estilo de vida saludable
, s
e ha planteado que casi el 60% de la
totalidad de la microbiota intestinal puede ser susceptible de
modificación rápida en respuesta a modificaciones en
la
alimentación
diaria (
9
)
,
que condiciona el desarrollo,
composición y metabolismo de las comunidades microbianas en
el intestino (1
).
Por otra parte, los macro y micronutrientes, principalmente
polisacáridos, grasas, proteínas y vitaminas, las costumbres
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culinarias y
los patrones dietéticos de la población
como
la dieta
Occidental, la dieta
Mediterránea
, la dieta vegetariana, la dieta
cetogénica, entre otras
, desempeñan un
papel
importante (1
).
Se ha demostrado
que los alimentos
que conforman la dieta
, son
los principales contribuyentes a la composición y capacidad
funcional de la microbiota
.
En este orden de ideas, se ha
reportado que según la fuente de macronutrientes, los
microbiomas intestinales pueden agruparse como
enterotipo
Prevotella
(asociados al consumo
de los
carbohidratos de la dieta) y
Bacteroides
(relacionados con el
consumo de las proteínas y de la gra
sa animal en la
alimentación)(10
).
En cuanto a las funciones
de
la
microbiota
intestinal
desde el
punto de vista nutricional,
participa en la depuración de toxinas
provenientes de la dieta; en la síntesis de la vitamina K, vitamina
B12 y ácido fólico; absorción de electrolitos y minerales; y
producción de ácidos
grasos de cadena corta (4
). Se ha
reportado,
la
implicación
de la microbiota
en la síntesis de ácido
linoléico conjugado, mediante la acción
de
los
G
éneros
Propionibacterium
,
Lactobacillus
y
Propionibacterium
,
Lactobacillus
y
Bifidobacterium
), Así como también en la transformación de
colesterol a coprostano
, a través de las bacterias
de los
géneros
Bifidobacterium
y
Lactobacillus)
(11
)
Cabe destacar que
los c
arbohidratos
constituye
n el
macronutriente fundamental a través de la fibra dietética. La fibra
dietética se define como una forma de
carbohidratos,
conformado por polímeros de monosacáridos que no son
digeribles y no se absorben en el tracto gastrointestinal debido a
la falta de enzimas hidrolizantes adecuadas, y que se encuentra
en los alimentos vegetales (
12
).
Las fibras dietéticas incluyen: a) Los oligosacáridos no
digeribles de bajo peso molecular, com
o los
fructooligosacáridos
,
los galactooligosacáridos
, los
xilool
igosacáridos
y la inulina; b) Los polisacáridos sin almidón
tales como: la celulosa, hemicelulosa, pectina, betaglucanos,
almidones resistentes y lignina . c) Los componentes no
carbohidratos como la lignina, la cutina, la saponina y la suberina
(
13
).
Siendo sus fuentes alimentarias en el caso de l
os fruc
tanos,
el trigo, la cebada, el centeno, la ce
bolla, las coles de
Bruselas,
el repollo, el brócoli, la achicoria y las alcachofas de Jerusalén
.
En los galactoligosacáridos
las semillas de leguminosas, como
lentejas, garbanzos, frijoles y guisantes
y en l
os
xilooligosacáridos
se encuentran
en la miel,
la
leche, las frutas y
los vegetales
(
12,13
).
En cuanto a los estudios sobre la acción de estas fibras, s
e ha
reportado que el consumo de alimentos ricos en inulina
aumenta
tres veces el nivel de
Bifidobacterium longum
;
que el
consumo de papa aumentó 6,5 veces las
secuencias
de
Bifidobacterium faecale
/
adolescente
/
stercoris
(10
)
. La
ingesta de cereales integrales y salvado de trigo; así como
también, el consumo de extractos de proteína de suero y
guisantes favoreció un aumento de
las
Bifidobacterium
y
Lactobacillus
(
11
)
; mientras que
la celulosa y
el plantago, causan disminución en el crecimiento de la
microbiota ya
que aumentan
el tránsito intestinal y disminuyen la
disp
o
nibilidad de
nutrientes (
11
)
La dieta puede ser una modalidad para la prevención de
enfermedades.
Las intervenciones dietéticas son estrategias
estándar de prevención secundaria y terciaria para ciertas
enfermedades e incluyen alimentos específicos.
En la actualidad
se encuentran varios patrones dietét
icos en estudio
, entre ellos
tenemos:
la dieta occidental, la cual se caracteriza por un alto
consumo de proteínas de origen animal, grasas saturadas
y
ácidos grasos trans
, azúcares simples y un bajo contenido de
fibra
dietética,
se ha reportado que este tipo de dieta,
favorece
la disminución significativa de los
filos
Bifidobacterium
y
Eubacterium
(11
)
con altos niveles
de
Bacteroides
en la microbiota intestinal
(9
), que
están
asociados a una microbiota intestinal poco saludable y favorable
a una disbiosis en un ambiente inflamatorio
(14
)
. En los países
donde predominan estos hábitos dietéticos
presentan altas
tasas
de incidenc
ia de enfermedades intestinales
,
donde
se observa
la hi
permeabilidad intestinal (2
)
Con respecto a la dieta Mediterránea,
por su composición con
aceite de oliva virgen extra, pescado, vegetales, frutas
,
legumbres y semillas oleaginosas, se ha reportado que favorece
un mayor crecimiento de las
especies
Bifidobacteria
y
Bacteroides
,
del género Prevotella
y
un menor crecimiento de l
as
especies Firmicutes (14
)
.
Este
patrón dietético
ha evidenciado tener efectos favorables en la
longevidad, un menor riesgo para el desarrollo de la obesidad,
de diabetes mellitus tipo 2, cáncer y enferm
edades
cardiovasculares. (15
)
Existen otros tipos de estrategias dietéticas en el tratamiento de
patologías como la obesidad, dentro de ellas tenemos la dieta
cetogénica. L
a dieta cetogénica
se caracteriza
por su al
to
contenido en grasas y
en proteínas
de origen animal
con
muy
bajo
aporte de carbohidratos; por ende,
muy baja en vegetales,
frutas, sin legumbres ni cereales,
por lo que este tipo de dieta
aumenta el riesgo
de la permeabilidad intestinal y la
inflamación
sistémica, ya que reduce la producción de
Akkermansia
muciniphila y Lactobacillus spp.
, bacterias benéficas asociadas
con estados metabólicos saludables
(1
,4
) .
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También s
e ha publicado
,
que e
l aumento del consumo de dietas
hiperproteicas e hipergrasas de origen
animal j
unto con la
ausencia de la ingesta
de fibra dietética aumenta la abundancia
de microorganismos tolerantes de las sales biliares (
Alistipes,
Bilophila y Bacteroides
) y disminuye los niveles de especies que
metabolizan los carbohidratos complejos de los vegetales
(
Roseburia, Eubacterium rectale y Ruminococcus bromii
)
(4
)
En este sentido,
El
Proyecto Intestinal Americano
(
American
Gut Project
)
evidenció
que el mayor
predictor de diversidad
microbiana es el número de diferentes alimentos vegetales
consumidos por semana
, es decir,
los sujetos que consumieron
más de 30 vegetales distintos por semana tenían una microbiota
intestinal más diversa y saludable en comparación con aquellos
cuya variedad semanal fue menor a 10 vegetales
(16
)
, por lo que
se infiere que u
na alimentación saludable que sea suficiente,
completa y equilibrada
,
determina la
diversidad dietética y
calidad de los alimentos. Se ha reportado que patrones
a
limentarios con estas características se vinculan con
F.
prausnitzii y Prevotella copri
, asociadas con marcadores
cardiometabólicos beneficiosos y correlación negativa con la
grasa visceral
(1
)
.
Se concluye, que
p
ara un buen mantenimiento de la microbiota
intestinal, es importante incrementar el consumo de fibra
dietaria, antioxidantes, prebióticos probióticos y simbióticos
; los
cuales
permiten restau
rar o mantener y aumentar la
diversidad
de esta comunidad microbiana
, lo que permitiría
prevenir una
s
erie de enfermedades y mantener un buen
estado de salud y
una calidad de vida saludable
(14
)
Finalmente,
la interacción entre la dieta, la microbiota intestinal
y la salud es compleja, u
n creciente conjunto de evidencia
s
respalda que el intestino desempeña un papel positivo en el
apoyo y la mejora de la salud humana, con una homeostasis
intestinal equilibrada mantenida por un consorcio de microbiota
intestinal, una gran abundancia de probióticos y una barrera
intes
tinal completa.
Se ha establecido
que la microbiota
intestinal humana desempeña un papel clave en la activación del
sistema inmunológic
o, la protección contra el cáncer, la
señalización endocrina y la func
ión cerebral, entre otras (17
).
Sin
embargo, se requiere realizar mayor número de estudios en
humanos.
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