Rivadeneira J/ Enfermería Investiga Vol.10 No. 1 2025 (Enero - Marzo)
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marcada tendencia hacia el estilo acomodador,
seguido posteriormente por el estilo asimilador,
con notables diferencias entre los sexos: los
estudiantes varones se inclinaban más por el
estilo divergente, mientras que las alumnas se
inclinaban por el estilo convergente, por otro lado
en China (34), los estudiantes de medicina
mostraron una marcada preferencia por las
modalidades de aprendizaje visual (73,9%),
sensorial (67,15%) y reflexivo (51,82%), y los
estudiantes varones mostraron una mayor
tendencia al aprendizaje activo, mientras que las
estudiantes se inclinaron por el aprendizaje
reflexivo. En Irán (35), el estilo divergente se
convirtió en la preferencia de los estudiantes de
enfermería, lo que se correlacionó positivamente
con un mejor rendimiento académico; por el
contrario, el estilo acomodaticio mostró los
niveles más altos de rendimiento académico y en
los Estados Unidos (36), los estudiantes de
medicina mostraron una marcada preferencia por
el estilo convergente (56,4%), seguido del estilo
asimilativo (27,7%). Estos hallazgos resaltan la
idea de que los estilos de aprendizaje son
susceptibles de ser influenciados por la disciplina
académica, el contexto regional y factores
individuales como el sexo, por lo que enfatizan la
necesidad de adaptar las estrategias
pedagógicas para adaptarse a estas variaciones
a fin de mejorar los resultados educativos.
DISCUSIÓN
El modelo CHAEA de Honey-Alonso muestra que
los principales estilos de aprendizaje de los
estudiantes universitarios son el reflexivo y el
teórico, estos resultados son consistentes con
estudios previos citados en el fundamento
teórico de este estudio, como Leal, et al., (2) y
Tripodoro & De Simeone (3) que enfatizan que
los estudiantes tienden a adoptar un estilo
reflexivo, cuando analizan profundamente la
información antes de aplicarla, y un estilo
teórico, cuando construyen el conocimiento de
manera lógica. En esta revisión, estudios
realizados en Perú, India y
México mostraron que cerca de la mitad de los
estudiantes preferían un estilo de
enseñanza reflexivo, lo
que indica una preferencia global por este enfoq
ue, sin embargo, también hay diferencias de
contexto en los comentarios. Aunque los estilos
de enseñanza reflexivos son comunes en
América Latina, (10), en el estudio de la
India (18) se encontró que un estilo de
enseñanza pragmático es más frecuente, lo que
podría deberse a diferencias en los sistemas
educativos y los métodos de enseñanza. Este
resultado es consistente con Cardona, et al.,
(4) quienes mencionan que las diferencias en los
estilos de aprendizaje pueden estar relacionadas
con influencias culturales y académicas.
Además, el estudio de López, et al., (18),
revela que los estudiantes varones tienen un
estilo de aprendizaje pragmático, mientras que
las mujeres tienen un estilo reflexivo. Este
hallazgo se suma a la diversidad de preferencias
individuales basadas en el sexo y resalta la
necesidad de estrategias de enseñanza
individualizadas. En conclusión, los estilos de
aprendizaje reflexivo y teórico siguen
siendo dominantes entre los estudiantes
universitarios, aunque pueden variar según el
contexto cultural y la disciplina,
esto apoya la visión de que los modelos de
aprendizaje deben ser flexibles
y adaptables, como lo sugieren Salas, et al., (6).
El modelo VARK aclara que una proporción
importante de estudiantes universitarios
muestran una preferencia por el aprendizaje
multimodal, integrando componentes visuales,
auditivos, kinestésicos y de lectura-escritura,
estas observaciones son congruentes con las
afirmaciones de Olivar, et al., (5), quienes
sostienen que los alumnos no se limitan a un
estilo de aprendizaje único, sino que combinan
varios de ellos dependiendo de los parámetros
contextuales y disciplinarios de sus estudios.
A nivel disciplinario, el análisis exhaustivo indica
que los estudiantes en los campos de la salud
muestran una tendencia hacia los estilos de
aprendizaje kinestésico y auditivo, mientras que
los estudiantes que se dedican a las ciencias
sociales y la educación demuestran una
preferencia por las modalidades visuales y de
lectura-escritura. Esta tendencia corrobora las
observaciones de Benítez (11),quien observó en
su muestra de estudiantes universitarios
paraguayanos en Ciencias de la Salud que
aprenden mediante actividades físicas y
experiencias prácticas, característica propia del
modelo kinestésico.
Un aspecto sobresaliente que distingue al
modelo VARK del modelo CHAEA, que prioriza
estilos individuales como el reflexivo y el teórico,
es el énfasis en la combinación de varios estilos
dentro del modelo VARK. Esto requiere que las
estrategias pedagógicas sean intrínsecamente
más dinámicas e integradoras. Esta perspectiva
se alinea con la investigación realizada por Salas
etal., (6), quienes afirman que las metodologías
educativas deben adaptarse a la heterogeneidad
de los estilos de aprendizaje para mejorar la
retención y la comprensión del conocimiento.
Estos hallazgos afirman que la multimodalidad
constituye una característica fundamental del
aprendizaje a nivel universitario, y que las
diferencias disciplinarias y de género moldean las
preferencias; esto sugiere una necesidad de
adaptar las estrategias educativas para
proporcionar enfoques pedagógicos más
flexibles e inclusivos, fomentando así una
síntesis de recursos visuales, auditivos y
prácticos para optimizar el proceso de
aprendizaje.
El modelo de Kolb aclara que los estilos de
aprendizaje dependen de la disciplina académica
y del contexto geográfico, lo que afirma las
preferencias de los estudiantes, dentro de este