Gonzáles S/ Enfermería Investiga Vol. 9 No. 1 2024 (Enero - Marzo)
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INTRODUCCIÓN
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
define a la adolescencia como el periodo de transformación que
comprende entre los 10 y 19 años, en donde el individuo inicia
una interacción totalmente nueva con su entorno social (1).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el período
de transición de la niñez a la edad adulta, donde se experimenta
el crecimiento físico, cognoscitivo y psicosocial, que incide en su
forma de pensar y actuar (2). En este período, se incrementa la
autonomía e independencia social, no obstante, las
inseguridades que se presentan en esta fase exponen a los
adolescentes a establecer patrones de comportamiento que bien
pueden proteger o poner en peligro su salud.
El embarazo adolescente es considerado un problema social a
nivel mundial, debido a su incremento y sobre todo porque trae
repercusiones no solamente en el proyecto de vida, sino también
en la salud tanto de la madre adolescente como la de su hijo. Si
bien algunos países han tratado de implementar políticas
preventivas de concienciación y educación en el campo de la
salud sexual y reproductiva, las adolescentes están expuestas a
diversos factores de riesgo en vista de que no alcanzan la
madurez sexual, física y mental.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas (UNICEF),
América Latina y el Caribe son regiones con la segunda tasa
más alta de embarazos adolescentes en el mundo, pues se
calcula 66,5 nacimientos por cada 1 000 niñas de 15 a 19 años
(3). La OMS, estima que anualmente 16 millones de
adolescentes entre 15-19 años juntamente con 1 millón menores
de 15 años, enfrentan embarazos no deseados, siendo los
países de ingresos bajos y medianos los más afectados. Estas
cifras son alarmantes y requieren atención sanitaria como una
alternativa eficaz para disminuir la incidencia de embarazo
precoz (4).
A nivel Latinoamericano, en Cuba se determinó que los factores
de riesgo asociados a un embarazo no deseado son: el
comienzo temprano de relaciones sexuales entre los 15-19 años
y el déficit de conocimientos sobre las complicaciones en el
embarazo en 3,3% (5). En el mismo país, García Odio &
González Suárez (6) expusieron que el factor de riesgo familiar
que más sobresale es la poca comunicación entre familia-
adolescente 82,6% y el nivel económico bajo 73,9% como factor
socioeconómico. En el 2019, Castañeda Paredes & Santa-Cruz-
Espinoza en su investigación realizada en Perú, indicaron que
los factores de riesgo con una magnitud moderada de embarazo
son: exposición a la violencia con un 61,67%, funcionalidad
familiar baja con 80%, con 3.87 de probabilidad que una
adolescente no gestante se embarace y en el 61,67%, el
embarazo se justificó por problemas sentimentales entre los
padres. (7).
A nivel nacional, el Centro de Estadísticas para América Latina
y el Caribe (CEPAL), mencionó que el Ecuador ocupa el tercer
puesto con la tasa más alta de embarazo en adolescentes de 10
a 19 años (8). En el año 2020, se registraron 1.631 nacidos vivos
de madres con edades de 10 a 14 años y 43.260 en
adolescentes de 15 a 19 años, promedio correspondiente a 54,6
nacidos por cada 1.000 adolescentes (9).
Un estudio realizado en la provincia de El Oro (Ecuador), en el
año 2021, se observó que el 25% de las participantes habían
iniciado su vida sexual antes de los 20 años, el 13% ha sido
descuidado por sus padres, el 11% por disfunción familiar y la
incidencia de abuso sexual era de un 1% (10). Asimismo, Llanos
& Miniet (11) en Milagro, Manabí; comprobaron que el 60% de
20 adolescentes con edades de 10 a 19 años, presentaron un
embarazo después de los 17 años; el 40% tenía problemas con
la familia y el 20% manifestó no tener conocimientos sobre salud
reproductiva. De la misma manera, Mariscal et al. (12)
expusieron que el 90% de la población de estudio comenzó a
tener relaciones sexuales entre 15 - 16 años, el 60% lo hizo por
motivos económicos, el 95% inició con acuerdo mutuo con su
pareja y como dato alarmante es que en la mayoría de la
población estudiada existe desconocimiento sobre el uso de los
métodos anticonceptivos.
En relación con la Zona 7, que abarca las provincias de Loja, El
Oro y Zamora Chinchipe, la cifra de embarazos alcanza a 144
niñas de entre 10 a 14 años de edad y 309 adolescentes de 15
a 19 años. Solo en el cantón Loja, según las cifras del Ministerio
de Salud, existen más de 300 adolescentes entre 13 y 17 años
de edad, en estado de gestación (13). En torno a los estudios,
se realizó un trabajo de investigación en instituciones educativas
privadas, públicas y cofinanciadas, en el período de enero 2017-
enero 2018 donde la prevalencia de embarazo fue de 3,6%. En
el trabajo investigativo se identificaron violencia intrafamiliar con
28,1% en unidades cofinanciadas y unidades públicas se
identificó la violencia de pareja (4,4%) y haber iniciado la vida
sexual (25,9%) (14).
Con la evidencia presentada, se percibe que el problema afecta
de manera significativa en las adolescentes, tanto en su
dimensión individual, como en su entorno familiar y
socioeconómico. Por tal razón, el presente estudio tiene como
objetivo determinar los factores asociados al embarazo en
adolescentes de los establecimientos de salud urbano
marginales de la ciudad de Loja, apoyando a la promoción de la
salud en adolescentes, especialmente en establecimientos
educativos y de salud.
MÉTODOS
El presente trabajo investigativo es un estudio analítico de casos
y controles, con enfoque cuantitativo para determinar los
factores de riesgo asociados al embarazo adolescente durante
el período marzo – julio 2022. El área de estudio estuvo
constituida por los establecimientos de salud: Centro de Salud
Belén, Centro de Salud de Motupe y el Puesto de Salud Carigán
del Ministerio de Salud Pública correspondientes al primer nivel
de atención.
La población objeto de estudio corresponde a las adolescentes
entre 10-19 años (1.025) que abarca la cobertura de los
establecimientos de Salud, conformada por adolescentes
embarazadas (38 casos) y el duplo de adolescentes que nunca
han estado embarazadas (76 controles), estas últimas
seleccionadas por un muestreo no probabilístico por
conveniencia cumpliendo la relación caso-control de 1 a 2 para
mayor eficacia estadística. Las participantes fueron
seleccionadas según criterios de inclusión y exclusión; para