Salvador C/ Enfermería Investiga Vol. 10 No. 3 2025 (Julio - Septiembre)
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riesgo de colonización en los adultos mayores de 87
años. La transmisión de bacterias con fenotipo BLEE
o KPC ocurre en diferentes grupos de edad, sin
embargo, los adultos podrían ser más susceptibles a
la colonización que los niños o los infantes,
probablemente relacionado con comorbilidades, la
estancia hospitalaria o vivir en casas de cuidado de
adultos (10,12,14,16).
Escherichia coli fue la especie portadora de fenotipo
BLEE mayoritariamente aislada en este estudio,
Klebsiella spp. y Pseudomonas spp. para el fenotipo
KPC. En un amplio estudio realizado en Alemania por
Denkel et al., (17) se midió el impacto clínico de la
colonización intestinal por especies de bacterias con
fenotipo BLEE, en pacientes hospitalizados. Aunque
ellos encontraron que la mayoría de los pacientes
colonizados no presentaron una infección asociada al
cuidado de la salud durante su estancia hospitalaria
(91%), sí encontraron un 1,5% de incremento en el
riesgo de adquirir una infección durante la
hospitalización cuando la especie colonizante de
fenotipo BLEE fue K. pneumoniae. Además, el 3,9% de
los pacientes colonizados sufrió una infección con el
mismo genotipo encontrado en el intestino, mientras
que el 5,6% adquirió una infección con una bacteria de
un genotipo diferente. También documentaron que los
pacientes colonizados por K. pneumoniae BLEE,
tuvieron peores desenlaces clínicos que los
colonizados por E. coli BLEE (18).
En un estudio realizado por Li J et al., (19) en China,
determinaron que el riesgo de sufrir una infección de
sitio quirúrgico en cirugías de tratamiento de
hemorroides fue del 41,57% en portadores de
bacterias multirresistentes, mientras que fue de 1,81%
en los no portadores. Gómez-Zorrilla et al., (20) en un
estudio realizado en España, determinó que 39% de
los pacientes que presentaron una colonización
intestinal por P. aeruginosa previa, desarrolló una
infección fuera del intestino por el mismo clon de P.
aeruginosa, mientras que en los pacientes sin
colonización previa la frecuencia de infección fue del
3,4%; con una diferencia estadísticamente
significativa. En Ecuador, Vasco et al., (21)
determinaron que aproximadamente 72% de los
pacientes que tenían una infección por P. aeruginosa,
portaban el mismo clon de la bacteria en su intestino,
cuyo origen pudo haber sido nosocomial o comunitario.
La colonización intestinal constituye un riesgo
importante para el desarrollo de infecciones fuera del
intestino, y probablemente este riesgo es diferenciado
de acuerdo con la especie bacteriana estudiada y no
solamente dependiente del perfil fenotípico de
resistencia (17, 19-21).
Una preocupación adicional con respecto al estado de
portador de bacterias resistentes a los antibióticos es
la posibilidad de que sean una fuente adicional de
MGE que podrían entregar estos genes a otras cepas
intestinales durante la colonización. Al Naiemi et al.,
(22) describieron un estudio donde cuatro pacientes
relacionados epidemiológicamente, que recibieron
antibióticos, estuvieron colonizados con E. coli que
compartían los mismos perfiles fenotípicos de
resistencia (BLEE positivas, intermedio a polimixina E
y resistentes a tobramicina, gentamicina y
ciprofloxacina). Sin embargo, los análisis genotípicos
demostraron que las cepas no pertenecían al mismo
clon, pero que los plásmidos portadores de los genes
de resistencia que conferían el fenotipo descrito sí eran
idénticos (22).
Reyes et al., (20) describieron un brote de bacterias de
la especie K. pneumoniae portadoras del gen blaKPC-2
en 62 pacientes hospitalizados en Ecuador. Los
análisis genómicos demostraron la presencia de los
mismos clones resistentes en 45 pacientes, pero
además se demostró la presencia del transposón
Tn4401a, portador del gen blaKPC-2, en los casos
relacionados epidemiológicamente, inclusive en las
bacterias que no pertenecían al mismo clon, y que
dicho MGE podría haber estado asociad o al
menos dos plásmidos diferentes. Esta evidencia,
demostraría el papel fundamental de los MGE en la
trasferencia de genes resistentes, e inclusive en la
posibilidad de que puedan constituirse en verdaderos
brotes de plásmidos portadores de genes relacionados
a resistencias a antibióticos (19,20).
Prado-Vivar et al. (2019) describieron un brote
nosocomial de Klebsiella pneumoniae productora de
carbapenemasas en el hospital de tercer nivel más
grande de Quito, en el cual se identificaron múltiples
clones mediante MLST, siendo ST25 y ST258 los más
frecuentes. Aunque no se realizó un análisis detallado
de los elementos genéticos móviles (EGM), la
presencia del mismo alelo de resistencia blaKPC-5 en
diferentes ST sugiere un probable evento de
transferencia horizontal mediado por plásmidos (23).
Esta evidencia resalta el papel clave que pueden
desempeñar los EGM, como plásmidos y
transposones, en la diseminación de genes de
resistencia entre diferentes linajes clonales, incluso en
ausencia de relación genética directa entre los
aislamientos, lo cual podría reflejar brotes impulsados
no solo por clones bacterianos, sino también por
plásmidos portadores de genes de resistencia.
Se han propuesto diferentes estrategias para la
erradicación de bacterias resistentes en pacientes
colonizados para reducir el riesgo de infecciones de
origen endógeno. Sin embargo, la descolonización
rutinaria de bacterias resistentes a cefalosporinas de
tercera generación (por ejemplo, bacterias portadoras
de BLEE o KPC) no cuenta con evidencia concluyente,
por lo que organizaciones como el European
Committee on Infection Control no lo recomiendan
(8,24,25). Una de las terapias de descolonización es el
trasplante de microbiota fecal o “RePOOPolulating”
que, según la revisión sistemática de Saha et al., (24)
podría presentar una amplia gama de resultados (en
los mejores casos de 37,5% a 87,5%) dependiendo de
la bacteria objetivo de erradicación y de los tipos de
infección. Por otro lado, el uso de bacteriófagos para
la descolonización de cepas específicas también