MEDICIENCIAS UTA Revista Universitaria con proyección científica, académica y social
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Carrera de Medicina. Facultad de Ciencias de la Salud. UTA
Toalombo C, Vásconez R, Tubón J, Tapia P, Maza D, Paguay M, Camalle J. Infección de vías urinarias:
tratamiento empírico y resistencia bacteriana en el servicio de emergencia del Hospital General Puyo.
MEDICIENCIAS UTA.2023;7 (2):86-92.
*BLEE: β-lactamasas de espectro extendido
Los antibiogramas que aislaron E. coli
evidenciaron resistencia a la Ampicilina +
Sulbactam en un 56,6% de los pacientes, el 39%
reportó resistencia a Ampicilina y el 35% a
Trimetoprim + Sulfametoxazol y Norfloxacino. Se
identificó, además, un 30% de resistencia a
Cefuroxima y Nitrofurantoína, 26% a Cefazolina y
Ceftriaxona y 22% a Gentamicina. En las ITU cuyo
agente causal fue E. Coli productora de BLEE, se
encontró una resistencia a Ampicilina + Sulbactam
y al Norfloxacino en el 42,8% de pacientes, 28.5%
a Cefazolina y Ceftriaxona y 14.2% a Ampicilina y
a Trimetoprim Sulfametoxazol. Por otra parte, en
los casos en los que el agente causal aislado fue
Klebsiella Pneumoniae se identificó un 100% de
resistencia a Ampicilina + Sulbactam, Cefuroxima,
Cefazolina, Ceftriaxona y Gentamicina; 75% a
Nitrofurantoína; 50% a Trimetoprim
Sulfametoxazol, y 25% a Ampicilina, Norfloxacino
y Fosfomicina (Tabla 3).
Discusión
En los últimos años se han producido variaciones
en los patrones de susceptibilidad de los principales
patógenos urinarios, incluido un aumento
progresivo de las infecciones causadas por
enterobacterias productoras de betalactamasas de
espectro extendido (BLEE) o incluso bacterias
productoras de carbapenemasas, lo que ha llevado
a cambios en el tratamiento empírico de las ITU.
(14)
El 98% del total de casos analizados en el estudio
correspondió a paciente mujeres, indicando una
predisposición de este género de presentar ITU.
Probablemente por presentar anatómicamente una
uretra más corta en comparación con los hombres,
situación que facilita la colonización bacteriana.
(2,12)
Al estudiar los urocultivos se identificó que la E.
coli es la bacteria más prevalente con un 71 % de
los casos, seguido por Klebsiella pneumoniae en un
12 %. Sanchez et al. en un estudio retrospectivo
realizado en Estados Unidos en pacientes
ambulatorios con ITU, encontraron que las
bacterias aisladas con mayor prevalencia fueron E.
coli 64.9%, seguida de Klebsiella pneumoniae
10.1%, coincidiendo con los resultados del estudio
y con las guías internacionales. (10,13,15)
Sanchez et al. reportaron una tasa de resistencia de
E. coli a la ampicilina del 41 % en mujeres adultas
ambulatorias con cistitis no complicada. La
resistencia a E. coli, K. pneumoniae y P. mirabilis
a amoxicilina + ácido clavulánico fue del 3.9%,
3.1%, y 0.8%, respectivamente. (15) Ramírez et al.
en una investigación realizada en México
encontraron un 23.6% de resistencia a la
amoxicilina + ácido clavulánico;(19) Carrasco F. et
al. realizaron un estudio en Uganda identificaron
que la resistencia bacteriana para amoxicilina y
ciprofloxacino fue del 66,2% y 44,6%,
respectivamente.(14) La tasa de resistencia a
betalactámicos es alta en nuestro estudio,
identificando una resistencia del 56.5% a la
ampicilina + sulbactam y del 39% a la ampicilina
en el caso de E. coli, mientras que la E. coli
productora de BLEE indica un 42.8% de resistencia
tanto a la ampicilina + sulbactam como al
norfloxacino. Además, la Klebsiella pneumoniae
presenta resistencia del 100% para ampicilina +
sulbactam y ceftriaxona.
Se evidenció que los tratamientos empíricos más
usados en el servicio de emergencia son:
ciprofloxacino en el 40,2 % de los casos, seguida
de cefalexina en el 31,1% y nitrofurantoina en el
19,6%. Barragan G. et al., realizaron un estudio en
un servicio de emergencia y encontraron que el
antibiótico de prescripción empírica de primera
elección fueron las fluoroquinolonas en un 31,51%
con resultados similares a nuestra investigación. (7)
Guamán W, et al., realizaron una investigación en
poblaciones andinas del Ecuador identificando que,
por la resistencia bacteriana local, el tratamiento de
primera línea debería ser: nitrofurantoina,
fosfomicina, amoxicilina + ácido clavulánico y
gentamicina, mientras que, los antibióticos de