Medina M/ Enfermería Investiga Vol. 10 No. 2 2025 (Abril – Junio)
4
pseudonyms to participants and ensuring
confidentiality. Furthermore, the informants gave their
informed consent. Results: Three women and one
man participated, ranging in age from 23 to 53. Only
one person had access to healthcare; the disability
they suffered was in the lower limbs in all cases, and
three of the participants also suffered from an
underlying condition. Three categories of analysis
were obtained: 1) experience with the disabling
situation, 2) health management, and 3) experiences
of working with a disability. Conclusions. The
speeches highlight multiple situations that make it
difficult for participants to carry out daily tasks, work
tasks, and even access health services.
Keywords: person with a disability, accessibility to
healthcare services, health status
INTRODUCCIÓN
De acuerdo con Cable News Network (Cadena de
Noticias por Cable) CNN en español, en el mundo
existen 1.000 millones de personas que viven con
algún tipo de discapacidad; el 80% se encuentran en
países en desarrollo por lo que no cuentan con
acceso a servicios de salud; y aquellos que cuentan
con acceso a dichos servicios relatan que no se
cuenta con el personal debidamente capacitado,
careciendo de aptitudes para atender sus
necesidades (1). Igualmente, la Organización Mundial
de la Salud (2), señala que estas personas, tienen el
riesgo de fallecer 20 años antes que si no tuvieran una
discapacidad y que tienen más riesgo de presentar
depresión, asma, diabetes, obesidad y otros
fenómenos. Así mismo, hay 6 veces más
complicaciones para las personas debido a la
inaccesibilidad a centros de salud.
La discapacidad es un concepto que evoluciona y que
resulta de la interacción entre las personas con
deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al
entorno que evitan su participación plena y efectiva en
la sociedad, en igualdad de condiciones con las
demás (3). Su medición es compleja, ya que implica
múltiples representaciones, que van desde lo social,
cultural, económico, salud, entre otros (4).
De esta manera, se reconoce que la discapacidad
surge de “la interacción entre las personas con
deficiencias y las barreras debidas a la actitud y el
entorno que evitan su participación plena y efectiva en
la sociedad en igualdad de condiciones con los
demás” (5). Igualmente, se reconoce que pueden
presentarse aspectos negativos entre las personas
que tienen el problema de salud y su persona y el
ambiente en donde se desenvuelven (6). Existen
diversos tipos de discapacidad, las cuales están
clasificadas por grupos y las áreas, siendo un total de
4 grupos: discapacidad sensorial y de comunicación,
motrices, mentales y múltiples (7).
De acuerdo con los datos del Censo de México del
2020, para el 15 de marzo de ese año en el país
residían 126.014.024 personas; la prevalencia de
discapacidad junto con las personas que tienen algún
problema o condición mental a nivel nacional era de
5,69%, de estas 78% tenían únicamente
discapacidad, el 10% contaba con algún problema o
condición mental, el 8% se encontraba con que
además de algún problema o condición mental tenían
discapacidad, y 4% reportaban tener algún problema
o condición mental y una limitación. Las entidades con
la menor prevalencia fueron Quintana Roo, Nuevo
León y Chiapas; mientras que Oaxaca, Guerrero y
Tabasco reportaron prevalencias más altas (8).
De acuerdo con la página del Diario de Querétaro, en
el municipio de Querétaro, se encontró que la
población con discapacidad, así como con algún tipo
de limitación era de 150 mil 536 personas, lo cual
representa el 14,33% de la población total (9). Desde
el año 2006, la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos protege a las personas que viven con algún
tipo de discapacidad, derivado de la Convención
sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, teniendo como propósito “promover,
proteger y asegurar el goce pleno en condiciones de
igualdad de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales por todas las personas con
discapacidad, y promover el respeto de su dignidad
inherente”(10).
La inserción laboral de las personas en situación con
discapacidad constituye una temática de reciente
interés en América Latina, aunque distintos
instrumentos internacionales la han establecido como
un derecho inherente de esta población. Sin embargo,
dicho grupo tiene considerables obstáculos para
insertarse en el ámbito del empleo; a nivel mundial
tienen bajos resultados sanitarios, académicos,
menor participación económica y mayores tasas de
pobreza que el resto de la sociedad (11).
La inserción laboral facilita al sector privado y a las
corporaciones estatales, la percepción que la
sociedad tiene sobre estas, ya que ayuda a valorar las
capacidades de los trabajadores con discapacidad.
Además, se convierten en empresas con mayor
responsabilidad social, desarrollando actitudes
positivas hacia la discapacidad y facilitando la
inclusión en los puestos de trabajo (11).
Los beneficios que aporta el trabajo a personas con
discapacidad son diversos, pero algunos de los más
importantes son: la autonomía personal, la estabilidad
mental, la realización personal, el aumento de la
autoestima, y la facilidad de desenvolverse en el
ámbito social (12). El tipo de discapacidad
determinará la labor o trabajo que cada persona
puede realizar, al respecto, García (13) sugiere lo
siguiente (tabla 1).