Mallitasig F/ Enfermería Investiga Vol. 10 No. 1 2025 (Enero - Marzo)
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El microbioma está conformado por comunidades de
microrganismos benéficos, clasificadas por
especies, familias, géneros o filo; investigaciones
demuestran que el microbioma de una persona sana
con una buena calidad de vida es relativamente
estable hasta la séptima década de vida y a partir de
ahí empieza a perder su funcionabilidad. Este
bienestar depende de varios factores como la edad,
dietas, actividad física, estados de patología, uso de
fármacos como los antibióticos, o predisposición
genética que se presentan durante el transcurso de
vida de las personas. La microbiota intestinal tiende
a ser diferente, y única en cada persona; por ello no
existen parámetros de composición detallada y
óptima de la misma (6, 9,10).
El microbioma de los pacientes que presentan
patologías de Enfermedad Inflamatoria Intestinal,
han sido ampliamente estudiados, pudiendo
evidenciar la ausencia de bacterias esenciales
pertenecientes principalmente a la familia de
Clostridia, Firmicutes o antiinflamatorias como
Bifidobacteria, además de un desbalance de algunos
microorganismos que pudieran estar relacionados
con esta patología como el aumento de E.coli. La
evidencia demuestra que el microbioma en la EII no
es nada similar con el de una persona sana, ya que
en la colitis ulcerosa existe una disbiosis, donde su
fisiopatología no se conoce aún con exactitud, sin
embargo, factores genéticos pueden llevar a un
organismo sin patología aparente a que su
microbiota se vea alterado por los factores
mencionados anteriormente, los cuales condicionan
una respuesta inmunológica intestinal (8,11,12).
Enfermedad inflamatoria intestinal - Colitis
ulcerosa (CU)
La CU pertenece a un tipo de afección patológica
inflamatoria de la mucosa del intestino
principalmente en el colon o recto, que tiene un
origen multifactorial no específico y que con la
Enfermedad de Crohn pertenecen al grupo de EII.
Dentro de los síntomas característicos se
encuentran: diarrea, dolor abdominal en situaciones
con cuadros severos, rectorragia y tenesmo rectal,
que aparecen por períodos de tiempo y luego
desaparecen o disminuyen (6). Por otro lado, en la
última década, se dio un reporte mayor, con relación
a la presencia de la enfermedad alrededor del
mundo, que pueden aparecer a cualquier edad, su
diagnóstico abarca una serie de criterios clínicos,
histológicos y de imagen como los endoscópicos,
que ayudan a tener una idea más clara para un
diagnóstico diferencial con otras patologías,
adaptando el tratamiento al paciente y haciendo su
vida más tolerable (6,13).
Investigaciones realizadas desde principios de siglo
en el Reino Unido indican que las enfermedades
inflamatorias intestinales prevalecen tres veces más
que años pasados donde existía datos limitados.
Esta evidencia indica que la colitis ulcerosa,
perteneciente a EII ha aumentado en un 55% con
riesgo de sufrir cáncer colorrectal en 43%. El estudio
además provee que la colitis ulcerosa y enfermedad
de Crohn pueden aumentar en casi una cuarta parte
para el 2025 (13).
De la misma forma, en Sudamérica, según Mayorga,
et.al., (1) 2020, las enfermedades inflamatorias
intestinales presentan un constante incremento,
aunque los datos son escasos, demuestran que el
comportamiento de estas afecciones es similar a
otros países. En Ecuador hay mayor predominio de
colitis ulcerosa en hombres que en mujeres, siendo
las provincias de Guayas, Pichincha y Azuay las que
más reportes tienen en ese orden.
La CU predisponen a síntomas en su mayoría
intestinales, relacionados directamente a enfocar el
tratamiento al aspecto nutricional, debido a que
existe un mal funcionamiento en las vellosidades
intestinales, esto reduce la absorción de nutrientes
sobre todo en períodos de reagudización de
síntomas como la diarrea, para lo cual se debería
llevar un adecuado manejo nutricional. También se
puede presentar períodos de anemia o mala salud
ósea por alteración de los niveles de vitamina D, e
incluso se puede presentar desnutrición en casos
más severos por una pérdida de peso rápida, o a su
vez desnutrición calórica proteica, la cual está
presente entre un 20 – 85% de las personas que lo
padezcan (14, 15).
Probióticos y características
Dentro del uso farmacológico y profiláctico que se
pueda conseguir, se intenta obtener mejores
resultados con la ayuda nutricional por medio de los
probióticos, con lo cual se pretende mejorar la
microbiota, que resulta ser el área más afectada,
sabiendo que de su desequilibrio parten todas las
molestias que se manifiestan en el paciente a nivel
orgánico e incluso mental. (16, 17).
Así mismo, los probióticos, aparte de formar parte de
la industria farmacéutica también forman parte de los
alimentos que tienen cepas probióticas que impiden
la adhesión de enterotoxinas en el intestino, esta
propiedad se le atribuye a productos como: yogurt
natural, queso, kéfir (fermentación de agua o leche),
kombucha (fermentación de té negro), chucrut
(fermentación de col), Tempeh: bebida de soja
fermentada, aceitunas, encurtidos (pepinillos,
zanahorias, vegetales, cebollas, rábanos en
salmuera al menos por 1 mes), miso (fermentación
de soja y arroz integral) (14 ).
Aparentemente los beneficios de estos
microorganismos también dependería de su
conformación, Bischoff, et al., (14) en un estudio
realizado en el 2022 indica que la estructura de los
probióticos es específica, en probióticos
tradicionales conformado por Bacterias Acido
Lácticas (BAL) y Bifidobacterias principalmente,
mantienen organizaciones denominados patrones
moleculares, que se encuentran asociados a
microbios MAMPs (Microorganism Associated
Molecular Pattern), estructuras altamente presentes
en la mayoría de microorganismos, los cuales