MEDICIENCIAS UTA Revista Universitaria con proyección científica, académica y social
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Carrera de Medicina. Facultad de Ciencias de la Salud. UTA
Paredes R, Mantilla G, Silador R, Bascó E, Bejarano B. El ayuno intermitente en el tratamiento de la diabetes
mellitus tipo 2. MEDICIENCIAS UTA.2022;6 (4):84-94.
procedimiento determina la cantidad de glucosa
incorporada a la hemoglobina del glóbulo rojo en
tres meses, por lo que esté diagnóstico es más
específico, no dependerá de un ayuno, ni de
repeticiones para confirmar los niveles de glucosa
(18) (19). De manera que, con base a los protocolos
definidos por la Asociación Americana de Diabetes
(ADA), los expertos en el área de la salud han
definido criterios unificados posteriores a analogías
basados en la evidencia, lo que conlleva a declarar
que la DM2 puede ser controlada mediante un
seguimiento particularizado y fundamentado en
una herramienta clínica la cual maneja
restricciones calóricas o ayuno intermitente (AI)
también categorizado como “intermitent fasting”
(IF) (23). Pues al establecer ciclos regulares de
alimentación ha permitido mantener un enfoque
confiable para la interpretación de las pruebas
diagnosticadas, demostrando valores de confianza
de disminución de la insulinorresistencia y del
peso, esto generado por la homeostasis de la
autofagia en el proceso fisiológico (5) (1).
Para que la actividad metabólica de una célula se
mantenga en homeostasis debe estar coordinado
por una regularización en el que intervienen
cambios decisivos de su microentorno,
permitiéndolo sintetizar y degradar los mecanismos
celulares de los compuestos químicos a energía
(27), para que se activen las vías biosintéticas, más,
sin embargo, en el momento en el que las células se
encuentran restringidas de nutrientes o se
mantienen estimuladas por estresores se produce la
gestión de la autofagia precursora automática que
asiste al crecimiento y supervivencia de las células
β del páncreas (9). En relación con las
implicaciones de amplitud de la vida celular, la
autofagia precipita su accionar bajo condiciones de
prohibición de nutrientes, permitiéndole a la célula
reutilizar sus propios compuestos químicos,
movilizando los distintos almacenes de energía
como lípidos e hidratos de carbono; de igual
manera se activa en el momento en que está por un
proceso de estrés del retículo endoplásmico (RE) o
lisosomal o bien la hipoxia (13). Por lo contrario,
se ha evidenciado que la autofagia se puede inhibir
en el momento en que la célula mantiene un exceso
de nutrientes (29). Otro rasgo de la autofagia es que
las ciencias médicas lo han asociado con ciertas
enfermedades fisiopatológicas,
neurodegenerativas, DM2, cardiovasculares y
cáncer (11) (24).
Al ser el AI un tema en auge, se mantiene en gran
prevalencia investigativa a razón de que se trata de
un protocolo de alimentación que planifica horas de
ayuno junto con ventanas de alimentación,
permitiéndole demostrar con gran efectividad el
control de ENT (4). Es así que el neurocientífico de
la Universidad de Johns Hopkins, Mark Mattson,
generó una publicación en la revista New England
Journal of Medicine en el año 2019, acerca del AI
el cual con base en la evidencia científica demostró
que los mecanismos fisiológicos ejercían un
correcto funcionamiento, pero procuro mantener
una brecha de discusión médica, por lo que podría
ser considerado su adopción parte de un buen estilo
de vida (2). En tal sentido, se describe como una
estrategia de alimentación prevista por ciclos de
restricción calórica voluntaria, con fases regulares
de ayuno y alimentación previstos de hasta 7 días
por cada método, el cual deberá mantener una dieta
variada, equilibrada y sana (5). Cuyo designio es el
de estimular la alteración coordinada de
mecanismos metabólicos y transcripciones con la
participación celular adaptativa en los procesos
tisulares específicos de plasticidad y crecimiento
contemplados en el periodo de alimentación, con
importantes efectos metabólicos, de supresión de
inflamación y resistencia al estrés durante el
período de ayuno (6).
Incluso el organismo ha desarrollado un ritmo
circadiano endógeno con base en los modelos de
ayuno de alimentación para afianzar y optimizar los
métodos fisiológicos y la salud al coordinar
transitoriamente la función celular, tisular (26). Por
lo que en el ser humano ejerce un impacto en el
metabolismo, a razón de que la sensibilidad a la
insulina se reduce, condicionado por el ritmo
circadiano de la secreción de insulina y la labor de
la hormona del incremento que perfecciona la
insulina, cuyos mítines pulsátiles acrecientan por la
noche (16). Las respuestas posprandiales de
glucosa e insulina se incrementan a lo largo de la
edad y la noche, por consecuente, las comidas que
se ingiere durante la noche se asocian a una mayor
exposición posprandial a la insulina y glucosa, lo
que genera niveles altos de hemoglobina
glicosilada y el riesgo de padecimiento de DM2
(17). En tal sentido, el ritmo circadiano humano
consigue reducir la carga de las enfermedades
crónicas debido al reloj biológico que está acoplado
a los núcleos supraquiasmáticos (SCN) del
hipotálamo anterior, siendo estos quienes se
adaptarán para dividir los procesos fisiológicos
incompatibles de acuerdo con la fase de
luz/oscuridad del día; sin embargo, la principal
señal de tiempo para los relojes en los tejidos
periféricos son los ciclos de alimentación (25).
Con estos antecedentes que delimitan la
problemática y la gravedad de esta enfermedad, se
detecta la necesidad de diseñar un experimento