Efectos del uso de la toxina botulínica tipo a en la hiperhidrosis: una revisión bibliográfica

Resumen

Como introducción podemos indicar que la hiperhidrosis es una condición que causa sudoración excesiva sin relación con la actividad física o temperatura corporal, afectando la calidad de vida, generando incomodidad física y aislamiento social a quien la padece. Se clasifica en focal primaria, localizada en: axilas, manos, pies y cara, sin causa aparente, aunque atribuida a hiperactividad de las glándulas sudoríparas, y secundaria, causada por enfermedades subyacente. El manejo terapéutico depende de su gravedad e incluye antitranspirantes, medicamentos, técnicas no invasivas como Iontoforesis especialmente, toxina botulínica tipo A (TB-A) eficaz para casos graves o resistentes a otros tratamientos y sobre la que trata la presente revisión, y cirugía, última opción para casos extremos. En cuanto a la TB-A, es una neurotoxina que bloquea la liberación de acetilcolina, neurotransmisor que estimula las glándulas sudoríparas, por lo que se aplica mediante inyecciones en la zona afectada. Los efectos visibles se dan entre 2 y 4 días, con una duración media del efecto de 4 a 8 meses. Las reacciones adversas son generalmente leves, se contraindica en embarazo, lactancia, alergia a la TB-A y enfermedades neuromusculares. El objetivo principal es analizar los aspectos más recientes en el uso de toxina botulínica tipo A (TB-A) en el tratamiento de la hiperhidrosis. Materiales: revisión bibliográfica sistemática de documentos de sociedades, revistas y estudios científicos en el campo de dermatología, relacionados con la terapéutica no quirúrgica de la hiperhidrosis y orientados al uso de toxina botulínica tipo A (TB-A). En cuanto a los resultados podemos indicar que la aplicación de TB-A se considera un tratamiento seguro para la hiperhidrosis. Conclusión: el uso de la toxina botulínica tipo A es un buen tratamiento en la hiperhidrosis, sin embargo, su tratamiento es transitorio