MEDICIENCIAS UTA Revista Universitaria con proyección científica, académica y social
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Carrera de Medicina. Facultad de Ciencias de la Salud. UTA
Bombón M, Rosero Yo. Bezoar gastrointestinal: Revisión sistemática de la literatura. MEDICIENCIAS
UTA.2022;6 (4):16-24
DOI: https://doi.org/10.31243/mdc.uta.v6i4.1823.2022
Artículo de revisión
Bezoar gastrointestinal: Revisión sistemática de la literatura.
Gastrointestinal bezoar: Systematic literature review.
Marco Fabricio Bombón Caizaluisa *, Yoreni Rosero Moncayo **
*Universidad Central del Ecuador. Quito-Ecuador. ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-5768-4234
**Universidad Metropolitana del Ecuador (UMET). Quito- Ecuador. ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-
4459-5240
fabri.bombonpm@gmail.com
Recibido: 23 de agosto del 2022
Revisado: 15 de septiembre del 2022
Aceptado: 28 de septiembre del 2022
Resumen.
Introducción: El bezoar es una concreción de materiales o cuerpos extraños que se forma en la luz del tracto
gastrointestinal, generalmente por la acumulación de cuerpos extraños no digeribles. Usualmente se forma en
el estómago, puede pasar al intestino delgado (síndrome de Rapunzel) y ser una causa poco frecuente de
obstrucción intestinal. El bezoar es secundario a diversas causas, tales como: alteraciones del vaciamiento
gástrico, cirugías gástricas previas, exceso de alimentos ricos en fibra, mala masticación, ingestión de materiales
sólidos difíciles de digerir, alteraciones en la motilidad intestinal, entre otros. La mayoría de los pacientes en
presentar esta alteración, son asintomáticos; sin embargo, pueden existir complicaciones, relacionadas con
acumulación en el tiempo de los cuerpos extraños, produciendo síntomas asociados a la obstrucción del tracto
digestivo que va desde la oclusión parcial a la oclusión total. No existe un tratamiento específico para los
bezoares; pues inicialmente, se intentará la extracción endoscópica, siempre y cuando sea factible, junto con
otras opciones clínicas, pero también el abordaje quirúrgico se convierte en una opción, cuando los anteriores
métodos terapéuticos fracasen.
Objetivo: Realizar una revisión bibliográfica exhaustiva, acerca de los bezoares gastrointestinales, en base a la
evidencia científica actual. Metodología: Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos
electrónicas: Redalyc, Scielo, Scopus, PubMed, Biblioteca Cochrane, Google Scholar, entre otras y que fueron
valoradas en base a la factibilidad, calidad, claridad, pertinencia y veracidad de la información inherente al
tema; como también de la actualidad del contenido científico del mismo. Se seleccionaron artículos indexados
publicados en los últimos 12 años, en idioma inglés, español y portugués. Resultados: Se extrajeron y
seleccionaron 45 artículos (100%) de revistas indexadas. Se incluyeron artículos de revisión, revisión
bibliográfica sistemática y reportes de casos clínicos.
Conclusiones: Los bezoares gastrointestinales son acumulaciones de material no digerible en el tracto
gastrointestinal, que conforman una masa sólida que impide el paso del bolo alimentario, ingeridos de forma
intencional o de manera accidental. El diagnóstico precoz, el manejo adecuado y oportuno,
son indispensables para una mejor supervivencia y pronóstico en los pacientes.
Palabras clave: Bezoar gastrointestinal, cuerpo extraño, obstrucción tracto gastrointestinal, tratamiento clínico,
tratamiento quirúrgico.
Abstract.
Introduction: A bezoar is a concretion of foreign material or foreign bodies that forms in the lumen of the
gastrointestinal tract, usually from the accumulation of non-digestible foreign bodies. It usually forms in the
stomach, can pass into the small intestine (Rapunzel syndrome) and is a rare cause of intestinal obstruction. The
bezoar is secondary to several causes, such as: alterations in gastric emptying, previous gastric surgeries, excess
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of high-fiber foods, poor chewing, ingestion of solid materials difficult to digest, alterations in intestinal
motility, among others. Most of the patients presenting this alteration are asymptomatic; however, there may
be complications related to accumulation of foreign bodies over time, producing symptoms associated with
obstruction of the digestive tract, ranging from partial occlusion to total occlusion. There is no specific treatment
for bezoars; initially, endoscopic extraction will be attempted, whenever feasible, together with other clinical
options, but also the surgical approach becomes an option when the previous therapeutic methods fail.
Objective: To perform an exhaustive bibliographic review of gastrointestinal bezoars, based on current
scientific evidence. Methodology: A bibliographic search was carried out in the following electronic databases:
Redalyc, Scielo, Scopus, PubMed, Cochrane Library, Google Scholar, among others, which were evaluated on
the basis of the feasibility, quality, clarity, pertinence and veracity of the information inherent to the subject; as
well as the current relevance of its scientific content. Indexed articles published in the last 12 years in English,
Spanish and Portuguese were selected. Results: 44 articles (100%) were extracted and selected from indexed
journals. Review articles, systematic literature review and clinical case reports were included.
Conclusions: Gastrointestinal bezoars are accumulations of non-digestible material in the gastrointestinal tract,
which form a solid mass that impedes the passage of the alimentary bolus, ingested intentionally or accidentally.
Early diagnosis, adequate and timely management, are essential for a better survival and prognosis in patients.
Key words:
Gastrointestinal bezoar, foreign body, gastrointestinal tract obstruction, clinical treatment, surgical treatment.
Introducción.
El término bezoar proviene del vocablo árabe
badzher que significa antídoto; fueron ellos quienes
describieron acumulaciones calculosas en el tubo
digestivo tanto en humanos como mamíferos
rumiantes (1).
La medicina actual reconoce los bezoares en
humanos, que consisten en la acumulación de
material no digerible en el tracto intestinal, que
conforman una masa sólida que impide el paso del
bolo alimentario (2). Un bezoar es una
aglomeración compacta de material parcialmente
digerido o no digerido, que suele aparecer en la
mayoría de los casos, en el estómago, el cual puede
ser ingerido de forma intencional o accidental (3).
Estos ocurren con mayor frecuencia en personas
con ciertos factores de riesgo o en pacientes con
trastornos médicos coexistentes; pues son
secundarios a diversas causas como alteraciones
del vaciamiento gástrico, cirugías gástricas previas,
exceso de alimentos ricos en fibra, mala
masticación, ingestión de materiales sólidos
difíciles de digerir, alteraciones en la motilidad
intestinal, entre otros (5,8).
La incidencia de esta enfermedad, es rara y solo se
han reportado algunos casos en el mundo. El 90 %
se presentan en mujeres, y el 80 % de estos ocurren
en menores de 30 años (4). Su ubicación más
frecuente es el estómago, seguida del intestino
delgado, localizándose entre 50 y 70 cm por encima
de la válvula ileocecal. (15).
Según su composición, se pueden clasificar en
diferentes tipos, de este modo, se reconocen los
fitobezoares (compuestos por alimentos con base
de celulosa), tricobezoares (formados por pelos y
restos alimentarios), y menos frecuentemente,
están los fármacobezoares, lactobezoares,
polibezoares, entre otros (1).
Es una patología poco común con una clínica
inespecífica (10). La mayoría de los pacientes son
asintomáticos, la acumulación en el tiempo puede
producir síntomas asociados a la obstrucción del
tracto digestivo que va desde la oclusión parcial a
la oclusión total. Las manifestaciones clínicas
asociadas a esta patología son: dolor abdominal
vago, anorexia, vómitos, baja de peso, masa
palpable, obstrucción intestinal, entre otras (1,5). A
diferencia de los bezoares que se producen en el
estómago, los del intestino delgado causan
obstrucción y provocan síntomas vagos (15).
Previamente, el diagnóstico de bezoar se realizaba
de manera quirúrgica; sin embargo, con la
incursión de la ecografía y la tomografía axial
computarizada, es posible realizar este diagnóstico
de manera prequirúrgica. La tomografía axial
computarizada de abdomen con medio de contraste
es el estudio de elección para su identificación y
evaluación de complicaciones, como obstrucción
intestinal, intususcepción o perforación, así como
para detectar bezoares adicionales en el resto del
tracto gastrointestinal (7,38).
La elección del tratamiento, está orientada a cada
caso en particular del paciente. Se debe tener en
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cuenta el material, tamaño y ubicación del bezoar,
así como las características fisiológicas del
paciente (10,12).
Inicialmente, se intentaba la extracción
endoscópica, siempre y cuando sea factible. En
aquellos casos en los que no lo es, el abordaje
quirúrgico se convierte en el tratamiento de
elección (4). Existen varias opciones de tratamiento
no quirúrgico como pueden ser el uso de canastillas
endoscópicas, equipo de litotricia, acetilcisteína,
láser, lavado gástrico con bebidas carbonatadas,
parafina, celulosa, entre otros, especialmente para
bezoares gástricos, con un alto índice de
efectividad. Los pequeños bezoares gástricos
pueden ser extraídos endoscópicamente
(gastroscopia) y algunos fitobezoares pueden ser
eliminados por métodos enzimáticos asociados al
empleo de procinéticos (8).
Cuando los anteriores tratamientos médicos o
endoscópicos fallan, se requiere la extracción
quirúrgica del bezoar. Esta se puede llevar a cabo
por vía abierta o laparoscópica, según el estado
clínico del paciente y el tamaño del bezoar (2).
Durante la cirugía, se debe realizar una exploración
exhaustiva de la cavidad abdominal para excluir
bezoares gástricos o intestinales concomitantes
(10).
Por lo tanto, el tratamiento de un bezoar va a
depender importantemente de la localización y su
causa, además de la condición de presentación
(2,34).
Además del manejo quirúrgico, el abordaje por el
equipo de Psiquiatría es fundamental para prevenir
la recurrencia de estos casos, la cual alcanza cifras
de hasta el 20 % si no se controlan los factores de
ansiedad, como la tricofagia (4)
Objetivo
Realizar una revisión bibliográfica exhaustiva,
acerca de los bezoares gastrointestinales, en base a
la evidencia científica actual.
Materiales y Métodos
El presente artículo es una revisión bibliográfica o
de tipo documental. Se realizó una búsqueda
bibliográfica en las bases de datos electrónicas:
Redalyc, Scielo, Scopus, PubMed, Biblioteca
Cochrane, Google Scholar, entre otras y que fueron
valoradas en base a la factibilidad, calidad,
claridad, pertinencia y veracidad de la información
inherente al tema; como también de la actualidad
del contenido científico del mismo.
Se seleccionaron artículos indexados publicados en
los últimos 12 años, en idioma inglés, español y
portugués, incluyendo artículos de revisión,
revisión bibliográfica sistemática y reportes de
casos clínicos, utilizando los siguientes criterios de
búsqueda según terminología MESH: “bezoar”,
“bezoar gastrointestinal”, “bezoar intestinal”,
“fisiopatología”, “etiología”, “diagnóstico”,
“clasificación”, “manifestaciones clínicas”, “tipos
de bezoar” y “tratamiento”.
Criterios de inclusión: Se incluyeron artículos
científicos de revistas indexadas, en idioma inglés,
español y portugués, cuyo año de publicación
estuvo comprendido entre el 2010 y 2022.
Criterios de exclusión: Se excluyeron los artículos
con conflictos de interés, metodología poco clara,
no reproducible, artículos de opinión, como
también artículos de presentación de casos clínicos,
sin un diagnóstico clínico, quirúrgico e
histopatológico concluyente.
Resultados
Posterior a la búsqueda de la información científica
del tema en mención, se extrajeron y seleccionaron
45 artículos (100%) de revistas indexadas. Se
incluyeron artículos de revisión, revisión
bibliográfica sistemática y reportes de casos
clínicos.
Discusión
El bezoar gástrico se define como una masa
formada por un conglomerado de cuerpos extraños,
el estómago es el órgano más común de formación
de bezoares, esto ocurre debido a la ingesta de
varias sustancias no digeribles, principalmente de
restos vegetales, habitualmente son más comunes
en adolescentes y mujeres jóvenes con
antecedentes de alteraciones psiquiátricas, como
tricotilomanía o tricofagia ; pero también se
presentan en personas con trastornos psicológicos,
que van desde ansiedad crónica hasta el retraso
mental (7,14).
Los bezoares del tracto gastrointestinal son una
entidad patológica poco común, relativamente rara
y poco frecuente, con una incidencia variable entre
los estudios, se consideran que dicha incidencia ha
venido disminuyendo con el paso del tiempo; con
casos reportados, de 0.43 % durante un periodo de
siete años, y una de 0.068 % durante un periodo de
20 años (2,40). La edad de presentación de esta
patología, varía desde los 16 meses a los 79 años
(10, 12), de los cuales un 90 % son mujeres adultas
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jóvenes, en su mayoría con desórdenes
psiquiátricos. (10).
Sin embargo, la prevalencia de bezoares,
probablemente, varía entre grupos étnicos y
ubicaciones geográficas (4).
La mayoría de los bezoares son únicos y sólo el 5%
de los casos existe más de uno. La mayoría se
encuentran en el estómago, aunque en el 15% de
los casos por su tamaño se extenderá al intestino
(3,35). Apareciendo principalmente en el intestino
delgado, causando obstrucción intestinal
intermitente o permanente. Su tamaño es variable
en dependencia del tiempo de evolución (6).
Se han identificado varios factores de riesgo para la
aparición de bezoares, entre ellos los antecedentes
de cirugía gastrointestinal previa, como la
gastrectomía parcial, la vagotomía y la
piloroplastia, las enfermedades crónicas que
afectan la motilidad como la diabetes mellitus y los
trastornos psiquiátricos, especialmente la tricofagia
(9).
Otros factores de riesgo incluyen afecciones que
provocan un estancamiento dentro de una
dilatación del segmento intestinal, como
enfermedades del intestino delgado, incluidos
divertículos, estenosis, tumores (11). También
encontramos factores relacionados con la
enfermedad de úlcera péptica, la gastritis crónica,
la enfermedad de Crohn, el carcinoma del tracto
gastrointestinal, la deshidratación y el
hipotiroidismo (9,14). Estas afecciones provocan
una reducción de la acidez strica, estasis strica,
pérdida de la función pilórica y/o estenosis pilórica.
Los ancianos y los pacientes diabéticos con
neuropatía o distrofia miotónica tienen una
motilidad gástrica alterada (6, 39).
La mayoría de los bezoares se originan por una
alteración en el vaciamiento gástrico más la
existencia de factores predisponentes,
mencionados anteriormente. Estas condiciones
llevan a disminución del pH gástrico, estasis
gástrica y pérdida de la motilidad gástrica o
estenosis pilórica. (2,39).
Los bezoares se clasifican de acuerdo con los
materiales que los forman, dividiéndose en cuatro
grupos principalmente; como se indica en la tabla
1.
Sin embargo, en algunas revisiones bibliográficas
clasifican a los bezoares en 5 tipos, agregando el
tipo cuerpo extraño, como astillas de madera
(linnobezoar), resinas (resinobezoar), almidón
(almilobezoar), caquis (diosfitobezoar) (10,30). Se
han descrito algunos casos de formación de
bezoares gástricos tras la ingestión de yeso (36).
También, en estudios recientes en pacientes
pediátricos se ha encontrado una infrecuencia
producida por bezoares de semillas (37).
Fitobezoar
La presentación s común del bezoar es en la
forma de fitobezoar, el cual es causado por la
acumulación de partículas sin digerir de origen
vegetal (fibra, hoja, raíz o semilla). Los
fitobezoares son responsables de solo 0,4 a 4 % de
todas las obstrucciones intestinales (8). Los
bezoares de semilla son una subcategoría de los
fitobezoares, causados por el consumo de semillas
de verduras o frutas no digeribles, para su posterior
acumulación
en la luz intestinal (32). Los informes de bezoares
de semillas de girasol rectales en niños son más
comunes (45).
En síntesis, la formación de fitobezoares
intestinales, es una entidad multifactorial, en la que
intervienen factores dietéticos, alimentarios y la
higiene dental del paciente (44).
Tricobezoar
Los tricobezoares constituyen una patología de rara
ocurrencia, son más comunes en el paciente en
edad pediátrica, de hecho, en un 90 % de los casos
involucra niñas menores de 20 años, y es raro de
observar en pacientes de sexo masculino. Los
tricobezoares se derivan del cabello y representan
el segundo principal grupo de bezoares (26, 45).
Se han asociado a pacientes con retardo mental,
pica y tricotilomanía: cuadro psiquiátrico de corte
ansioso en que el paciente tiene compulsión por
tirar y sacarse el pelo (26).
La formación del tricobezoar comienza con la
acumulación de cabello en los pliegues gástricos, el
cual es altamente resistente a la digestión, debido a
su superficie lisa (25).
El cabello ingerido siempre se vuelve de color
negro (independiente de su color) debido a la
desnaturalización de las proteínas por el ácido del
jugo gástrico (25,43).
La anamnesis es un factor clave para levantar la
sospecha de consumo de pelo y su relevancia
depende especialmente de la capacidad de
comunicación del médico; ya que estos pacientes
suelen negarse en muchas ocasiones a proporcionar
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esta información incluso en presencia de una
alopecia evidente (29).
Lactobezoares
Un lactobezoar es una masa no digerida compuesta
de componentes de leche y moco. En claro
contraste con los otros tipos de bezoares,
prácticamente todos los pacientes afectados por un
lactobezoar son lactantes alimentados con leche
(14).
Farmacobezoares
Los Farmacobezoares están compuestos por
medicamentos ingeridos. Son una complicación
poco frecuente causada por conglomerados de
medicamentos o vehículos de medicación en el
tracto gastrointestinal (14,16). Pueden inducir
obstrucciones mecánicas de la salida gástrica y, en
ocasiones, prolongar los efectos farmacológicos
tóxicos. Existen pocos casos que han sido
reportados en la edad adulta, y son anecdóticos los
casos pediátricos publicados (23,43). Los laxantes
formadores de volumen, como el perdium y el
psilio, y la goma guar parecen contribuir a la
formación de farmacobezoares debido a sus
propiedades higroscópicas y a su naturaleza
formadora de volumen. (24)
Se ha logrado documentar los factores de riesgo
para la formación de farmacobezoares, tales como
reposo prolongado, uso de fentanilo, aceite
mineral, caseína, morfina y el uso previo de cocaína
en uno de los pacientes (31).
También la dismotilidad y la composición de las
cápsulas con alto contenido hidrofóbico son
factores que pueden contribuir en su formación.
Además de las complicaciones mecánicas de los
bezoares (27). Los fármacos más frecuentemente
relacionados con su formación son el carbón
activado, el hidróxido de aluminio, el sucralfato, la
colestiramina, el nifedipino, aspirina, laxantes y
opiáceos (19,31). El sucralfato tiene propiedades
de unión a
proteínas y podría unirse a componentes de la
nutrición enteral para formar complejos insolubles
(31). Los fármacos de liberación prolongada son
otros candidatos a causar bezoares. Por el contrario,
no se han encontrado casos descritos de
farmacobezoar por complejos vitamínicos (19,31).
Es difícil saber cuándo hay que sospechar un
farmacobezor, pero siempre hay que tenerlo en
cuenta en los casos de consumo masivo de
fármacos. Las presentaciones clínicas no siempre
son útiles. La radiografía de abdomen puede ser
útil, pero sólo cuando los comprimidos son
radiopacos (20).
Tabla 1. Clasificación de los bezoares
TIPO DE
BEZOAR
COMPOSICIÓN
Fitobezoares
Formado por contenido de frutas o
verduras no digeribles.
Tricobezoares
Compuesto por cabello.
Lactobezoares
Compuesto por productos lácteos.
Farmacobezoares
Compuesto por medicamentos.
Fuente: Elaboración propia (1,2).
Se ha informado de otras sustancias distintas a la
clasificación mencionada anteriormente, como
fuente de bezoares. Entre estos materiales extraños
se encuentran el plástico, los metales, los gusanos
parásitos (áscaris) e incluso el papel higiénico (3).
En teoría, todos los materiales alimentarios no
digeribles y los cuerpos extraños pueden provocar
la formación de una masa junto con mucosidad y
alimentos semidigeridos (14).
Los bezoares pueden ser asintomáticos o pueden
presentar varios síntomas y signos del tracto
gastrointestinal, tales como: malestar abdominal,
plenitud o dolor, dificultad para tragar o anorexia.
Además, presentan síntomas relacionados con la
hemorragia gastrointestinal, como anemia, heces
alquitranadas o sanguinolentas, hematemesis y
desmayos, pueden ser el resultado del desarrollo de
úlceras gástricas y necrosis de la mucosa por
presión intraluminal relacionada con el bezoar
(6,18).
En los raros casos de obstrucción o perforación
intestinal completa, el paciente puede presentar
manifestaciones graves de abdomen agudo,
vómitos, distensión abdominal, hipotensión,
desorientación mental y shock (6).
El dolor abdominal se presenta en 70% de los
pacientes, náuseas y vómitos en el 64%, debilidad
y pérdida de peso en el 38%, estreñimiento o
diarrea en 32% y hematemesis en 6% (6). Aunque
el dolor abdominal es un síntoma común en
pacientes con bezoares, este diagnóstico suele
pasarse por alto en los niños que se quejan de dolor
abdominal u otros síntomas digestivos,
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probablemente debido a la rareza de su
presentación (17).
El diagnóstico suele realizarse mediante la
sospecha clínica y es confirmado por imágenes
(desde radiografía de abdomen simple hasta
tomografía computarizada), sin embargo, el
método de elección es la endoscopia digestiva, la
cual tiene un rol, en la mayoría de los casos, de
carácter terapéutico (1). Los hallazgos radiológicos
son muy valiosos para el diagnóstico de bezoares,
porque los datos clínicos y de laboratorio son
similares y no aportan mayor información médica.
(22)
La primera prueba diagnóstica a realizar para el
diagnóstico de la oclusión es la radiografía de
abdomen, aunque esta no aporta información
acerca de la causa de la misma. En el estudio
radiográfico simple de abdomen se puede observar
un defecto de repleción en laguna cerrada que
puede ser desplazable. La radiología contrastada
muestra imágenes lacunares grandes y
desplazables. La radiografía contrastada con bario
no debe emplearse si se está en presencia de una
oclusión por el peligro de una peritonitis por bario
ante una perforación (8,22).
El estudio ecográfico es rápido y sencillo, sirve
para evaluar la naturaleza, el tamaño y la posición
de la masa (8,41). Por ecografía se pueden observar
signos específicos como es una banda ancha de
ecos de gran amplitud con sombra acústica
posterior completa. También permite informar
características de una masa intraluminal
hiperecogénica con sombra acústica posterior que
pueden ser confundidas en ocasiones con piedras
(8).
La tomografía computarizada tiene una
sensibilidad del 81 % al 96 % y una especificidad
de 96 % para establecer el diagnóstico. Además,
permite diferenciar el bezoar de una neoplasia, e
indica su tamaño, forma y localización (8). Esta
técnica, es especialmente valiosa en los pacientes
que requieren la extirpación quirúrgica de los
bezoares del intestino delgado, no sólo porque
demuestra el lugar obstruido del intestino, sino que
también permite la visualización de múltiples
bezoares (14).
El diagnóstico se basa en encontrar dilatación y
aumento en el calibre de las asas (> 2,5 cm) por
encima del punto de transición. Habitualmente la
imagen típica del bezoar es una masa ovoide o
redondeada, con densidad similar a la de tejidos
blandos, que contiene aire en su intersticio y está
delineado periféricamente por material de contraste
en el asa intestinal dilatada en el sitio de
obstrucción. También, la tomografía, permite
descartar la existencia de posibles complicaciones
por lo que debe ser considerada, siempre que sea
posible, como la primera prueba de imagen a
realizar tras la confirmación en una radiografía de
abdomen de una oclusión intestinal (8).
La endoscopia de tubo digestivo alto es el estudio
de elección para el diagnóstico de un bezoar. La
endoscopia permite confirmar el diagnóstico al
visualizar una masa gelatinosa, irregular, de
volumen variable que depende del tipo y tamaño de
este (8). También accede al diagnóstico de
enfermedades predisponentes y lesiones
secundarias de la mucosa, así como al realizarla
adecuadamente y oportunamente permite la
posterior extracción del bezoar; siendo la
fragmentación endoscópica, lo que favorece esta
maniobra (13). Por lo general, al hacerse el
diagnóstico de un bezoar este debe ser retirado o
disuelto, ya que puede causar obstrucción gástrica
o intestinal, íleo, úlceras, sangrado y, con menor
frecuencia, pancreatitis aguda (2).
Las opciones de tratamiento, se dividen en
opciones no invasivas e invasivas y van a depender
del estado general del paciente, la presencia o no de
las complicaciones asociadas y el tamaño del
bezoar También se ha observado en algunos
pacientes la desaparición espontánea de un bezoar
en ausencia de tratamiento específico (21, 25).
Por lo tanto, la elección del tratamiento está
orientada a cada caso individual del paciente. Se
debe tener en cuenta el material, tamaño y
ubicación del bezoar, así como las características
fisiológicas del paciente (1).
Los bezoares pueden eliminarse por vía
endoscópica mediante disolución, fragmentación y
lavado utilizando diferentes fórceps, trampas,
enzimas líticas (papaína, N-acetilcisteína, celulosa)
y soluciones efervescentes, tales como: Coca-Cola
y bicarbonato sódico (42). Uno de los tratamientos
más novedosos es la disolución enzimática
(bebidas carbonatadas), específicamente, Coca-
Cola. Se plantea que el ácido fosfórico y ácido
carbónico de esta bebida, alcanza un pH 2,6 este
permite la digestión de fibras además el
bicarbonato de sodio presente tendría un efecto
mucolítico y las burbujas de Co2 facilitarían la
disolución (1,33). Otros tratamientos descritos en
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la literatura incluyen el uso de papaína, enzima
extraída de la carica papaya. Por otro lado,
considerando los altos niveles de celulosa presente
en fitobezoares, el uso de celulasa, fue descrito en
los años setenta como alternativa de tratamiento,
aunque es un medicamento difícil de conseguir (1).
Se han descrito otros tratamientos para los
bezoares, como los fármacos que aumentan la
motilidad gastrointestinal (procinéticos como
itoprida, mosaprida y metoclopramida), para que se
pueda romper el bezoar y expulsarlo. Por otra parte,
en pacientes asintomáticos, se puede hacer
seguimiento y esperar la expulsión espontánea (2).
Los recientes avances técnicos en los
procedimientos endoscópicos y las mejoras en el
equipamiento han permitido tratar por vía
endoscópica bezoares de gran tamaño que en el
pasado requerían cirugía (28). Sin embargo, el
tratamiento es quirúrgico debido al alto porcentaje
de fracaso de los tratamientos endoscópicos,
pueden ser por laparotomía o laparoscopía. El
abordaje laparoscópico debe seleccionarse en base
a la localización del bezoar y el tamaño de este.
Mientras que la cirugía laparoscópica se ha
utilizado para la extracción de bezoares mediante
realización de gastrotomías, esto se describe como
un machacamiento del mismo en la luz intestinal
para manualmente ordeñarlo hasta el ciego o
mediante la combinación con mini laparotomía
para manualmente exteriorizar el sitio de oclusión
y realizar la enterotomía (8).
Por lo tanto, el tratamiento de un bezoar va a
depender importantemente de la localización y su
causa, además de la condición de presentación
(Tabla 2). Finalmente, tenemos que recordar que el
objetivo del tratamiento es remover el bezoar
gastrointestinal y prevenir su recurrencia (34).
Las complicaciones del bezoar y su tratamiento
incluyen pérdida de peso, desnutrición, anemia,
úlcera gástrica, obstrucción intestinal y
complicaciones quirúrgicas (41).
Tabla 2. Tratamiento de los bezoares.
Tratamientos
quirúrgicos
Laparotomía
Laparoscopía
Disolución química
(métodos
enzimáticos)
Celulasa
Papaína
Bicarbonato de sodio
Bebida carbonatada (Coca-
Cola)
Tratamientos
farmacológicos
Procinéticos como itoprida,
mosaprida y metoclopramida
Fuente: Elaboración propia (1,6,28).
Conclusiones
Los bezoares gastrointestinales son acumulaciones
de material no digerible en el tracto
gastrointestinal, que conforman una masa sólida
que impide el paso del bolo alimentario, ingeridos
de forma intencional o de manera accidental. La
incidencia de esta enfermedad, es rara y solo se han
reportado algunos casos en el mundo,
especialmente en adolescentes y personas con
trastornos psiquiátricos.
La presente investigación, pretende realizar un
adecuado, oportuno y actualizado abordaje de los
bezoares gastrointestinales; procurando un manejo
multidisciplinario, tanto clínico como quirúrgico, si
fuera necesario; teniendo en cuenta que, en la
actualidad existen muchas opciones terapéuticas
para el tratamiento, como también para evitar las
complicaciones.
Conflicto de intereses
Los autores afirman no presentar conflictos de
intereses en la presente investigación.
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